Cronograma de controles de salud para niños, desde el nacimiento hasta la pubertad.
El control de salud es mucho más que una consulta médica: es una oportunidad para acompañar el crecimiento, prevenir enfermedades y resolver a tiempo cualquier duda o problema. Por eso es importante saber cuándo llevar a tu hijo y qué esperar en cada etapa.
Cuidar la salud infantil no es solo atender enfermedades cuando aparecen. Por eso existen los controles de salud: visitas programadas al centro de salud que permiten hacer un seguimiento desde el nacimiento hasta la adolescencia.
Los primeros años de vida son fundamentales para la salud futura. Durante este tiempo, el cuerpo, el cerebro y las emociones se desarrollan rápidamente. Por eso, cuanto antes se detecta una dificultad (en el crecimiento, en el desarrollo del lenguaje, en la visión, la audición, o en el vínculo con su entorno), más oportunidades hay de actuar a tiempo.
Además, estos controles aseguran que el calendario de vacunación esté completo y ofrecen orientación a las familias sobre crianza, cuidados cotidianos y desarrollo.
Controles de salud en el primer mes de vida
Antes del alta de la maternidad
1. Entre las 48 y 72 horas luego de llegar a casa
2. Entre los 7 y los 14 días de vida
3. Al cumplir un mes
Luego del primer mes de vida, es fundamental continuar con controles regulares que se adaptan a la edad del niño:
Controles periódicos después del primer mes de vida:
1. De 1 a 12 meses: un control cada mes
2. De 1 a 2 años: cada 3 meses
3. De 2 a 3 años: cada 4 meses
4. De 3 a 5 años: cada 6 meses
5. Desde los 5 años hasta la pubertad: una vez al año
¿Por qué es importante cumplir con estos controles?
- Permiten detectar a tiempo posibles dificultades en el crecimiento o el desarrollo.
- Permiten completar esquemas de vacunas.
- Ofrecen espacio para conversar sobre alimentación, crianza y cuidados diarios.
- Refuerzan la salud integral física, emocional y social, acompañando a las familias en cada etapa.
No esperes a que aparezca un problema para ir al centro de salud. Los controles se realizan cuando tu hijo está sano, justamente para mantener y cuidar esa salud y anticiparse a cualquier complicación.
Si existe alguna condición o situación especial, puede ser necesario ajustar la frecuencia de los controles.
Ante cualquier duda, consultá con el equipo de salud.