Los productos forestales no madereros (PFNM) son bienes de origen biológico, tangibles y físicos, que se obtienen de los bosques y otras tierras boscosas, excluyendo la madera, la leña y el carbón vegetal.

Entre los PFNM de origen vegetal, se encuentra una enorme variedad de frutos, semillas, flores, hojas, cortezas, raíces, ceras, gomas, resinas, aceites esenciales, extractos, polen y néctar, que se obtienen de una gran diversidad de árboles, arbustos, palmeras, hierbas, lianas, epífitas, enredaderas, helechos y musgos.

También se incluyen los hongos, líquenes y los productos de origen animal, como plumas, cueros y pieles.

Estos productos se utilizan con fines alimenticios, aromáticos, artesanales, curtientes, farmacéuticos, forrajeros, medicinales, ornamentales, textiles, tintóreos y veterinarios, entre otros.

¿Cuál es la importancia de los PFNM?

Los PFNM son fundamentales para las poblaciones que dependen de los bosques, ya que constituyen un recurso esencial para su subsistencia y tienen un considerable potencial para el desarrollo futuro de las economías locales y regionales. Su aprovechamiento contribuye a la seguridad alimentaria, la inclusión social y el desarrollo económico.

El conocimiento tradicional

Históricamente han sido utilizados por los habitantes de los bosques, quienes mantienen una relación estrecha con la naturaleza. El conocimiento tradicional y local, adquirido a través de esta convivencia, ha permitido un uso sostenible de la diversidad biológica a lo largo del tiempo, evitando el deterioro de los recursos y del ambiente. Es crucial rescatar este conocimiento para salvaguardar la permanencia de las culturas, sus lenguas y tradiciones.

Importancia económica y social

La disponibilidad de los PFNM está sujeta a los ciclos biológicos de las especies y a las condiciones climáticas. Para optimizar su obtención, es necesario conocer y aplicar técnicas de aprovechamiento y manejo que promuevan un consumo sostenible.

Además, muchas especies de árboles y arbustos de las que se obtienen PFNM son altamente recomendadas para proyectos de restauración ecológica y para el enriquecimiento de bosques secundarios. Sus frutos son consumidos por diversas especies de aves, pequeños mamíferos y reptiles, los cuales dispersan las semillas y mejoran la propagación de estas plantas. De esta manera, no solo se asegura la continuidad de este tipo de productos, sino que también se promueven importantes servicios ecosistémicos.