El Laboratorio de Yodo del Centro Nacional de Investigaciones Nutricionales, que realiza la vigilancia y monitoreo de este micro nutriente a nivel poblacional, obtuvo la certificación de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en su programa EQUIP: Ensuring the Quality of Urinary Iodine Procedures.

Este control de calidad externo para yodo en orina -yoduria- viene realizándose de manera exitosa desde 2018, lo que ha promovido la mejora continua de los procesos del laboratorio del CNIN.

Las normativas internacionales actuales establecen que la vigilancia y monitoreo del estado nutricional del yodo se centraliza en dos indicadores clave: la mediana de la determinación de yoduria en poblaciones (UIC) y el contenido de yodo en sal alimentaria. Ambas determinaciones requieren un escrupuloso tratamiento y manejo de todo su material, libre de yodo, punto crítico y determinante, lo que hace que deban ser realizadas en áreas de laboratorio de alta especificidad.

El Laboratorio de Yodo del CNIN es referente en la temática desde 2018. Efectúa encuestas e investigaciones propias y/o en colaboración con organismos nacionales, regionales, provinciales y municipales, en zonas urbanas y rurales, a fin de evaluar el estado nutricional del yodo principalmente en grupos vulnerables (escolares, mujeres en edad fértil, gestantes o en lactancia).

Asimismo, el equipo del Laboratorio de Yodo del CNIN ha creado un kit para la detección cualitativa de yodo destinado al screening o chequeo rápido para determinar si una sal está o no yodada en los términos que establece la normativa vigente.

La deficiencia de yodo es la principal causa prevenible de discapacidades neurocognitivas de origen nutricional. Desde la sanción de la Ley N° 17.259 en 1967 para la yodación de la sal -y sus posteriores normas modificatorias-, se han realizado distintos estudios de su monitoreo que marcan la sostenibilidad en el tiempo de sales inadecuadamente yodadas.