Propuesta

Desde principios de la década del 80, el INTA vio la necesidad de contar con una semilla mejorada de Eucalyptus grandis que cubriera las necesidades de los productores argentinos, que aumentara la productividad maderera y poseyera una buena adaptación edafoclimática. Con ese fin comenzó un programa de mejoramiento genético, evaluando los mejores orígenes y procedencias de la especie y la presencia o no de interacción con el ambiente. Luego de reconocer los mejores orígenes australianos y de introducir familias selectas de éstos, a través de la evaluación en diferentes ambientes de la Mesopotamia Argentina, identificó las mejores familias e individuos y con ello habilitó los primeros huertos semilleros de progenies (HSP) de Eucalyptus grandis en Argentina. Posteriormente, con la clonación de los mejores individuos de estas evaluaciones, instaló un huerto semillero clonal (HSC) en la EEA Concordia.+
Las características principales consideradas en el programa de mejoramiento genético siempre han sido el aumentar la productividad (mayor crecimiento volumétrico), con una buena rectitud de fuste, con mínimos problemas sanitarios, características madereras que se mantengan dentro del óptimo para las industrias de transformación, y manteniendo una diversidad genética amplia que asegure una respuesta dinámica (resiliencia) frente a adversidades climáticas o biológicas.