Flujos Piroclásticos
Los flujos piroclásticos son mezclas de gases y piroclastos a muy alta temperatura, que se desplaza a gran velocidad laderas abajo de un volcán y siguiendo principalmente depresiones topográficas. Se forman durante erupciones explosivas, ya sea por el colapso de la columna eruptiva; por el desborde desde el cráter del material que no ha podido formar una columna eruptiva; o por el colapso de un domo volcánico (lava muy viscosa).
Los flujos piroclásticos se caracterizan por su extremo poder destructivo debido a sus altas temperaturas (hasta 600 °C), su alta velocidad de desplazamiento (hasta 500 km/h) y su alcance (entre 5 y 20 km de la cumbre del volcán). Dada su velocidad y temperatura elevada, los flujos piroclásticos son fenómenos altamente letales. Suelen quemar o dañar seriamente todo lo que está a su paso (vegetación, construcciones, etc.), así como sepultar, romper y/o arrastrar prácticamente todos los objetos en su camino.