¨Los trabajos de cuidado los llevamos adelante las mujeres e identidades feminizadas, y que no se reconozca nuestro trabajo, su valor económico y ético, es el anclaje de una crisis civilizatoria, de tiempo y económica. Por eso es central que el Estado ponga en el centro la perspectiva los cuidados”, afirmó Escalante y agregó: “Que estemos pensando los cuidados como una necesidad, como un derecho, como algo valioso, como un trabajo implica un cambio de mirada profundísimo. Si queremos tener una intervención estatal efectivamente igualitaria tenemos que construir un proyecto que ponga los cuidados en el centro”.

Por su parte, la Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, María Rosa Muiños, sostuvo que “el cambio cultural en la concepción de las tareas de cuidado requiere acceso a la información, libertad económica y una política pública muy fuerte”. Por otra parte, afirmó que “la consideración de las diferentes realidades también es muy importante. No pensarnos como un colectivo único. La diferenciación no tiene que ver solamente con las regiones. En la Ciudad de Buenos Aires también tenemos comunidades con diferentes culturas que nos hacen diversos y ricos”.

La actividad propuso un repaso de las iniciativas destacadas para poner en la agenda política los trabajos de cuidado que recaen, principalmente, en mujeres y LGBTI+ e inciden en sus menores posibilidades de desarrollo en los ámbitos laboral, educativo y social. En este sentido, se plantea una corresponsabilidad estatal y privada para aliviar esa sobrecarga que se acentuó durante la pandemia. Los datos son elocuentes: la pandemia retrotrajo el empleo de las mujeres hacia los valores del año 2002. A fines de 2021 se recuperaron 10 de los puntos del PBI perdidos en 2020, lo que implicó un crecimiento del trabajo. No obstante, la recuperación fue despareja ya que las mujeres dependieron de la vuelta a las clases de sus hijxs y de políticas públicas específicas para aliviar la crisis de los cuidados.

La directora nacional de Economía, Igualdad y Género, Mercedes D’Alessandro, resaltó: “Cuando empezamos a trabajar en la Dirección de economía, igualdad y género uno de los temas centrales que veníamos plateando era que gran parte de las desigualdades entre mujeres y varones en el mercado laboral, en el sistema productivo, depende de lo que ocurre en el interior de los hogares”, y enfatizó: “Las tareas de cuidado interrumpen la vida laboral, se van ensamblando con una serie de penalizaciones que tienen las mujeres en el mercado laboral producto de esta recarga en las tareas de cuidado. Lo importante es poder construir herramientas para dar respuestas concretas, y ya las estamos empezando a ver, es el resultado de un trabajo articulado entre el gobierno nacional, provincias y municipios”.

En el mismo sentido se expresó la directora nacional de Cuidados Integrales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Brandariz, al remarcar que en el trabajo de cuidados “la responsabilidad recae en la mujer”, y que “siempre que hablamos del cuidado hablamos del reconocimiento del cuidado, pero también del derecho a ser cuidado”. En efecto, señaló: “Me parece fundamental que en nuestro país se debata una ley de cuidados. Que no podemos aspirar en la justicia social si no pensamos atender la cuestión de los cuidados porque es el nudo de la desigualdad”.

Por último, la directora en la Secretaría para la Igualdad de la Ciudad de Buenos Aires, Florencia Stivelmaher, apuntó que “en la ciudad de Buenos Aires, el 98% de las personas que cuidan son mujeres y son trabajos no remunerados, o mal remunerados, e informales generalmente en manos de mujeres adultas mayores y migrantes, con lo cual la idea de la feminización de la pobreza aparece también en CABA”, dijo y concluyó: “Trabajamos en la mesa interministerial de cuidados porque también estamos convencidos que el trabajo tiene que ser articulado entre ministerios. El desafío es enorme y la problemática nos atraviesa a todas las familias en toda la ciudad, pero merece la pena tomarla y hacerla tema de debate en la agenda permanente”.

Para que la recuperación económica sea completa e ininterrumpida, es necesario pensar y promover iniciativas que permitan un abordaje integral de la cuestión de los cuidados. En este sentido, resulta central el rol del Estado a través de políticas públicas que valoricen y fortalezcan los sistemas de cuidado, así como el trabajo de quienes cuidan.