Presidencia de la Nación

Carta de Salvador por la dignidad, los derechos y el desarrollo de las personas, pueblos y comunidades afrodescendientes

Se presenta en Salvador de Bahía, Brasil, en el Foro de la Sociedad Civil del Encuentro AFROXXI, en noviembre de 2011.

Carta de Salvador por la dignidad
los derechos y el desarrollo de las personas
pueblos y comunidades afrodescendientes

Justicia y derechos humanos


En esta página


Carta de Salvador por la dignidad, los derechos y el desarrollo de las personas, pueblos y comunidades afrodescendientes

Presentada el 19 de noviembre de 2011 en Salvador de Bahía, Brasil, en el Foro de la Sociedad Civil del Encuentro AFROXXI.

Las mujeres y hombres representantes de las organizaciones sociales, reunidos en Salvador, Bahía, el 16 de noviembre de 2011, participantes en el Foro de la Sociedad Civil del Encuentro AFROXXI, nos reunimos para reafirmar nuestros compromisos, establecer estrategias y exigir el cumplimiento inmediato de los compromisos asumidos por los Estados hace más de 10 años. Los compromisos asumidos por los Estados buscan garantizar una vida digna y una vida con derechos a más de 180 millones de personas afrodescendientes que vivimos en la región.

La reunión se da en el Encuentro Iberoamericano del Año Internacional de los y las Afrodescendientes.

Convencidas y convencidos que hemos cumplido con nuestra parte y hemos aportado lo que nos toca a pesar de nuestras debilidades y obstáculos, presentamos la siguiente Carta de Salvador por la dignidad, los derechos y el desarrollo de las personas, pueblos y comunidades afrodescendientes. La carta de Salvador es resultado de las discusiones e intercambios del Foro.

Es urgente, en especial, atender de forma inmediata a la situación de las personas afrodescendientes afectadas por catástrofes medioambientales asociadas al cambio climático.

Es urgente enfrentar los nuevos peligros ante la propiedad de tierras y territorios ancestrales y manejo de recursos naturales.

Es urgente enfrentar los nuevos peligros ante la exclusión en la participación en las decisiones y la exclusión a las mayorías poblacionales de los beneficios económicos de estos sectores estratégicos en el modelo de desarrollo hegemónico y excluyente. Estas exclusiones generan desigualdades sociorraciales inaceptables y son reconocidas por los mismos Estados de la Región en la Conferencia de la CEPAL de 2010.

Exigimos que se tomen en forma urgente estrategias de desarrollo humano sustentable hacia las comunidades y pueblos tradicionales, valorizando y respetando las identidades culturales, saberes costumbres y valores.

Consideramos que es necesario profundizar los acuerdos sobre la distribución justa del poder y los recursos de nuestras sociedades. Los acuerdos buscan reparar los daños ocasionados a millones de afrodescendientes y avanzar en la construcción de democracias sustantivas, participativas y representativas que garanticen derechos a todas las personas sin discriminación alguna.

Reconocemos que el papel de las mujeres afrodescendientes es central para avanzar en el desarrollo de las comunidades. Reconocemos que la incorporación real de las mujeres en los espacios de representación de todos los poderes será fundamental para garantizar democracia a las personas afrodescendientes desde diversas identidades, considerando la orientación e identidad sexual, la generación, la discapacidad y la condición de género.

Consideramos inaceptable el genocidio y etnocidio de los jóvenes afrodescendientes que aumenta de modo acelerado y del cual no existe una fuerte respuesta del Estado que garantice la vida de miles de jóvenes. Los jóvenes afrodescendientes siguen pagando con sus vidas las consecuencias de la pobreza, los racismos y la injusticia social e histórica.

Pedimos a los Estados iberoamericanos que promuevan y protejan los derechos de las juventudes mediante la adopción y ratificación de la Convención Iberoamericana de los Derechos de los jóvenes. La Convención Iberoamericana de los Derechos de los jóvenes garantiza los derechos, la participación política efectiva y el desarrollo humano integral e inclusivo de las diversidades de las juventudes afrodescendientes de la región.

Denunciamos las prácticas de intolerancia religiosa hacia las religiones de origen africana, que constituye una forma de seguir menoscabando la cultura y la ancestralidad afrodescendiente.

Lamentamos que la Agenda de inclusión afrodescendiente sea una agenda sectorial, de segunda o tercera prioridad, y que no sea parte de una visión estructural que incluya la perspectiva afrodescendiente dentro de todas las prioridades de los Estados.

Exigimos a los Estados que asuman el desafío de cumplir los objetivos de desarrollo del milenio en todas las comunidades afrodescendientes y que se comprometan a disminuir las brechas de desigualdad.

Es necesario seguir trabajando en la generación de datos estadísticos confiables que muestren las desigualdades socioraciales sobre las que se quiere actuar. Consideramos que las resistencias institucionales y de sus funcionarios y sus funcionarias a avanzar de manera decidida en este tema son inaceptables. Las resistencias son inaceptables en especial con la evidencia de la utilidad de los datos estadísticos y de tener buenos sistemas de información que han hecho algunos países de la región como Brasil y Ecuador.

Consideramos que la poca representación política o la falta de representación política de las y los afrodescendientes en todas las estructuras de poder del Estado es inaceptable. Nos preocupa la falta de participación técnica y directiva de afrodescendientes en las Instituciones Internacionales como la ONU, OEA y la misma SEGIB.

Renunciamos a seguir reeditando y reelaborando agendas para garantizar dignidad, justicia, derechos e inclusión porque exigimos que nuestros Estados de las Américas y Caribe cumplan de modo efectivo sus compromisos de la Declaración y Plan Acción de la III Conferencia Mundial contra el Racismo, y los compromisos de ciudadanía plena garantizados en nuestras Constituciones y Convenciones Internacionales aprobadas.

Exigimos que nuestros Estados cumplan lo pactado, se necesita más acción, más recursos y una verdadera voluntad política.

Nos comprometemos a seguir trabajando para garantizar los derechos de nuestra gente, de nuestros pueblos y de nuestras comunidades mediante nuevos acuerdos sociales que garanticen democracias profundizadas. Las democracias profundizadas son comprometidas con la lucha contra el racismo, la discriminación y buscan garantizar igualdad racial, para incluir a todas las personas que siguen sin derechos y sufriendo los efectos de la discriminación racial.

Proponemos

Que se establezca un Decenio Afrodescendiente, con un Programa para adelantar acciones que, desde una perspectiva de reparación global afrodiaspórica, lleven al goce pleno de derechos sociales, económicos, culturales, civiles, políticos, ambientales y al desarrollo de las personas afrodescendientes. El Programa debe establecer metas concretas que permitan enfrentar las brechas existentes mediante políticas públicas efectivas con perspectiva de género, de orientación sexual, identidad de género, generacional y regional, entre otras.

Que se cree un Fondo de Desarrollo para realizar intervenciones transformadoras de carácter territorial, en zonas económicas especiales en amplias regiones de mayorías negras de los Estados iberoamericanos y caribeños y que se realicen reparaciones simbólicas a las memorias afrodescendientes y afrodiaspóricas.

Los beneficiarios de las intervenciones transformadoras serán las personas afrodescendientes como titulares de derechos colectivos e individuales para enfrentar la profundidad del daño causado por el crimen de lesa humanidad de la trata transatlántica y por la institución económica de la esclavitud.

El Fondo de Desarrollo debe seguir el modelo de experiencias que ya han dado resultados a nivel global y no sustituye la responsabilidad de los Estados. El Fondo de Desarrollo multiplica los esfuerzos de los países desde una perspectiva regional.

Que se cree un Centro de Memoria Histórica, que nos permita conocer de dónde venimos, quiénes somos dentro de nuestros Estados, y para dónde vamos.

Entendemos la importancia de las memorias de la esclavitud en nuestras reivindicaciones contemporáneas, y reconocemos la tenacidad de nuestros ancestros y ancestras, quienes siempre buscaron las rutas para llegar a la dignidad humana y realizaron diferentes mecanismos de resistencia que deben ser conocidos por las nuevas generaciones.

La defensa de nuestras memorias históricas plurales es una de las posibilidades para continuar existiendo como pueblos y comunidades, como titulares de derechos colectivos y culturales dentro de nuestros Estados.

Que se cree un Foro Global Afrodescendiente dentro de las Naciones Unidas, como mecanismo de coordinación, acompañamiento, monitoreo y consulta permanente de las propias organizaciones afrodescendientes.

Volver al índice


Texto completo de la norma

Carta de Salvador por la dignidad, los derechos y el desarrollo de las personas, pueblos y comunidades afrodescendientes


El contenido de Derecho Fácil tiene un carácter divulgativo, orientativo e informativo y no reemplaza la versión original de la ley. Puede tener como fuente una o varias normas y datos de sitios oficiales para complementar la información


 

Scroll hacia arriba