El mueble de las mil fichas
Antes de que existieran las computadoras o las bases de datos digitales, los archivos se ordenaban meticulosamente a través de sistemas manuales de clasificación. Las fichas, escritas a máquina o a mano, se guardaban en muebles como este y eran la llave de acceso a la información.
Cada ficha representaba un documento, una persona, una fecha o un tema. Buscar algo implicaba recorrer con los dedos miles de tarjetas hasta encontrar la deseada. Esta práctica, meticulosa y paciente, requería conocimiento del sistema y una memoria entrenada.
Hoy en día, estas fichas no solo conservan información, sino que son en sí mismas documentos históricos: muestran caligrafías antiguas, sellos de época y rastros del paso del tiempo.
