RCP en adultos
No te acerques si la escena no es segura (riesgo de intoxicación por gases tóxicos, electrocución, incendio, explosión, etc.)
Esperá que llegue el servicio de emergencias.
Pasos a seguir
Evaluá el estado de conciencia de la víctima.
Movela suavemente de los hombros y preguntale en voz alta ¿Me escuchás? ¿Te sentís bien?
Si no responde, no respira, jadea o respira con dificultad, continuá con los siguientes pasos.
Llamá al número de emergencias o pedí a otra persona que lo haga.
107
911
Averiguá cuál es el número de emergencias médicas de tu localidad y tenelo siempre a mano.
Iniciá la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RPC)
- Comprimí hacia abajo el torax de la persona hasta hundirlo entre 5 a 6 cm.
- Mantené siempre los brazos extendidos.
- Apoyá el talón de una mano en el centro inferior del esternón. Colocá el talón de la otra mano sobre la primera y entrelaza tus dedos.
- Zona donde se deben realizar las compresiones.
Realizá 30 compresiones ininterrumpidas.
Repetí 5 ciclos.
Tenés que hacer entre 100 y 120 compresiones por minuto.
Evaluá a la víctima y, si no hay recuperación, continuá con las compresiones.
Reevaluá el estado de la persona
Si no recupera la conciencia continuá con las compresiones hasta que llegue el equipo de emergencias.
Si la persona recupera la conciencia, colocala de costado o posición de recuperación (lateral) hasta que llegue el equipo de emergencias.
Esta posición deja libre las vías respiratorias y evita una posible aspiración de vómito por parte de la víctima.
Uso del Desfibrilador Externo Automático (DEA)
Si contás con este equipo encendelo y seguí sus instrucciones.
Cómo hacer las compresiones correctamente
- Arrodíllate al costado del tórax de la víctima (cualquier lado) y colocá el talón de una de tus manos sobre el centro del tórax, en el esternón.
- Poné tu otra mano encima de la anterior, asegurándote de no tocar las costillas de la víctima con tus dedos (mantenelos levantados y entrecruzados). Sólo el talón de la mano inferior apoya sobre el esternón.
- Hacé avanzar tus hombros de manera que queden directamente encima del esternón de la víctima. Mantené tus brazos rectos y usá el peso de tu cuerpo para transmitir la presión sobre tus manos. El esternón de la persona atendida debe descender al menos 5 cm.
- A continuación, liberá por completo la compresión sobre el esternón sin retirar las manos para permitir que el tórax vuelva a su posición de reposo y el corazón se llene con sangre.
Entre las compresiones, mantené el entrecruzamiento de las manos sin retirarlas del esternón. Las fases de compresión y relajación deben tener igual duración.