Una inolvidable noche de celebración y compromiso con la democracia
En una cálida y concurrida ceremonia, se hizo entrega de este prestigioso reconocimiento a grandes creadores del país.
“Bronca sin fusiles y sin bombas, bronca con los dedos en V, bronca que también es esperanza, marcha de la bronca y de la fe”. La legendaria figura de Miguel Cantilo se recortaba sobre la escalera modernista de la Casa de la Cultura del FNA cantando un himno de la rebeldía del rock de los 70 en el cierre de la entrega de los Premios Trayectoria 2023. Ni la intensa lluvia que cayó sobre Buenos Aires en el atardecer pudo con la fuerza de una celebración marcada por la indisimulable voluntad de que la Argentina no dé ni un paso atrás en todas las conquistas sociales recuperadas y sostenidas en estos cuarenta años ininterrumpidos de democracia. El tono de la noche quedó expuesto desde el principio cuando la presidenta del FNA, la arquitecta Diana Saiegh recibió a los ganadores e invitados en el jardín de la casa.
“Había preparado un discurso muy largo, pero hoy siento que tengo que decir otra cosa. La cultura es también una cuestión política y la política es parte de la cultura”, definió de forma directa Saiegh que manifestó su “mix” de sensaciones entre la alegría de reconocer a quienes hicieron de su trayectoria un compromiso con la comunidad y el inminente balotaje. En primera fila la escuchaban el ministro de Cultura Tristán Bauer, los ganadores y algunos invitados que recibieron los premios en representación de quienes no pudieron estar presentes. Fue el caso de Valentina Carlotto que recibió el premio en Derechos Humanos y Gestión Cultural por su abuela Estela y Oscar Ferrigno, hijo de Norma Aleandro quien había sido distinguida por el Directorio del FNA como Gran Premio Trayectoria. “No saben la ilusión que le hizo saber que había ganado este premio y lo feliz que está”, explicó emocionado.
La ceremonia se trasladó del jardín a la sala donde los directores entregaron los diplomas rodeados por las pinturas de Daniel Santoro (Premio Artes Visuales-Pintura) en la muestra que se completa con las piezas de Elida Salteño (Premio Artesanías) y las obras de Graciela Taquini (Premio Artes Visuales-Videoarte). Desde allí se multiplicaron las voces en el mismo sentido de las palabras de bienvenida: agradecimiento y compromiso. El cineasta Miguel Pereira (Premio Audiovisual-Cine) afirmó que “el arte es lo más transversal que tenemos para unirnos”; el escritor y psicoanalista Luis Gusmán (Premio Letras) arrancó aplausos al recordar su novela Ni muerto perderás tu nombre para señalar “desaparecido, entonces, es una palabra que no existe”. Lo mismo pasó cuando Rodolfo Mederos (Premio Música) repasó su origen humilde y afirmó “Cuando me preguntan si estoy jubilado les digo que no: sí, vivo en júbilo” o cuando Rubén Szuchmacher (Premio Teatro) resignificó el peso político de estos premios: “Lo importante de que estemos todos acá convocados por el Fondo es que esta es una institución que premia la historia”. Acaso sus palabras fueron el mejor corolario posible para una noche que la presidenta Saiegh enmarcó en “un momento dramático” ya que al reconocer la trayectoria de cada uno de estos artistas, gestores y creadores el FNA pone en valor la historia misma de la Argentina con su ejemplar educación pública, las leyes de fomento a la creación y el valor de la memoria como un patrimonio de todos.