Presidencia de la Nación

Nos Mueve el Orgullo: reflexión, reivindicación y organización para ampliar los derechos LGBTI+

El Día Internacional del Orgullo LGBTI+ trajo consigo la segunda edición de Nos Mueve el Orgullo, una política cultural llevada adelante por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD) y el Ministerio de Cultura. Desde el miércoles 28 hasta el viernes 30, miles de personas de todo el país transitaron las salas y auditorios del Centro Cultural Kirchner para encontrarse, debatir, escuchar y divertirse con las distintas propuestas formativas, artísticas y recreativas.


En esta ocasión, y con motivo de los 40 años de democracia argentina, el ciclo estuvo atravesado por temáticas como la participación política, los derechos conquistados y las deudas que aún hoy prevalecen para con la población LGBTI+. Con paneles, entrevistas y exposiciones a cargo de personas de las distintas provincias, el evento permitió intercambiar percepciones sobre las diferentes realidades que atraviesa la comunidad en cuanto al acceso al empleo, la salud, la educación y la vivienda.

Por supuesto, también hubo espacios para el esparcimiento a través de ferias del libro y de emprendedoras y emprendedores, las presentaciones Poesía Ya – Cuerpo Expresivo, Abrazando la diversidad, Diversicuentos, Brotecitos – Nuestrans Canciones y las muestras fotográficas Sport Friendly y Comunidad en Marcha. Además, en la explanada, los distintos organismos del Estado Nacional llevaron adelante operativos de acceso a derechos LGBTI+, asesorías integrales de salud, de abordaje integral de las violencias de género y del Programa Identificar, perteneciente al Registro Nacional de las Personas (RENAPER).

Democracia y participación política para vivir con dignidad y libertad

Si bien los juicios para conocer la verdad sobre los delitos de lesa humanidad cometidos por la Junta Militar durante la última dictadura comenzaron en 1985, la voz de una sobreviviente travesti fue oída por primera vez en octubre de 2020. Gran parte de quienes vivieron aquella etapa suelen coincidir en que para la población travesti-trans la democracia comenzó en 2012, tras una larga lucha, cuando la Ley de Identidad de Género reconoció su identidad autopercibida. Sin embargo, la democracia es mucho más que la posibilidad de votar: exige participación política y representación con protagonismo en la transformación de la sociedad.

En este sentido, una de las actividades destacadas en esta edición de Nos Mueve el Orgullo fue “Participación política del colectivo LGBTI+”, en la que se hizo hincapié en la creación del MMGyD como institución dedicada a pensar y ejecutar políticas para que esta población viva en condiciones de igualdad. Con la participación de la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Ayelén Mazzina, se escucharon voces de distintas procedencias políticas y geográficas del territorio nacional. La coordinadora de Fortalecimiento de la Sociedad Civil, Gema Rosales, fue una de las expositoras y en su intervención afirmó que “la democracia tiene una deuda con el colectivo travesti, trans y LGBTI+”. A su vez convocó a la organización colectiva para sostener los derechos conquistados y alcanzar los que restan: “Las leyes a veces llegan a medias; exigen implementación y eso requiere militancia”.

Por su parte, la representante especial sobre Diversidad Sexual e Identidad de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Alba Rueda, puso de relieve la generación de estudios y evidencias que den cuenta de la segregación de la población LGBTI+, en especial la travesti-trans, y el impacto de las políticas de igualdad en sus vidas. “La ciudadanía trava es la que nos decimos a nosotras mismas: yo-soy-Alba. Y ahí hicimos que el Estado nos reconozca y tenga que cambiar su lógica patriarcal para representar nuestros nombres en nuestros DNI, sin patologización ni judicialización. Somos un movimiento de derechos humanos fundamental, único e imprescindible para la región y el mundo. Aquí y en todas partes en que haya maricas, travas y lesbianas, vamos a estar luchando para crear una democracia para nosotres mismes”, planteó.

En “Institucionalidad de las políticas de diversidad en provincias y municipios”, un panel moderado por la subsecretaria de Políticas de Diversidad, Agustina Ponce, representantes de las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires reflexionaron sobre la transversalización de la perspectiva de géneros y diversidad a nivel local. En especial, se dialogó acerca de los avances del Cupo Laboral Travesti-Trans en los distritos. En el Estado Nacional, la normativa sancionada en junio de 2021 alcanzó a más de 700 personas que accedieron a un empleo formal y lograron transformar sus vidas gracias a ello.

Respecto de la articulación con los privados, la secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad, Paulina Calderón, junto con representantes de empresas como Banco Nación, Fundación Pescar, Unilever, L’Oreal, Aerolíneas y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) intercambiaron sus experiencias de implementación de programas de género y diversidad, como también del Cupo Laboral Travesti Trans. Fue en el marco de la ronda “Diversidad e inclusión en el mundo laboral: Experiencias intersectoriales”.

Por otro lado, "Territorios Orgullosos" fue un espacio que reflejó otra de las características fundamentales de esta edición: un marcado y decidido componente federal. En cada mesa de disertación, como también en el público, fue notoria la presencia del testimonio y la perspectiva de cada provincia de nuestro país. En este caso, se trató de un diálogo en donde militantes y activistas LGBTI+ de Córdoba, Entre Ríos, San Luis, Salta y Buenos Aires compartieron sus estrategias de organización social, política y las experiencias de marchas del orgullo y luchas por los derechos colectivos.

Un camino por recorrer

Si bien son muchos los avances en materia de conquista de derechos para la población LGBTI+, las leyes conllevan largos procesos hasta ser internalizadas por el conjunto de la sociedad y las instituciones no expulsen ni profundicen la segregación de la diversidad. Un testimonio de eso fue el encuentro "Pedagogías de la diversidad", en donde pudieron oírse múltiples testimonios atravesados por el lugar que las instituciones educativas cumplieron y cumplen en sus vidas.

Manu Mireles es activista LGBTI+ no binarie y co-fundadora del Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis. Su relato se vio atravesado por la educación: en un primer lugar, por una madre maestra a quien acompañaba a su trabajo de vez en cuando, pero luego dejó de hacerlo por los trastornos abdominales causados por la contención de orina durante el turno escolar, ya que evitaba ir al baño ante el temor a ser abusado por aquellos compañeros que lo maltrataban. “Yo era la mariquita del colegio, a quienes le gritaban y tiraban cosas, pero un día llegó una mariquita más mariquita que yo y los varones me dieron una piedra para que le tire. Entendí que en ese momento yo podía dejar de ser la persona de quien se burlaban, pero no le pude tirar la piedra porque era como tirármela a mí. Eso me marcó. Cuando terminé la secundaria decidí estudiar Educación, donde me han dicho que yo no podía ser un ejemplo para nadie”, recordó.

La decisión de crear el primer bachillerato travesti trans del mundo fue la respuesta a esa exclusión. “Necesitábamos salvarnos. Las personas que estamos en la Mocha fuimos atravesadas por la violencia del sistema educativo. Cuando empezamos, algunas compañeras decían ‘esto no parece una escuela’ y yo pensaba que no sé si quiero que parezca una escuela. ¿Qué escuela? ¿La que nos excluyó a la mayoría de nosotres?”, cuestionó. El encuentro también demostró la organización de la comunidad y puesta en común de todo aquello que resta hacer para garantizar a toda la población LGBTI+ su derecho a la educación y los que vienen aparejados con este, como el acceso a un empleo formal. La Educación Sexual Integral fue uno de los tópicos centrales, ya que apunta a una transformación cultural y a desnaturalizar aquellos estereotipos de género que cimientan esas violencias en las que se basa la exclusión.

“Orgullo intersex en movimiento” fue un encuentro que visibilizó los derechos y las demandas de las personas intersex en el ámbito de la salud, mientras “Familias diversas, familias orgullosas” reunió a más de 100 participantes de todo el país que destacaron la importancia de la escuela en las infancias y adolescencias que expresan otra identidad de género. Graciela es de Salta y Luciana, su hija de 15 años, es trans. “Cuando me contó que se sentía y quería ser mujer le dije que estaba bien. Aprendí muchas cosas que desconocía. Me asusté mucho cuando vi la expectativa de vida de las personas trans, que es de 40 años como mucho, y supe que tenía que salir a militar. ‘Tenés que aprender la Ley de Identidad de Género como el Padre Nuestro’, me decían, y lo hice para defender sus derechos”, sostuvo.

Noah es adolescente y cambió su identidad de género. Destacó la importancia de encontrarse con pares, de participar en grupos con gente de la misma edad que atraviesan o desean atravesar un proceso de transición. En el club de sus amores, Boca Juniors, logró modificar su carnet para que represente su identidad, luego de que instituciones como Racing Club y Vélez Sarsfield hayan entregado carnets no binarios desde el año pasado. “Estoy muy feliz de tener la mamá que tengo porque hay muchas adolescencias que no tienen el acompañamiento que tuve yo”, apuntó. Ezequiel es el padre de Catalina, una niña trans, y expresó que no tuvieron tantas trabas institucionales gracias al acompañamiento de organismos como el INADI y la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).

En el marco del proyecto de ley “Reconocer es reparar”, que comenzó su tratamiento parlamentario en mayo, activistas y militantes travestis y trans dialogaron sobre la importancia, las implicancias y los desafíos que trae aparejada la normativa. La propuesta es reparar económicamente a integrantes de esta población que hayan sufrido violencia institucional por motivos de género. En el panel “Reparar en democracia” participaron las activistas Florencia Guimaraes, Luana Salva, Erika Moreno y Aldana Nicole Sánchez. “Reclamamos una reparación para una muerte digna, para morir con algunos derechos. Hablamos de una reparación histórica monetaria y no de todos esos años que hemos sido excluidas. Nuestra democracia comenzó hace 11 años, con la Ley de Identidad de Género, y acá estamos: resistiendo y dándoles el ejemplo a las nuevas generaciones”, planteó Luana Salva, quien el mes pasado expuso en la Cámara de Diputados.

Es mucho lo logrado en los últimos 20 años, como también son grandes los desafíos. Por eso, la democracia es imprescindible y -al igual que los derechos conseguidos- es fruto de la lucha colectiva. No es naturalmente dada ni infranqueable. Y se fortalece con la participación política de quienes en cada charla, panel o intervención contaron sus experiencias que, pese a la diversidad de visiones y expectativas, tuvieron un gran hilo conductor: el orgullo. Para finalizar, una frase de la dirigente social transfeminista Ornella Infante sintetizó el espíritu de este ciclo: “A tantas compañeras con las cuales hemos pateado para conseguir leyes de igualdad, les diría que no fue en vano, que acá está el resultado y que este es sólo el comienzo. Organizades y en conjunto seremos capaces de ir por lo que falta: por la reparación histórica y la ley integral, por la posibilidad de que muchos y muchas puedan acceder a su vivienda”.

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