Presidencia de la Nación

Prevención de enfermedades transmisibles de los animales a las personas

En el Día del Animal, el Senasa brinda medidas para prevenir tres zoonosis de importancia en la producción pecuaria.


Buenos Aires - El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) trabaja en la prevención y control de las zoonosis relacionadas a animales de producción, como pueden ser la brucelosis, la tuberculosis y la triquinosis, entre otras enfermedades.

En tanto que las zoonosis relacionadas a animales de compañía (como perros y gatos) se manejan a nivel municipal o provincial y también a través del Ministerio de Salud de la Nación. Una zoonosis es una enfermedad que puede transmitirse entre animales y humanos, producida por diferentes agentes infecciosos. Estos patógenos pueden ser bacterias, virus, parásitos u hongos y contagiarse a las personas por contacto directo o a través de los alimentos, el agua o el ambiente.

Representan un problema importante de salud pública en todo el mundo debido a la interacción entre humanos, animales y el ambiente, la vida cotidiana con animales de compañía y la movilización de personas, animales, sus productos y subproductos a través de la actividad comercial.

En este sentido, estas enfermedades pueden generar perjuicios en la producción y el comercio de productos de origen animal destinados a la alimentación y otros usos. Es importante destacar que, según la OMS, existen más de 200 patógenos que pueden producir enfermedades zoonóticas y representan un importante porcentaje de las enfermedades nuevas y existentes en los humanos.

En el marco del Día del Animal, el Senasa informa acerca de las medidas de prevención respecto a ciertas zoonosis de importancia en la producción pecuaria y con el fin de resguardar el estatus zoosanitario argentino.

Tuberculosis bovina, brucelosis y triquinosis: tres zoonosis para poner atención

La tuberculosis bovina (TBB) es una enfermedad infectocontagiosa producida por la bacteria Mycobacterium bovis que puede transmitirse a otros animales domésticos como los porcinos, ovinos, caninos, felinos, animales silvestres y también a las personas. Por tratarse de una enfermedad zoonótica, se considera de riesgo profesional y puede afectar a trabajadores rurales, de la industria frigorífica, tamberos y veterinarios.

Las personas pueden contraer la TBB del ganado por vía aerógena, oral o cutánea. En el primer caso, puede desarrollar una enfermedad pulmonar; en las otras vías, la enfermedad se manifiesta como formas extrapulmonares, (digestiva, ganglionar, cutánea).

Desde el Plan Nacional de Control y Erradicación de la Tuberculosis Bovina se trabaja en el control y erradicación de esta enfermedad, realizando los controles correspondientes en frigoríficos y pruebas diagnósticas en los rodeos.

Por otro lado, la brucelosis es definida como una enfermedad infectocontagiosa de carácter zoonótico, producida por la bacteria Brucella spp que puede afectar a muchas especies de animales, particularmente a bovinos, cerdos, cabras, ovejas, camélidos, ciervos, caballos, caninos y otros mamíferos.

La enfermedad es generalmente asintomática en hembras no gestantes, en donde la infertilidad puede ser uno de sus signos clínicos. En las hembras gestantes puede causar abortos y el nacimiento de animales débiles.

Por su parte, la triquinosis es una enfermedad producida por Trichinella spp., un parásito cuyas larvas se alojan en los músculos de los animales. Afecta principalmente a los cerdos domésticos y a algunos animales silvestres como los jabalíes y los pumas.

Los cerdos adquieren el parásito al comer carne con larvas de Trichinella. Esto puede ocurrir si son criados en malas condiciones higiénico-sanitarias (presencia de basura, residuos alimenticios crudos, roedores, etc.).

Al tratarse de una zoonosis, puede transmitirse a las personas al consumir carne insuficientemente cocida o productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres, que contienen en sus músculos larvas del parásito. La principal fuente de infección de esta enfermedad para las personas es el consumo de carne de cerdos domésticos.

Prevención y control

Los métodos de prevención de las enfermedades zoonóticas difieren para cada patógeno; sin embargo, la incorporación de ciertas prácticas a nivel individual y social puede hacer la diferencia. Por ejemplo, el cuidado de los animales de producción ayuda a reducir la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades zoonóticas de origen alimentario a través de alimentos como la carne, los huevos, los productos lácteos o incluso algunas verduras.

Asimismo, el agua potable limpia y la correcta eliminación de desechos también resultan esenciales. Por último, las campañas educativas y de comunicación destinadas a promover el lavado de manos después del contacto con animales, entre otras medidas, resultan eficaces para reducir la propagación de las enfermedades zoonóticas.

La resistencia antimicrobiana (RAM) también es un factor para considerar ya que complica el control y la prevención de las zoonosis. Esta capacidad de los microorganismos de producir mecanismos específicos que les permiten sobrevivir en presencia de sustancias nocivas para su desarrollo (antimicrobianos) genera que los antibióticos pierdan su eficacia en el tratamiento de una enfermedad causada por bacterias.

El uso inadecuado de los antimicrobianos puede acelerar este fenómeno, mientras que el uso responsable de los antibióticos en los animales resulta fundamental para preservar su eficacia en el tratamiento de enfermedades ocasionadas por las bacterias resistentes.

Recomendaciones generales para prevenir la tuberculosis y la brucelosis

•No consumir leche cruda.

•Consumir leche y derivados lácteos producidos con leche pasteurizada.

•Cumplir con las medidas sanitarias necesarias para evitar el ingreso de la enfermedad al rodeo.

•Realizar los saneamientos según la normativa vigente.

•Utilizar los elementos de protección personal adecuados en el manejo con los animales.

Recomendaciones generales para prevenir la triquinosis

•Adquirir chacinados y embutidos de origen porcino o de animales de caza, que hayan sido inspeccionados y certificados por el Senasa u otros organismos provinciales o municipales. Los productos deben estar identificados con una etiqueta que garantice su correcta elaboración.

•No comprar productos de origen desconocido que no poseen etiquetas.

•No consumir carne porcina o silvestre ni productos derivados de la misma, antes de saber que el análisis de laboratorio que detecta la triquinosis resultó negativo.

•Cocinar bien la carne de cerdo, hasta que desaparezca el color rosado en su interior.

•Quienes se dedican a la producción deben respetar las normas establecidas por las autoridades sanitarias para la tenencia y la cría de cerdos. Además, si realizan faena casera para autoconsumo, deben remitir una muestra de entraña de cada cerdo a un laboratorio para que sea analizada.

Por último, es clave considerar que la notificación inmediata al Senasa acerca de la aparición de determinadas enfermedades animales es de importancia fundamental para la protección de la ganadería nacional y la salud pública.

Esta comunicación puede hacerse personalmente o por teléfono en las oficinas locales, vía correo electrónico a notificaciones@senasa.gob.ar, mediante la aplicación “Notificaciones Senasa” o completando el siguiente formulario.

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