La ANMaC sacó de circulación y destruyó más de 14 mil armas de fuego
El Programa de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego (PEVAF), desde su creación en 2007, es parte de la política pública de control de armas de la Argentina que ya lleva más de 55 mil armas destruidas en los últimos tres años y más de 450 mil desde el inicio del plan de desarme de la población creado por la Ley N° 26.216.
El proceso de destrucción y su posterior fundición de más de 14 mil armas de fuego empezó con la supervisión que realizó el ministro de Justicia este 28 de febrero en el edificio que el Banco Nacional de Materiales Controlados (BANMaC) posee en el partido bonaerense de San Martín.
La Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC), organismo descentralizado actuante en la órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, llevó adelante el proceso de destrucción de más de 14 mil armas que concluyó con su fundición en la localidad de Campana.
El procedimiento de destrucción tiene dos etapas: la primera en la sede del BANMaC, donde se efectuaron los controles registrales y notariales correspondientes. Y luego bajo la custodia de la Policía Federal Argentina, se procedió al traslado de las armas de fuego a la planta de la empresa Scrap Service S.A, donde se procedió a la destrucción por triturado y fundición bajo estrictos protocolos de seguridad. Todo lo actuado fue certificado por parte de la Escribanía General de la Nación.
Las armas destruidas provienen de secuestros, incautaciones y/o decomisos en el marco de procedimientos administrativos y/o judiciales, del Programa Nacional de Entrega Voluntaria (PEVAF); y también de bajas patrimoniales de las siguientes instituciones: Servicio Penitenciario Bonaerense; Registro Provincial de Armas de la Provincia de Buenos Aires (RePAr); Poder Judicial de La Pampa; Delegación ANMaC La Pampa; Delegación ANMaC Mar del Plata; Poder Judicial de la Provincia de Neuquén; Policía de la Provincia de Neuquén; Policía de la Provincia de Santa Fe; Delegación ANMaC Rosario y Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Tucumán.
"Seguimos adelante con el plan de desarme"
El encuentro de supervisión de las armas de fuego fue presidido por el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, quien destacó que de esta manera “seguimos adelante con el plan de desarme, erradicando y sacando de las calles y los barrios estas armas de fuego que tanto daño nos generan como sociedad cuando caen en manos de delincuentes”.
Cuestionando la política realizada en el gobierno anterior, Soria manifestó que esta “es la manera de revertir este proceso cuando algunos pensaban en la Argentina que era positivo que cualquier ciudadano ande con un arma de fuego en la mano. Esa política se terminó y nosotros seguimos adelante con este plan de desarme que se inició allí durante los gobiernos anteriores del peronismo que fueron un orgullo y han merecido premios internacionales”.
La directora Ejecutiva de ANMaC, Natasa Loizou, señaló que “con las 14.161 armas destruidas hoy ya llevamos más de 55 mil armas destruidas en los últimos tres años. En esta ocasión las armas destruidas provienen de las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, La Pampa, Neuquén y Tucumán con la colaboración de organismos como el Poder Judicial, los Ministerios Públicos, las policías provinciales con sus bajas patrimoniales y armas provenientes del desarme voluntario”, explicó la funcionaria a cargo del organismo.
Loizou analizó que “este tipo de destrucción y recolección de armas aporta para la política criminal, para la reducción de este tipo de materiales en circulación así como aporta en la prevención del delito o en posibles accidentes con este tipo de armas”.
Del encuentro participaron el subdirector de la ANMaC, Carlos Fernández y la directora Nacional de Fiscalización, Resguardo y Destrucción de Materiales Controlados, Paula Binder, además de contar con la presencia de algunas provincias como los funcionarios del Ministerio Público Fiscal de Tucumán, Tomás Robert y Cino Calcaprina, e integrantes de las fuerzas policiales y de equipos especiales que organizaron el proceso de destrucción y fundición de armas que culminó en los altos hornos de Campana.