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"Distópica: Historias de una Argentina que podría haber sido"

Los capítulos son “El bombardeo a Plaza de Mayo”, “El Golpe de Estado contra Arturo Frondizi”, “El Golpe de Estado contra Arturo Illia”, y “La muerte de Juan Domingo Perón”. Conducida por Luli Trujillo junto a los historiadores Pupina Plomer y Martín Leguizamón, la serie está dirigida por Ionathan Klajman, con quien conversamos en esta nota.

Ionathan Klajman es guionista, dramaturgo y director, y un fanático de la historia y de la ciencia ficción y particularmente de las ucronías, aquellas reconstrucciones históricas construidas de manera lógica, que se basan en hechos posibles pero que no sucedieron. Las ucronías cuentan con un punto jonbar, ese punto en el que los sucesos podrían haber ocurrido de manera diferente. Para construir ese punto preciso hay que hacer un trabajo de mucha investigación para generar opciones de historia alterna que tengan sentido. Esto es lo que sucede con "Distópica", el documental producido por Sebastián Betz que se estrenó el viernes 9 de junio a las 22 h por la TV Pública y que fue seleccionada en la categoría serie documental en coproducción, en la Convocatoria Nacional Renacer Audiovisual lanzada por el Ministerio de Cultura de la Nación.

-¿Por eso el nombre de la serie?
-Las ucronías están divididas en distopías y utopías. El título del programa juega con eso, porque la distopía es esa ucronía en la cual las cosas no salen tan bien y esa es un poco la historia de nuestro país.

Un país con tantos golpes de Estado y que tuvo tantas interrupciones en el orden constitucional, es una especie de distopía. Eso se trabajó en la serie y se buscaron alternativas que tuvieran cierta posibilidad de haber ocurrido. Obviamente, dentro del campo de la ficción.

También queríamos buscar una perspectiva distinta sobre la historia. Porque generalmente cuando uno ve los programas sobre historia argentina, siempre los termina recorriendo hacia el mismo lugar y capaz que nos anestesiamos ante hechos que son descomunales y tremendamente dramáticos y, con el paso del tiempo, se terminan naturalizando. La idea era buscar la perspectiva de decir "las cosas también podrían haber pasado de otra forma". Entonces lo que pasó como pasó cobra una dimensión distinta.

-El primer capítulo es sobre 1955 y el bombardeo en Plaza de Mayo
-Cuando se lee la historia y se investiga sobre el papel que cumplieron los pilotos argentinos subiéndose a aviones y bombardeando una Plaza de Mayo llena de gente, uno tal vez lo leyó tantas veces que termina siendo un hecho natural y, en verdad, es un hecho de una gravedad terrible que cobra mucho más perspectiva cuando planteamos la hipótesis, como ocurre en el primer capítulo del programa, de que los pilotos se nieguen a bombardear la plaza. Cuando vienen con el plan para bombardear la plaza los pilotos se espantan de tener que matar gente. Estaban en desacuerdo con la figura de Perón pero de ahí a subirse a un avión a matar gente, ellos se niegan en la serie. Y ante esa negativa, la política de Perón cambia drásticamente y, en este 1955 utópico, empieza a haber una situación de conciliación nacional y se toman una serie de medidas que terminan arribando a las elecciones que hubieran ocurrido en 1958.
En 1955 cuando lo derrocan a Perón, estaba esa constitución que era tan progresista y revolucionaria, que hubiese sido maravilloso haberla conservado porque esa constitución, hacia adelante, nos hubiera dado la posibilidad de mantener un montón de discusiones en torno a lo social, a lo cultural.

-Los otros capítulos abordan el golpe a Frondizi, a Illia y el de 1976
-El último capítulo, el de 1976, arranca con la hipótesis de que Perón no muere en el '74 y, cuando resurge de esa enfermedad, vuelve en otro calibre político: empieza a dialogar con las juventudes peronistas que en ese momento eran perseguidas, hecha a López Rega, desarticula la Triple A, hace una alianza con Balbín y reemplaza a López Rega por Balbín y realiza una especie de coalición multipartidaria. Todo basado en acontecimientos políticos posibles. Y aventuramos que en 1979 un Alfonsín un poco más joven termina siendo presidente.
Puede ser una mirada un poco ingenua. Pero no está mal tenerla porque si se hablaba y se establecía un sistema de diálogo o de alguna forma se pactaba y se encontraban puntos intermedios capaz que no había golpe.

-¿Cómo se muestra la serie?
-Hicimos un recorrido clásico de la historia que está narrado por Pupina Plomer y Martín Leguizamón, historiadores maravillosos que van siendo cuestionados por Luis Trujillo. Y, por el otro lado, tenemos unos falsos documentales de "Sucesos Argentinos" con los que vamos contando y avanzando en la historia a partir de este punto jombar.
Se trabajó mucho y se pusieron mucho a prueba las hipótesis de historia alterna. Por un lado con los entrevistados que venían, a quienes les pasábamos el material; y por otro lado hicimos un trabajo muy pormenorizado con Leguizamón, que es historiador y politólogo, y con la historiadora Pupina Plomer.
En el programa los historiadores están parados sobre una línea que hicimos con realidad aumentada en una línea de la historia argentina que va de 1946 hasta 1983, eso mide 30 metros, se realizó en un estudio muy grande. Entonces cuando ellos hablan lo vemos físicamente. Y ahí es más impresionante ver la perspectiva histórica y lo que han sido la cantidad de interrupciones a la democracia que hubo en el país. Y las consecuencias son muy explícitas y se van marcando de manera muy clara.
El '55 como comienzo de todo esto es interesante porque, si bien hubo golpes de Estado antes, la forma violenta en la que se interrumpió la democracia en ese momento fue un espiral de violencia que fue incrementándose con el paso del tiempo y que termina en la locura del '76. Es impresionante verlo en la línea porque se ve claramente cómo la sociedad nunca se recupera hasta el '83.

-¿A qué público está dirigida la serie?
-Es un programa de historia. La idea es que cualquier persona que sienta curiosidad por saber qué pasó en nuestro país, cuando vea el programa encuentre una forma distinta de acercarse a estos temas que tantas veces visitamos. Mientras hacíamos el programa yo pensaba en mi hijo, que tiene 15 años. Y busco el asombro: pasó esto pero podría no haber pasado. Eso me parece apasionante. La historia podría ser otra. Y ahí, la historia que atravesamos toma una dimensión totalmente diferente. Y lo mismo del presente hacia el futuro para decir las cosas pueden ser diferentes.

"Distópica" utiliza la tecnología de realidad aumentada para mostrar la Línea de Tiempo de la historia y las imágenes de los sucesos que se están narrando. Cada episodio tiene una hipótesis histórica alterna basada en acontecimientos reales y fruto de un pormenorizado proceso de investigación. Las Líneas de Tiempo Alternas conducen por universos paralelos, en donde las cosas funcionan de manera contraria y los golpes de estado no se suceden. Se emite por la Televisión Pública los viernes a las 22 h.

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