Presidencia de la Nación

Diálogo con Stephen Greenberg


El diseñador británico dio una charla el jueves 26 de octubre a las 18:30 en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano.

Fundador y director de Metaphor, una empresa del Reino Unido que se especializa en planeamiento y diseño de proyectos culturales en palacios, museos y espacios considerados patrimonio histórico, Stephen Greenberg - invitado por el Ministerio de Cultura de la Nación- dio una conferencia abierta llamada Viaje a la tierra de los Museos, en la que se preguntó por el origen de los museos, cómo se desarrollaron y hacia dónde van.

Stephen Greenberg ha diseñado numerosas exposiciones y ha elaborado el plan maestro de grandes museos, entre ellos, el V & A FuturePlan, la visión y el plan maestro del Olympic Museum Lausanne, el Parc Olympique Lausanne, el National Museum of Scotland y el Ashmolean Museum, así como las exhibiciones First Emperor Exhibition at the British Museum, Surreal Things en el V & A & Guggenheim Bilbao y planes maestros para el York Railway Museum, el Science Museum y el Grand Egyptian Museum.

La actividad sucede en el contexto de la Mesa de Trabajo Museo Nacional de Arte Oriental (MNAO) en Casa Mansilla, iniciativa organizada por la Secretaría de Patrimonio Cultural y la Dirección Nacional de Museos del organismo rector de Cultura de la Nación.

-¿Cómo se trabaja el diseño de un plan maestro de un museo?

-Lo primero es diagramar un mapa de ruta: una serie de pasos a seguir a lo largo de los próximos años. Pienso el museo de adentro hacia afuera. Comienzo por los públicos, las comunidades, las colecciones, la historia de los objetos. Todo es importante: el edificio, el color que se elige para pintar las paredes, el tipo de luz que se proyecta. En un museo hay muchas historias que contar y audiencias diferentes. Hay que contemplar absolutamente todo: los objetos, el patrimonio, la conservación, las vitrinas especiales, las galerías, el plan de negocios, las actividades que se van a ofrecer cada día y los días feriados, los domingos, durante los recesos escolares, etcétera. Es necesario tener en cuenta también que un objeto o una historia se pueden contar de muchas formas: quién donó el objeto, cuál es la historia de ese objeto, qué significa que ese objeto esté en un museo nacional. Uno puede exhibir objetos de China y hablar de China, o a partir de una colección contar acerca de la historia económica y social del país del que ese objeto provenga, la historia del propio objeto, su materialidad. El proceso de hacer un museo es muy complejo.

-¿De qué manera se piensa un museo para distintos públicos?

-Si uno quiere atraer públicos diferentes, es interesante poner los objetos en distintos contextos. En este punto son muy importantes las exposiciones temporarias, porque en general son las que van a hacer que la gente regrese y así se va consolidando la tribu del museo, sus seguidores. En este punto, cabe señalar que desarrollar una audiencia no sucede de la noche a la mañana, puede llevar tres, cuatro, o cinco años. Es necesario hacer una investigación en materia de audiencias. El desarrollo de públicos es un punto clave.




-¿Qué importancia adquiere el "clima" de un museo?

-Creo que si uno camina por un museo que carece de calidez, si no encierra sentimiento, si es un espacio poco cálido, frío, como sucede con muchos grandes museos, se pierde mucho. El clima y el ambiente son cuestiones primarias. Por ejemplo, muchos museos en el mundo entero están pintados totalmente de blanco. Hace poco trabajé en el plan maestro de un museo y me ocupé especialmente de que no hubiera ninguna pared pintada de blanco.

-¿Por qué?

-Porque el color es calidez. De hecho, para algunas obras pintamos paredes de rojo y para otras elegimos el verde. El color de la pared vibra con la obra de arte. La luz también es fundamental. Cada día ponemos más y más tecnología en las exhibiciones, que está bien, pero la tecnología se puede romper o no ser la más adecuada. Por otro lado, no todos aman los soportes interactivos. Tengamos presente que no todos aprendemos de la misma manera: algunos leen, otros miran, otros escuchan, algunos quieren tocar. Los museos son multi-sensoriales.

-¿Qué importancia adquiere la incorporación de tecnología en el museo de hoy?

-Hay muchos museos que sostienen que deben incluir tecnología porque el museo de al lado tiene. Pero en ocasiones incorporan la tecnología equivocada o con funcionamiento pobre. Lo mismo sucede con los sitios web de muchos museos. En algunos casos son solamente páginas con información o que incluyen solamente el catálogo online. Sin embargo, la web puede aportar muchísimo. Se pueden hacer videos muy fácilmente, descargar material, contextualizar objetos, hacer mapeos. Incluso son muy útiles para trabajar con la comunidad. Uno de los grandes cambios que está teniendo lugar en este momento es la presencia de comunidades que de alguna manera hacen el museo junto con el museo.

-En este estrecho vínculo museo-comunidad, ¿cuál es la responsabilidad social de un museo?

-Creo que la responsabilidad social está muy ligada a una situación que tiene que ver con que la mayoría de las sociedades no invertimos lo que debiéramos en nuestras escuelas, salvo excepciones. Las escuelas están mal equipadas o no tienen la facilidad de explicar ciencia moderna o hacer experimentos en clase, por ejemplo, como lo puede hacer un museo. En todas partes, las escuelas están tan mal financiadas que el museo se ha convertido en un gran espacio de aprendizaje. Esta experiencia de aprendizaje en el ámbito de un museo se ha incrementado mucho en los últimos 20 o 30 años. Para mí el museo es un grandioso espacio de narración. No son cosas muertas en un espacio muerto, como muchos sostienen. Los museos son escuelas de vida; se puede aprender mucho en ellos.

-¿Cuál es el principal desafío que enfrentan los museos en la actualidad?

-Uno de los desafíos más grandes hoy es Netflix o Amazon, que nos permiten descargar lo que queramos y otorgan la posibilidad de ver lo que se quiera con un solo clic. Ni siquiera tenemos que ir al cine. Mientras tanto, el museo es un proyecto largo, que necesita tiempo y patrocinio. El verdadero desafío es argumentar y sustentar ese valor, ese costo, y que haya un retorno social de esa inversión. Hay métodos para empezar a analizar la ganancia social, el rendimiento social de esta inversión, los inmensos rendimientos que ofrecen los museos. La gente se ha aislado considerablemente en los últimos tiempos, se volvió más solitaria. De ahí que los museos cumplan una función social en la comunidad. Este también es un desafío.

-Si tuviese que elegir un museo en el mundo, ¿cuál sería y por qué?

-Hay un museo en Turín, Italia, que es una maravilla. Se trata del Museo Nacional del Cine de Turín, un museo dedicado a la historia del cine italiano e internacional. Hace dos cosas de manera brillante. Para aquellos que iban a un cine por primera vez, este Museo era como un palacio de sueños, como una fábrica de sueños. El cine representa esta capacidad del ser humano de crear un mundo de sueños. Una exhibición es como una película en un espacio determinado, no como ocurre en el teatro, en el que la audiencia se sienta y los actores se mueven; acá el visitante es el actor de la obra. La segunda cuestión es el espacio diseñado para proyectar las películas. Un espacio en el que el público se sienta y se siente italiano, o quiere serlo. Es mágico. La gente visita Turín para conocer este museo que regala una experiencia increíble.

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