Presidencia de la Nación

Día Mundial y Nacional de concientización sobre el Autismo

En el año 2007, las Naciones Unidas instituyó el 2 de abril como “Día Mundial de Concientización sobre el Autismo”.


En el marco de esta conmemoración, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) reafirma su compromiso de continuar trabajando en pos de la igualdad y no discriminación en el ejercicio de los derechos de todas y todos, especialmente de aquellas personas o colectivos históricamente discriminados, como aquellas que presentan autismo o autistas respetando el termino con el cual se identifica cada persona.

Asimismo, el Instituto considera necesario avanzar en la sensibilización y concientización de la sociedad en su conjunto sobre la temática, así como la detección oportuna, la atención integral de la salud de las personas y la implementación de políticas públicas inclusivas en las áreas de educación, trabajo, recreación, vivienda, entre otros ámbitos destinadas a las personas afectadas y sus familias, abarcando todas las etapas de su vida.

En el marco normativo, el INADI destaca la ampliación y reconocimiento de derechos, resaltando la importancia del Código Civil y Comercial de la Nación, la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657 de 2010 (reglamentada en 2013); la ratificación en 2008 y la jerarquía constitucional otorgada en 2014 a la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD); y la sanción de la Ley Nacional 27.043 en 2014 (reglamentada en 2019), que declara “de interés nacional el abordaje integral e interdisciplinario de las personas que presentan trastornos del Espectro Autista (TEA); la investigación clínica y epidemiológica en la materia, así como también la formación profesional en su pesquisa, detección temprana, diagnóstico y tratamiento; su difusión y el acceso a las prestaciones”.

Las personas con Condiciones del espectro autista encuentran importantes barreras que dificultan e interfieren en la mejora continua de su bienestar. Encuentran obstáculos en cuanto a su inclusión y participación social, en el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales como educación, trabajo, vida independiente, salud, inclusión social, acceso a la justicia, movilidad en la comunidad, entre otros, y con ello, el derecho a tomar sus propias decisiones con independencia de las necesidades de apoyo que puedan presentar ya que en situaciones de mayor complejidad, es imprescindible que cuenten con sistemas individualizados de apoyo y con oportunidades reales para expresar sus prioridades y orientar hacia ellas sus decisiones.

Si bien, existe una importante vulneración a sus derechos, este año nos focalizamos en las personas adultas autistas/con autismo que han sido invisibilizadas y reclaman ser consideradas, escuchadas, y consultadas en todos los temas que las involucran y pueden dar valiosos testimonios directos que nos permita comprender su perspectiva de vida. Particularmente, nos centraremos, en el acceso al derecho al trabajo.

El trabajo constituye un derecho fundamental, y se ha reconocido como un factor esencial que influye en la mejora de la calidad de vida, el desarrollo personal y la participación plena de todas las personas en la sociedad que incluye, por supuesto, a las personas con discapacidad en general y a las personas con condiciones del espectro del autismo en particular.
El trabajo representa un factor clave en la inclusión social, esencial para afrontar la vida adulta con autonomía e independencia, y resulta imprescindible para el ejercicio pleno y efectivo de los derechos humanos y libertades fundamentales.

Las personas con autismo constituyen uno de los colectivos que afronta más dificultades para acceder y mantener un empleo al llegar a la vida adulta (Dudley, Nicholas y Zwicker, 2015). Los problemas a los que se enfrentan tienen que ver con altas tasas de desempleo, falta de oportunidades laborales (National Autistic Society, 2016), temporalidad, trabajos de inferior cualificación a lo que correspondería a su formación y capacitación y escasas posibilidades de desarrollo profesional (National Autistic Society, 2008). Asimismo, encuentran obstáculos para acceder a apoyos y adaptaciones de los puestos laborales que le permitan mantenerse con continuidad en el mismo y la precariedad de las condiciones laborales de aquellos/as que encuentran un puesto y que muchas veces no tiene posibilidad de desarrollo y crecimiento en el mismo.

Por otro parte, otras de las barreras que encuentran para acceder al derecho al trabajo si bien la mayoría no logra ni siquiera la oportunidad de tener una entrevista laboral, aquellas personas que si la obtienen se enfrentan a que las mismas no están adaptadas en base a sus características personales y no logran pasarlas pesar de estar calificadas para dicho puesto laboral. Por ello, es muy importante, acceder al empleo con apoyo ya que brinda la oportunidad, de encontrar y mantener un empleo remunerado en el mercado laboral.

Debido a la falta de empleo es frecuente que las personas adultas con TEA dependan económicamente de sus familias (Billstedt et al., 2011; National Autistic Society, 2012). Esto, conlleva a incrementar la preocupación de sus padres, madres o personas de referencia a quienes les causa gran angustia la incertidumbre de la vida de sus hijas, hijos e hijes a futuro cuando esta/os llegan a la vejez o mueran.
Tal, lo anteriormente mencionado, la importancia del empleo para la persona con esta condición radica, no solo en su contribución a la sostenibilidad económica de la persona sino también por las implicaciones para su calidad de vida y también como elemento facilitador del acceso a una vida independiente.

Es dable mencionar que el artículo 27 de la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad subraya la necesidad de salvaguardar e impulsar la promoción del empleo de las personas con discapacidad ante el reconocimiento de que es necesaria su incorporación a la esfera laboral y a los programas y servicios relacionados con el empleo para lograr la plena inclusión. Si bien, desde la aprobación de la Convención se ha comenzado a dirigir la mirada a la promoción de la igualdad de oportunidades de empleo y la inclusión de las personas con discapacidad en diversos ámbitos como son el desarrollo de competencias profesionales, promoción del empleo, protección social y no discriminación. En Argentina, si bien hay algunas iniciativas desde el sector público, privado y de organizaciones de la sociedad civil que lo promueven, aún es muy incipiente este recorrido.

Por ello, teniendo como referencia el modelo social de la discapacidad, enfatizamos que las dificultades para la inclusión laboral de este colectivo en el mercado de trabajo no residen en sus capacidades y competencias, sino en la falta de medidas, recursos, y apoyos que favorezcan el acceso y mantenimiento del empleo, y también a la ausencia de oportunidades en el sector empresarial argentino.
Es necesario impulsar acciones tendientes a promover la inclusión laboral de las personas con TEA utilizando modelos y apoyos adecuados a sus capacidades, intereses y habilidades.

Asimismo, es necesaria la puesta en marcha de más iniciativas que fomenten la capacitación de las personas en el ámbito laboral en el que van a desarrollar posteriormente su trabajo y la detección de barreras y facilitadores existentes en las empresas, tanto públicas como privadas, así como también en los organismos estatales.

La incorporación de las personas con TEA al mercado laboral es un aspecto central para promover su autonomía personal, participación social, y vida independiente, entre otros aspectos esenciales para mejorar su calidad de vida. Por ello, resaltamos que se trata de una cuestión de derechos humanos.

Por esta razón, desde INADI reiteramos el compromiso de seguir trabajando articuladamente con todos los actores necesarios para avanzar en la implementación de normativas, políticas y acciones que garanticen el acceso y ejercicio efectivo de los derechos humanos para todas las personas.

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