El pasado 24 de enero se llevó adelante la VII cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la Ciudad de Buenos Aires. Impulsados y convencidos por la importancia de establecer mecanismos de integración regional, los jefes y jefas de Estado se reunieron con el propósito de dialogar acerca de los principales temas que afectan a América Latina y el Caribe.

De la misma surgió una declaración en donde, a grandes rasgos, los distintos gobiernos asumieron los siguientes compromisos y acuerdos. Contribuir al bienestar y desarrollo de la región; sobreponer la situación económica derivada de la pandemia del COVID-19; impulsar acciones de transición energética a fin de garantizar a la ciudadanía energía sostenible, es decir, más accesible, confiable y asequible, entre otras cuestiones.

Por su parte, la declaración retomó aquellas consideraciones que resultaron del trabajo realizado por el Consejo de Juventudes de América Latina y el Caribe (CJALC). Entre ellas cabe mencionar la recomendación del artículo 60, que remarca la importancia de incorporar la voz y la participación de las juventudes de la región en la elaboración de estrategias de promoción del bienestar social y la igualdad de oportunidades. En tal sentido, la Cumbre ratificó la voluntad de otorgarle continuidad al “Consejo de Juventudes de América Latina y el Caribe” como la instancia propicia para incorporar en las agendas de los gobiernos de la región las voces de las propias juventudes.

Asimismo, el artículo 61 del texto, acordó el diagnóstico emitido por el CJALC que hace asevera que las juventudes son el segmento de la población que presenta los índices de precarización e inestabilidad laboral más altos, junto al elevado endeudamiento y falta de educación financiera, principalmente entre las mujeres, jóvenes y adolescentes que fueron quienes destinan la mayor parte de su tiempo a realizar tareas de cuidado desde temprana edad. A su vez, se señaló como fundamental garantizar el acceso a la justicia en casos de violencia de género y la necesidad de incrementar el presupuesto en el sistema educativo, a partir de una perspectiva de derechos humanos, de género y de salud en pos del desarrollo personal, laboral y social de las juventudes de la región.

Además, se destacó en los artículos 57, 58 y 59 que refieren a la situación de las mujeres jóvenes y niñas, así como el artículo 17, la situación de vulnerabilidad sanitaria de las juventudes.

El CJALC surgió a partir de la iniciativa de Casa Patria Grande, el Centro de Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH - UNESCO) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en el marco de la presidencia Pro Tempore de la CELAC. El objetivo que lo constituyó fue generar un espacio de formación e intercambio de ideas entre las juventudes de la región. Una instancia que aporta al empoderamiento en tanto agentes de desarrollo en sus propios países y contribuya a la formulación de una propuesta integral regional con perspectiva de juventudes.