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Tecnología nuclear para controlar el mosquito del Dengue

¿En qué consiste el proyecto?


Para iniciar esta línea de investigación, lo primero que hicieron los especialistas de la División Aplicaciones Agronómicas de la CNEA fue buscar un espacio donde se pudiera llevar adelante este proyecto. Para ello, se refaccionó un antiguo invernáculo que estaba en desuso en el Centro Atómico Ezeiza y allí se instaló un laboratorio que hoy tiene capacidad de cría y producción de mosquitos estériles.

Por otro lado, una de las integrantes del equipo, la licenciada Marianela García Alba, viajó a los laboratorios del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena para recibir una capacitación específica. “Allí aprendí a criar los mosquitos, a preparar las muestras para la irradiación, a medir las variables. También cómo manejar a los insectos, cómo construir las jaulas y, cómo alimentarlos”, detalla la especialista.

Debido a que en Argentina no hay quien se dedique a hacer TIE en mosquitos y tampoco hay crías permanentes de Aedes aegypti, al regresar de su viaje García Alba y sus compañeros se trasladaron hasta Resistencia (Chaco) para obtener muestras de huevos salvajes del mosquito, necesarios para fundar una colonia autóctona y sobre la cual se realizaron las primeras pruebas de irradiación.

Ganando experiencias y conocimientos

A nivel mundial, varios países están realizando experiencias de aplicación de TIE en Aedes aegypti. Al respecto, Malter Terrada explica que, si bien las dosis y los tiempos de irradiación que se manejan en esos países “deben ser similares a los que utilizamos en Argentina, no tienen por qué ser los mismos. Esto depende mucho de con qué se los irradie y de la cepa. Nosotros tenemos que trabajar sobre una colonia que sea de la región, porque luego tiene que salir a competir con otros machos y copular con las hembras. Entonces, hay que lograr una colonia propia, estable, y a partir de eso ajustar la dosis”.

Por su parte, García Alba comenta que en el laboratorio del Centro Atómico Ezeiza se trabaja con cuatro colonias en paralelo: dos de Argentina (una de área subtropical y la otra de área templada) y otras dos que cuyas cepas se incorporaron este último año provenientes de Paraguay y de Uruguay. “En Argentina tenemos ingreso de Aedes aegypti por Brasil y Bolivia, y en el centro del país se juntan las dos. Es probable que, genotípicamente, estas colonias sean distintas y podría pasar que si los mosquitos que vienen de Bolivia se largan en Buenos Aires, quizá no copulan porque tienen conductas distintas”, indica.

“Actualmente –continúa García Alba– nos encontramos colaborando con el OIEA para el desarrollo de técnicas que nos permitan estimar la compatibilidad entre cepas de distintos lugares, utilizando isotopos estables. La estimación de la compatibilidad permitirá evaluar la posibilidad de que un país pueda producir machos estériles que podrán ser liberados en otro país. En nuestro caso particular, nos permitirá conformar una subregión entre Paraguay y Uruguay, donde Argentina pueda ser el productor de mosquitos esterilizados, colaborando de esta forma a lograr el éxito de la técnica”.

¡A volar!

La irradiación de los mosquitos machos de Aedes aegypti se realiza en la Planta de Irradiación Semi Industrial (PISI) del Centro Atómico Ezeiza. El momento adecuado para hacerlo es cuando están en estado de pupa madura (cuando el adulto ya está casi formado). “La irradiación tiene que realizarse en un momento concreto. Para ello, es necesario ‘sincronizar’ la cría para que todos los individuos estén en el estadio necesario al momento de la irradiación. Esto depende mucho del tipo de comida y de la temperatura, aspectos que podemos regular en el laboratorio”, comenta García Alba.

Para encontrar las dosis y tiempos justos de irradiación, los investigadores de la CNEA debieron evaluar una amplia variedad de parámetros, como cantidad de huevos puestos por la hembra, duración de la copula, longevidad y número de adultos capaces de volar. También realizaron diversas pruebas de competitividad con insectos no irradiados y desarrollaron protocolos de crías con el fin de obtener resultados homogéneos en los ensayos de irradiación.

La definición de estos parámetros llevó varios años de pruebas y ensayos. Recientemente han logrado concretar un ensayo de marcado, liberación y recaptura en jaulas dentro de un invernáculo ubicado en el predio del Centro Atómico Ezeiza. “El próximo paso es realizar un ensayo de liberación, marcado y recaptura en el sitio control donde podremos evaluar la abundancia, dispersión y longevidad de los mosquitos producidos e irradiados en la CNEA. Posteriormente, con los datos recolectados, se procederá a planificar la liberación piloto en un barrio”, cuenta García Alba.

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