Humidificación
Los pacientes que tienen una traqueostomía pierden su sistema natural de calentamiento y humidificación de los gases inspirados, con lo cual es fundamental proveerlos externamente para permitir un normal funcionamiento del sistema respiratorio.
La adecuada humidificación de la persona con traqueostomía es clave para prevenir complicaciones, como por ej.: episodios de obstrucción.
Toda persona traqueostomizada debe tener alguna forma de humidificación SIEMPRE (salvo cánula de Biesalski con uso de válvula fonatoria o tapón).
La nebulización NO sirve como forma de humidificación.
Se utilizará la forma de humidificación, según indicación del equipo tratante y según recursos disponibles. Existen dos tipos:
Humidificación Pasiva
El humidificador deberá cambiarse cada vez que se impacte con secreciones o el mismo se encuentre mojado o sucio. Cuando esto ocurre, el humidificador debe descartarse. No debe limpiarse ni reutilizarse.
Evitar (dentro de lo posible) usar humidificadores muy grandes o pesados ya que pueden resultar molestos por el peso que ejercen sobre la traqueostomía y la tráquea. En caso de no disponer otros, colocar algún apósito entre el humidificador y el tórax para lograr que el humidificador ejerza peso y evitar molestias.
Humidificación Activa
En caso de utilizar humidificación activa, debe controlarse:
- Nivel de llenado del vaso con agua estéril. El mismo no debe quedarse sin agua ni sobrepasar el nivel de llenado máximo. De lo contrario no cumplirá la función de humidificación.
- Circuito: el mismo debe estar limpio y en caso de acumularse agua, debe drenarse la misma hacia la trampa de agua.
- Trampa de agua: debe estar por debajo de la altura donde está el humidificador y la traqueostomía del paciente.
- Conexión a una fuente de aire, oxígeno (ya sea tubo de oxígeno o concentrador de oxígeno). Es necesario para que la humidificación funcione apropiadamente.
- Nivel de humidificación: seleccionar según lo indicado por el equipo de salud.