Estructura y funciones del EAM78
El EAM78 estuvo inicialmente dirigido por el general Omar Actis, quien fuera asesinado poco después de su creación, sospechándose que el crimen fue ordenado por la armada, como parte de la lucha interna en la junta militar.
La versión oficial, rápidamente sentenció que se trató de una acción de montoneros. Los asesinos plantaron panfletos después de las balas, huyeron y los medios repitieron la gacetilla de la dictadura. Paralelamente, la crónica no autorizada tomó registro de la posible primera víctima de la guerra interfuerzas por el control del Mundial. Un comando de la armada le habría quitado la vida a Actis y, además, la organización de la Copa al jefe del ejército y presidente de facto Jorge Rafael Videla, como se señala en el libro “Almirante Lacoste ¿quién mató al general Actis?”, del periodista Eugenio Méndez.
Actis fue formalmente reemplazado por el general Antonio Merlo, pero quien realmente pasó a dirigir el organismo fue el contra almirante Carlos Alberto Lacoste, mano derecha del jefe de marina Emilio Massera.
La estructura originaria del EAM78, según el artículo 4 de la Ley 21.349, estaba integrado por un Presidente y un Vicepresidente, con cuatro gerencias, quedando facultada la Presidencia para ampliar el número de las mismas, cuando su mejor funcionamiento así lo aconsejare.
Finalmente el Ente quedó integrado de la siguiente manera: como presidente el general de brigada Antonio Luis Merlo; vicepresidente el contra almirante Carlos Alberto Lacoste; Gerente de Asuntos Especiales coronel Walter Cesar Ragalli, Gerente de Planeamiento y Control de Gestión comodoro Miguel Luciani, Gerente de Comercialización coronel Hugo Alberto Moldero, Gerente de Infraestructura capitán de navío Norman Azcoitía, Gerente de Prensa, Promoción y RRPP Dr. Rodolfo Jorge De Lorenzo (único civil), y Gerente de Economía y Finanzas mayor (R) Raúl Francisco Veiga.
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También se había creado la Gerencia de Operaciones de Instalaciones, pero fue reemplazada el 24 de noviembre de 1977 por el Centro de Operaciones Mundial '78 (COM78), a cargo del coronel (R) Julio Dante Giacchio, quedando integrada a la estructura descripta. La Resolución que la creaba disponía que el COM78 tenía la misión de operar la conducción y coordinación de todas las actividades que hagan al desarrollo del campeonato mundial de futbol, excepto las administrativas, financieras y políticas institucionales de exclusiva competencia del EAM78.
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El Ente se transformó no solo en el instrumento impulsor de un evento deportivo, sino también en el principal proyecto político de la dictadura, ejerciendo la apropiación y redistribución de recursos públicos para concretar tal fin. Se determinó la construcción de nuevos estadios en tres subsedes (Córdoba, Mar del Plata y Mendoza), mientras que en Buenos Aires y Rosario se acondicionaron los estadios de River Plate, Vélez Sarsfield y Rosario Central.
También se montaron centros de prensa, siendo el más emblemático y faraónico la planta transmisora Televisión Argentina Mundial 78 que posteriormente sería ATC (Argentina Televisora Color – Canal 7). Su construcción se llevó a cabo donde el gobierno peronista derrocado intentó construir el Altar de la Patria, en Avenida Figueroa Alcorta y Tagle.
El Mundial de Fútbol se insertaba así en un proyecto político que fijaba objetivos refundacionales, siendo el EAM78 el brazo ejecutor del mismo, en un contexto en el cual se llevaba a cabo un plan sistemático de secuestro, reclusión, tortura y exterminio de seres humanos desde el Estado, quien pretendía apropiarse de la euforia popular que generaba el fútbol como estrategia de domesticación social y reflejándolo en gran parte de los medios de comunicación de entonces, como un supuesto apoyo civil al gobierno dictatorial.
Mientras la AFA encabezada por Alfredo Cantilo se encargaba únicamente en seguir de cerca el trabajo de la selección de futbol, el EAM78 ejercía todo el trabajo administrativo, presupuestario y organizativo, además de ser la cara visible ante la FIFA. Justamente fue el puente para Lacoste que sirvió para consolidar una influyente amistad con Joao Havelange, presidente de la FIFA en ese momento.
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(*) documentación recuperada por el Archivo Nacional de la Memoria