La actividad comprendió diversas fases: alistamiento, marchas tácticas, ocupación y abandono de zonas de reunión, y la ejecución de procedimientos de combate, todo en un entorno simulado de combate real.

El adiestramiento fue diseñado para replicar con el mayor realismo posible las exigencias de una operación militar, a fin de evaluar tanto el desempeño individual como la coordinación y eficacia del trabajo en equipo de la tripulación de cada vehículo.

Durante el desarrollo de una pista de reacción nocturna, las tripulaciones realizaron ejercicios de tiro que exigieron al máximo tanto al personal como a los sistemas de los vehículos, comprobando su rendimiento integral en visibilidad reducida.