Por 1er Ten. Laura Pereyra. Fotos: PC. Sonia Pereyra

En la mañana del miércoles 14 de julio se realizó en las instalaciones del Departamento Aeroparque, donde se encuentra ubicada la Dirección de Seguridad y Defensa Terrestre, la ceremonia de entrega de boinas y pañuelos representativos de la especialidad a cabos y soldados voluntarios que finalizaron con éxito su formación teórico-práctica y que integrarán los sistemas de seguridad de las bases y brigadas aéreas de la Fuerza Aérea Argentina.

Manteniendo el protocolo que exige el COVID-19, el acto fue encabezado por el director de Seguridad y Defensa Terrestre, comodoro mayor Fabián Luján, acompañado por autoridades de la Institución, ex directores y el staff de instructores.

La interpretación del Himno Nacional estuvo a cargo de la Orquesta de Concierto “Mayor Armando Nalli”, mientras que el capellán mayor de la Fuerza Aérea, padre César Tauro, ofreció una invocación religiosa.

En esta primera instancia, 38 cabos egresados de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea (ESFA), formados en la especialidad de Seguridad y Defensa, finalizaron el primer Curso de Seguridad de Bases Aéreas dictado por personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) en las instalaciones de la VII Brigada Aérea de Moreno.

Asimismo, egresaron 27 soldados voluntarios -conformando el Curso "Alfa"- mientras se siguen preparando los cursos Bravo, Charlie y Delta que actualmente se están formando en distintas unidades como la I Brigada Aérea, la Base Aérea Militar Morón; el Instituto de Formación Ezeiza y el Departamento Aeroparque del Cuartel General hasta alcanzar un efectivo de 150 soldados para el primer semestre de este año.

A largo plazo se espera adiestrar un total aproximado de 700 jóvenes que serán distribuidos en todas las unidades del país. “La idea es regresar al personal militar subalterno a las funciones propias de la especialidad con la que se formaron y capacitar a todo el personal del sistema integral de Seguridad y Defensa con los nuevos procedimientos y exigencias que demanda la actualidad en cuestiones legales, protocolos de seguridad y técnicas y uso de la fuerza”, explicó en su discurso el director de Seguridad y Defensa Terrestre.

Como prueba piloto, el 2 de agosto se iniciarán las actividades de seguridad en la I Brigada Aérea de El Palomar, en el Área Logística y en el Barrio Aeronáutico, siendo éstas las primeras unidades seleccionadas para poner el sistema de seguridad en marcha. Gradualmente, se irán incorporando más unidades hasta cubrir todo el país.

Ambos grupos, cuyos cursos exigieron un alto rendimiento, recibieron los dos elementos que distinguen a la especialidad: el pañuelo bordó que es la conjunción del color azul, que representa el cielo, con el rojo, que simboliza la fuerza y el poder, y la boina color arena que representa lo terrestre.

"Se les acaba de dar dos prendas de enorme significado que los hace distintos con el resto del personal de la Fuerza Aérea. No se sientan más que ellos por el simple hecho de poseer estas distinciones, porque lo distinto está en la persona, en ustedes: por su sentido de servicio con la Patria, con la Institución y con el prójimo; por su capacitación constante para estar siempre a la altura de las circunstancias y por la responsabilidad con la que se construye la autoridad, fundamental para el servicio de seguridad. Estas tres actitudes son las que deberán tener presentes y aferrarse a ellas, con esfuerzo y sacrificio. Nada es fácil, porque la especialidad así lo exige", afirmó el comodoro mayor.

En la ocasión también se puso en funciones al suboficial de organismo, el suboficial mayor Eduardo Kurti Juncos, al que el director de Seguridad y Defensa Terrestre hizo entrega de los cordones correspondientes.

El cabo Julián Escobar y la soldado voluntaria Yasmín Pinazo fueron acreedores de un diploma por obtener, en ambos casos, el más alto promedio del curso.

Al hacer referencia a los distintos eslabones que se unieron para que el proceso se concrete, el comodoro mayor Luján manifestó que fue clave la función logística: "El personal trabajó incansablemente para conseguir los uniformes para el periodo de formación, racionamiento, combustible, equipos de apoyo, municiones, chalecos antibalas y las nuevas pistolas Bersa TPR9 recientemente adquiridas (…) A pesar del desafío que implica atravesar una pandemia, podemos mostrar con orgullo que, de a poco, se va concretando la misión impuesta por el jefe del Estado Mayor".

En diálogo con Noticias en Vuelo, el oficial agregó a su reflexión que “pasar de las ideas a algo concreto cuesta muchísimo y más en este contexto. Siento mucho orgullo de llevar esto adelante y de poder verlo materializado (…). Los logros son pequeños y graduales y sabemos que tenemos mucho camino por recorrer, pero lo que vivimos hoy es muy importante para la Fuerza Aérea y para la especialidad. Estamos recuperando una capacidad que se había ido perdido en el tiempo. Es, sin dudas, un rejuvenecimiento para la especialidad".

La Dirección de Seguridad y Defensa Terrestre

Creada en el año 2012 por resolución del jefe de Estado Mayor General, su misión es la planificación, ejecución, coordinación y supervisión de la seguridad y defensa terrestre en la jurisdicción militar de la Fuerza Aérea.

Asimismo, su objetivo es lograr un trabajo coordinado e integrado de todos sus organismos para alcanzar un sistema integral de seguridad y defensa terrestre eficaz y eficiente que será implementado progresivamente en la totalidad de las unidades, organismos y ámbito de interés.

“Anteriormente se hacía planificación, supervisión, control de seguridad en las unidades, inspecciones, pero este año tuvimos que incorporar gente y llevar adelante el nuevo sistema integral y lo estamos logrando”, finalizó el comodoro mayor.