Presidencia de la Nación

Se realizó la Maratón de charlas breves


Hoy sábado en el Museo Sitio de Memoria ESMA se realizaron una serie de charlas breves, en el marco de la inauguración de la muestra temporaria SER MUJERES en la ESMA, testimonios para volver a mirar junto a Miriam Lewin, Ana Testa y Ana Soffiantini, sobrevivientes de la ESMA; Carolina Varsky, abogada querellante de la causa 1270; María del Carmen Roqueta, jueza del Plan sistemático de robo de niños y niñas; Mercedes Soiza Reilly, ex fiscal de la causa ESMA unificada. Cada una de ellas, dialogó con las jóvenes militantes feministas Juli Epstein, presidenta del centro de estudiantes del Nacional Buenos Aires; Antonella Costa, actriz y protagonista del film Garage Olimpo; Malena Sánchez, actriz; Analía Cid, fotógrafa de Pandilla Feminista; Agnes Simon, artista y Emilia Giordano, socióloga y guía del Museo.

La actividad, que reunió a 150 invitados, comenzó en el antiguo Salón Dorado del edificio del ex Casino de Oficiales con el concierto de un cuarteto de mujeres cellistas. Alejandra Naftal, directora del Museo, dio la bienvenida y leyó un mensaje de Thelma Fardín, quien no pudo estar presente por razones de salud.

Luego las periodistas Sonia Santoro y Florencia Alcaraz, como moderadoras dieron comienzo a la serie de charlas. Dijo Alcaraz: Las memorias son muchas, y se reconstruyen para que las generaciones futuras puedan repensar el pasado y el presente. El pañuelo verde dialoga con los pañuelos de las madres y abuelas.

La primera charla la realizaron Analía Cid y Mercedes Soiza Reilly. Ambas eligieron la fotografía como hilo conductor de su charla. Soiza Reilly mencionaba que la fotografía repercute en cómo contamos la historia. En las audiencias se respira memoria. y su pregunta a Cid fue relacionada a cómo hacen para capturar esa imágen y qué capturan para contar esa historia. Analía Cid respondió que las imágenes que producimos hoy, son las que las generaciones futuras van a usar para entender ese presente. Es muy importante que quede un registro. No es la verdad absoluta, porque la verdad se construye colectivamente. Por su parte, Cid repreguntó a Soiza Reilly qué valor tenían las imágenes en los juicios además del testimonio. Reilly señaló que la imagen a través de documentos desclasificados, producto de una política pública, acredita el valor puesto en la misma.

La segunda charla tuvo a Ana Testa y Malena Sánchez como protagonistas. Sanchez tomó la palabra: tengo una crianza politizada, desde siempre me dieron lugar a repensarme y a luchar por los Derechos Humanos, en la escuela desde el centro de estudiantes, pero siempre la voz la tenían los varones. Ana Testa, sobre su militancia recordó que nosotras pertenecemos a una generación rupturista. Había una participación de la mujer pero no para los grandes cargos. Con los compañeros se compartía el debate y acción pero no las decisiones. Con respecto a su experiencia en el centro clandestino mencionó: Estos tipos eran tan perversos... ya no estaba Acosta, estaba D’ Imperio, que hacía festejar los cumpleaños y nos traía maquillaje para que nos pintáramos. Algunas compañeras se negaron. En homenaje a ellas, nosotras tenemos que seguir hablando.

Miriam Lewin y Agnes Simon, conocida también como Femigansta, llevaron a cabo la tercera charla. Simón señaló que una ya desde el lado del feminismo cree que ya tiene todo dicho, pero sigo llena de dudas. En mi carrera de abogada en la UBA, era una materia optativa la justicia desde la perspectiva de género. Una egresa de la Facultad de Derecho y no sabe cómo se aborda una justicia desde esa perspectiva. Frente a la pregunta de Simón sobre qué es como sobreviviente la justicia y la reparación, Lewin señaló que la reparación completa no existe. Las heridas nunca cierran. La preparación de quien tiene que actuar frente a una víctima, debe ser sólida para escuchar, contener y dar una salida. En los juicios estábamos tan exultantes que se había condenado a los pilotos, pero no nos dimos cuenta que los delitos sexuales no se tuvieron en cuenta.

Para la cuarta charla se acercaron Ana Soffiantini y Juli Epstein. La presidenta del centro de estudiantes del Nacional Buenos Aires, dio comienzo preguntando a Soffiantini sobre cómo era esa militancia en los '70, quien mencionó que en la escuela secundaria comenzó a formarse como militante en el PC y ya en la universidad conoció a sus compañeros de militancia peronista: Ahí empecé a entender a Evita, considerábamos que íbamos a la par del hombre, que la lucha era en conjunto, pero entiendo que la tarea de la mujer era específica. La ESMA fue uno de los tantos lugares de espanto, pero también pasaron historias de amor y de ganas de construir. Sufrí acoso acá adentro y seguí siendo violada afuera, en mis ideas. Con la democracia nos fuimos reconstruyendo. Epstein también mencionó que en su escuela hay, en términos de cantidades, tres divisiones de estudiantes desaparecidos: pienso en qué hubiera sido de esos pibes hoy, porque yo voy a vivir una vida en plenitud y a ellos eso se lo quitaron. Cuesta imaginarse una militancia distinta a la que hay hoy. Nos cuesta imaginarnos la militancia en ese momento donde no había democracia.

La quinta charla estuvo a cargo de Carolina Varsky y Antonella Costa. Varsky mencionó que hubo un reclamo visibilizado y una sociedad y operadores judiciales abiertos a recibirlo. La reapertura de las causas judiciales y el avance de las mismas, generó una mejor escucha. Las víctimas dispuestas a contar las cosas de una manera distinta al juicio del ’85. Hay quienes todavía no quieren denunciar el delito sexual que sufrieron, no quieren que se investigue de manera autónoma esos delitos y hay que ser respetuoso con la voluntad de la víctima. Costa se refirió a su experiencia durante la filmación de la película Garage Olimpo: el compromiso fue filmar sin conocer el guión, ya que en esa época la peor tortura era la incertidumbre. Marco Bequi, sobreviviente y director del film, nos hizo vivir esa incertidumbre, ni siquiera sabía que yo era la protagonista.

María del Carmen Roqueta y Emilia Giordano formaron parte de la sexta y última charla de la jornada. Fue muy difícil para mí trabajar con todos hombres, ser la única mujer jueza, dijo Roqueta, de 18 Tribunales Federales, era la única mujer. El derecho no pide héroes, pide personas como todos, fue difícil avanzar, poner los límites, como nos sale, como nos han dejado. Giordano se refirió al armado de la muestra temporaria: Cuando pensábamos la muestra, pensábamos cómo esa justicia no tuvo la capacidad de escuchar a esas mujeres. Como militante agregó: No nací feminista, me hice feminista, hay que deconstruirse en los espacios de militancia.

A modo de cierre, los participantes tuvieron la posibilidad de hacer preguntas a las invitadas y reflexiones. La ex Jueza Federal María del Carmen Roqueta quiso hacer hincapié en la importancia del trabajo interdisciplinario: se estableció el Instituto Ulloa, donde trabajar con los y las testigos y el equipo de psicólogas fue muy rico y fundamental. Miriam Lewin recordó que el próximo 19 de marzo se cumplirán 15 años de la recuperación del predio de la ex ESMA: hoy es un día histórico, es un punto de inflexión, porque hoy el feminismo entró a este Sitio de Memoria para siempre.

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