Presentaron Tatú MBGI, un rolo autopropulsado para sistemas silvopastoriles
Se trata de un prototipo mecánico, desarrollado por un equipo del INTA Santiago del Estero junto con la empresa Zanello SA, que implementa la técnica de rolado de baja intensidad (RBI). De la presentación participaron Mariano Garmendia y Ariel Pereda –presidente y director nacional del INTA, respectivamente–, Luis Erazzú–director del Centro Regional Tucumán-Santiago del Estero– junto con autoridades provinciales y productores y productoras.
En el Campo Experimental del INTA Santiago del Estero se presentó un prototipo mecánico de rolo autopropulsado para sistemas silvopastoriles, denominado Tatú MBGI. El MBGI–Manejo de Bosques con Ganadería Integrada– es un acuerdo de articulación de políticas públicas que entre otros objetivos, busca el equilibro entre las necesidades de la producción ganadera de reducir arbustos y aumentar la oferta de pasto, y a su vez, mantener la mayor cantidad de árboles para conservar el bosque y los servicios que brinda. Gracias a un convenio con la empresa Zanello, Tatú MBGI resuelve un inconveniente típico que presentan los bosques nativos de la región Chaqueña para la ganadería, el exceso de arbustivas.
De la presentación participaron Mariano Garmendia, presidente del INTA, Ariel Pereda, director nacional del INTA, Luis Erazzú, director del Centro Regional Tucumán-Santiago del Estero, Mario Mondino, director de la Estación Experimental Agropecuaria de Santiago del Estero, y Pablo Peri, coordinador del Programa Forestal del INTA, junto con autoridades provinciales, productores y productoras, entre otros.
Durante la presentación Garmendia afirmó: “Creo de vital importancia generar tecnología apropiada y apropiable para el desarrollo del MBGI, la tecnología de manejo de montes con ganadería integrada tiene que ver con el cambio en cómo se produce, cómo se conserva. Esto, como INTA, es parte de nuestra carrera institucional, poder trabajar con máquinas como el Tatú, que tiene empresas nacionales con tecnología nacional. Es un orgullo”.
Por su parte, Pereda explicó: “Lo importante de estos avances es que implican mucha gente trabajando por una idea, la idea de poder traer tecnología para el desarrollo del MBGI en nuestro país, esto requiere de conocimiento y herramientas que claramente el INTA no lo hace solo, lo hace articulando con el sector público en este caso, pero también con el sector privado”.
A su vez, Pereda puntualizó: “Esto fue gracias a una colaboración y a un convenio entre INTA y Zanello y, gracias a los técnicos del INTA y los técnicos de la empresa, hoy es una realidad el Tatú y es una herramienta fundamental, una de las tantas para empezar a cambiar un poco cómo producimos en la Argentina y cómo lo aprovechamos para mantener la biodiversidad, ser amigables con el medio ambiente pero también poder producir”.
Tatú MBGI es un tractor articulado típico Zanello. Tiene un ancho de trabajo de 2,6 metros y un largo total –incluyendo pala frontal– de 7 metros, lo que lo convierte en el más corto y maniobrable del mercado. Tiene un peso total de 10.500 kilogramos, distribuidos en un 60 % en el tramo frontal y en un 40 % en el trasero, que puede incrementarse agregando agua al rolo. Además, cuenta con protecciones integrales de cabina, motor y cubiertas.
Marcelo Navall, uno de los investigadores del INTA Santiago del Estero que participó de este proyecto, destacó: “Este es un convenio muy importante para el INTA e incluye una cláusula interesante en el acuerdo que hicimos con Zanello, por cada unidad que se comercialice el INTA va a recibir una bonificación, un porcentaje de la venta que va a ser utilizado para dar acompañamiento técnico a través de la red de agencias del INTA en el país a los productores que compren este tractor”.
La idea del Tatú MBGI nace a partir de una inquietud que movilizó diferentes trabajos de la Estación Experimental de Santiago del Estero, la de dar respuesta a los aspectos que tienen que ver con la mejora de la producción en el contexto de una problemática ambiental referida con la conservación de servicios ambientales al momento de hacer ganadería en bosques nativos.
“La importancia de esta herramienta es que puede ser una forma concreta de seguir haciendo ganadería en bosques sin destruirlos o de degradarlos, sin necesidad de ser ultra proteccionistas, en ese espacio intermedio es en donde la innovación tiene un ámbito para desarrollarse, para crecer y para brindar servicio a los productores que lo necesiten”, explicó Navall.
El exceso de especies de arbustivas leñosas hace que los animales no solamente vean imposibilitada la exploración dentro de los poteros, sino que además reduce las posibilidades de germinación y compite por recursos con las pasturas. Entonces, tratar las arbustivas se vuelve algo obligatorio para cualquier emprendimiento ganadero en la región chaqueña.
Navall señaló: “Para la integración del manejo sustentable a la producción de ganadería en áreas de bosque, hay que regular la forma de rolar, ya que es un tratamiento necesario para la actividad porque si no se controlan las leñosas el campo se vuelve inaccesible e improductivo”.
Esta regulación puede modificar la degradación del bosque o su pérdida en última instancia. El Tatú MBGI fue pensado para dar respuesta a esa necesidad ganadera, pero de una manera que permita compatibilizar el manejo forestal, ya que permite esquivar los árboles y hacer el tratamiento, no como otras máquinas grandes o poco maniobrables con las que no se puede hacer un trabajo tan cuidadoso.
El armado del prototipo
Tatú MBGI consiste en un equipo robusto (Zanello 4200), pero más corto y maniobrable que un equipo de rolado convencional, en donde se reemplaza el eje trasero del tractor articulado por un rolo con tracción. Es el primer equipo diseñado específicamente para la compatibilización ganadera y forestal en bosques nativos.
El tanque de combustible que va normalmente en el eje trasero se modificó, colocándose en dos partes a los costados de la cabina. Se le agregaron protecciones a la cabina, una pala hidráulica que ayuda a protegerlo frontalmente y un sistema de tracción que mediante cadenas, le da tracción al rolo, o sea que el equipo es de doble tracción, , al igual que el tractor original.
“Vimos la maquinaria que ya existía en el mercado y sus fallas para pensar en el desafío que queríamos atender. Nos inspiramos en maquinaria vial, en los pisones viales que sirven para hacer caminos, reemplazamos el eje trasero de un tractor articulado para poner ahí el rolo, es decir, convertir el eje trasero en un rolo”, detalló Navall.
El equipo del INTA llevó la idea a la empresa Zanello, que entendió el contexto en el cual esta máquina se desarrollaría, cada vez hay más presión por manejar bien los bosques, pero a su vez hace falta intervenir para utilizarlos.
“Se necesita una mirada más ambiental, conservacionista y productivista, la máquina podía llegar a tener una oportunidad de mercado interesante”, señaló Navall. La empresa entendió el contexto que se les planteaba y aceptaron en construir un prototipo para empezar a probarlo.
Se hicieron las pruebas del prototipo por dos años en el campo experimental del INTA, y solo se encontraron unos problemas de roturas en los palieres traseros, había un exceso de tensión sobre la tracción trasera que no podían resolver, hasta que decidieron agregarle más cuchillas, cambiar el sistema de bujes de las cajas reductoras por rodillos, ajustar la relación de rodadura entre el eje trasero y las ruedas delanteras y sostener la tracción con dos cadenas.
Con esas modificaciones el equipo del INTA logró eliminar el único problema que tuvo en el manejo de la máquina, pudieron hacerlo andar en doble tracción, y encontraron una forma que pueda trabajar con doble tracción cuando lo necesita, y cuando no, lo lleva a tracción delantera con activación automática.
“Ya estamos en condiciones de socializarlo y de contar la experiencia y que la empresa lo ofrezca como una solución para atender los desafíos de la ganadería en el norte argentino. En cualquier lugar del país que el productor compre una de estas unidades va a poder contar con el apoyo técnico del INTA a través de la agencia más cercana y financiada por la misma venta de los tractores”, concluyó Navall.
El compromiso con la innovación va más allá de la compra de la máquina, sino que el INTA va a continuar acompañando a los productores que la adquieran y haciendo el contacto con los técnicos que estuvieron en el desarrollo para que la utilicen de la mejor forma posible.