El primero de Octubre pasado, Valeria Portaluppi, Coordinadora de Gestión de Pacientes y sus redes socio-comunitarias del CISaM, dio inicio al taller “Cuidando al Cuidador”. Dicho taller tuvo como primeros destinatarios a los coordinadores de los Dispositivos Residenciales Comunitarios de Luján. A partir de la constitución de este espacio se pretende trabajar acerca del ejercicio del rol del cuidador formal e informal. El mismo representa una pieza clave en la estrategia de inclusión social de usuarios que han sido externados y que se encuentran viviendo en el seno de la comunidad. Los cuidadores acompañan en la vida cotidiana a personas que requieren, por diferentes razones, algún tipo de apoyo. A su vez, al ser quienes se encuentran en este caso, en contacto directo y permanente con los usuarios, la evaluación que realizan resulta información muy valiosa para los equipos profesionales que se encuentran a cargo del tratamiento ambulatorio por Salud Mental.
El ejercicio del rol del cuidador formal implica comunicación, confianza, compromiso y una mirada especializada en Salud Mental, desde la cual se conciba a los usuarios como sujetos de derecho. Por lo tanto, resulta necesario generar espacios desde los cuales fortalecer las habilidades con las que cuentan y generar otras nuevas, al tiempo que brindar asesoramiento. Además, se busca que los desafíos propios que genera el trabajo codo a codo con los usuarios no produzcan estados de stress en los coordinadores; y, a su vez, que los usuarios continúen recibiendo cuidados de calidad óptima.
Las estrategias desde las cuales se propone trabajar el taller “Cuidando al cuidador” apuntan a:
La construcción de un equipo de trabajo que provea tanto, orientación y apoyo, como así también la socialización de saberes y experiencias; el espacio de supervisión, donde reflexionar de manera conjunta acerca de la implementación de las modificaciones que resulten necesarias para el óptimo desempeño del rol; y el monitoreo del autocuidado con el objetivo de prevenir la aparición de repercusiones negativas tanto, a nivel físico como emocional en la figura del cuidador.