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Nuestros Héroes de Malvinas: sargento primero Mateo Antonio Sbert

En 1982 prestaba servicios en el Instituto Geográfico Militar, era técnico del servicio geográfico y poseía la aptitud especial de comando, fue movilizado al Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS) y conformo la compañía de comandos 602. En la madrugada del 31 de mayo cayó en combate mientras cubría con su fuego el repliegue de sus camaradas en Top Malo House. Por su desempeño fue condecorado por el Poder Ejecutivo Nacional con el más alto honor: “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”.

Mateo Sbert nació en San Pedro el 7 de mayo de 1949 e ingresó a la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral del Ejército Argentino en 1967. Dos años después ya era cabo del arma de Ingenieros.

En 1974 ascendió al grado de sargento y en 1977 fue destinado al ex Instituto Geográfico Militar, donde realizó el Curso de Técnico del Servicio Geográfico. Cuando obtuvo el grado de sargento primero ya era un experimentado comando. Quienes lo conocieron lo describen como solidario, generoso, alegre, afectivo y bonachón.

A Sbert le gustaba la natación desde chico, y disfrutaba de las reuniones familiares, de las cuales siempre él era el centro, el animador y el infaltable. Según sus compañeros de promoción emanaban de él su capacidad de liderazgo, de responsabilidad, de voluntad de progreso y superación, era “un fuera de serie como militar”.

En 1982, tenía 33 años, estaba casado con Yurhema Elisa Sibona y tenía tres hijos, de quien se despidió solo ocho días antes de que cayera muerto en combate.

El 22 de mayo de 1982 quedó conformada la Compañía de Comandos 602, y allí fue convocado el sargento primero Mateo Antonio Sbert, junto a otros 53 oficiales y suboficiales de élite que conformaron esta subunidad que se trasladó a las Islas Malvinas.

El 30 de mayo de 1982, durante una operación de exploración y reconocimiento, la 1ra sección de asalto de la compañía de comandos 602, comandada por el entonces capitán Verseci, donde revistaba el sargento primero Sbert alcanzo una posición a cubierto en un puesto denominado Top Malo House, camino a Fitzroy, luego de una esforzada marcha en condiciones meteorológicas desfavorables, con las primeras horas del dia 31 de mayo, elementos del Mountain and Arctic Warfare Cadre (M&AWC) atacaron la posición de los comandos argentinos, logrando la sorpresa en el primer instante.

Los comandos argentinos evacuaron el galpón combatiendo, resistiendo el ataque mientras retrocedían. Mientras tanto, el Teniente Espinosa, tirador especial, que se encontraba en la planta superior abriendo fuego de cobertura, es herido y finalmente muere al ser alcanzado por un impacto de lanzacohetes, mientras tanto el sargento primero Sbert proporcionaba apoyo de fuego con una ametralladora al repliegue de los otros integrantes de la sección que todavía se encontraban dentro la instalación. Sbert pudo ver, bajo un intenso fuego enemigo, que uno de sus camaradas había sido alcanzado por las esquirlas de una granada y el impacto de un proyectil en una de sus piernas. Sordo, aturdido por la granada y casi sin moverse, el soldado seguía en su puesto. Fue así como decidió disparar entre las explosiones para que su compañero pudiera replegarse y así alcanzar la zanja donde el resto de los comandos argentinos daban batalla. ¡Yo te cubro!, alcanzó a gritarle, antes de caer abatido por el fuego inglés. La batalla de Top Malo House es conocida por su larga duración, sobre todo por el gran volumen de fuego intercambiado y el importante número de fuerzas especiales enfrentadas.

Por su acción en combate le fue conferida la Cruz la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate y le fue otorgado el grado de sargento ayudante post mortem.

Para el mayor (retirado) Sergio Toyos, Sbert era un zapador de cuerpo y alma: “Yo revistaba en Córdoba en la Compañía de Policía Militar 141 y allí él cumplía misiones. Nosotros pertenecíamos al arma de Ingenieros y supongo que no había otro motivo para que Sbert, siempre colaborador y servicial, se nos acercara. Asiduamente le solicitaba a su jefe, el mayor Lazzarano, el permiso para salir al terreno con nuestra Unidad para los ejercicios correspondientes -paracaidismo, básicamente una especialidad que él dominaba-. Recuerdo que llegó a pedir el pase para quedarse con nosotros, pero por esas cosas de la burocracia no lo pudo conseguir. Era muy especial, un tipo dinámico, siempre listo a participar en cualquier tarea. Tenía buen humor y era un excelente soldado. Solía jugar con nuestro equipo de fútbol y se calzaba la camiseta negra de los zapadores. Esta relación amistosa y profesional se mantuvo entre los años ´81 y ´82”.

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