Presidencia de la Nación

Nicolás: entre el folclore y el rock


Hace cuatro años que Nicolás Sisman trabaja como chofer en el Ministerio. Si bien pasa muchas horas en el auto, Nico tiene una fuerte vocación por la música que siempre lo acompaña.
En la casa de sus abuelos, en aquellas fiestas interminables con los amigos de Santiago del Estero que habían tenido que migrar a la capital, en medio de esa nostalgia disfrazada de baile y canciones, Nicolás descubrió su pasión por la música.

Empezó desde muy chico, con una guitarra y bombos que estaban sin uso. De manera autodidacta y con mucha voluntad, comenzó a conectar acordes y de a poco pudo tocar su primera canción.
Al llegar a la adolescencia, su ilusión era tener una batería. Para eso empezó a trabajar en changuitas y a los 17 años, con sus ahorros, pudo cumplir su sueño.

Con la batería instalada en el dormitorio de sus padres, tocaba casi 4 horas por día. Aprendió mucho, pero también se ganó unos cuantos problemas con los vecinos.

Tocó y tocó su canción favorita: Sunday, Bloody Sunday de U2, hasta que salió perfecta. Un vecino que tocaba la guitarra lo escuchó desde la vereda y le propuso juntarse a tocar; así fue que se interiorizó en estilos musicales e instrumentos.

Más tarde se sumó Mariano y formaron una banda de covers que tocaba en fiestas. Al mismo tiempo, Nico tocaba en otros grupos que fueron vinculándolo con el mundo de la música y el arte.
Con los años se perfeccionó con el maestro Marcelo Mira, que le enseñó a leer música.

En 2005 ingresó a la Escuela de Música Popular de Avellaneda, pero la demanda horaria que requería se complicaba a partir del trabajo y la familia. Fue entonces que se decidió por perfeccionarse en la técnica de la guitarra.

En 1996 forma la banda que integra hasta el día de hoy, Musho. El grupo editó dos discos e hizo dos producciones audiovisuales. Tocan una fusión de funk rock y viven alternando el trabajo con los ensayos, pero los martes es el día destinado para juntarse a ensayar.

La banda que integra es su mayor expresión musical, pero Nico al llegar a su casa todos los días, toma la guitarra y vuelve a tocar aquellas canciones que le recuerdan las fiestas de su infancia al ritmo de folclore. Quizás lo hace para mantener viva la melancolía de sus abuelos por su Santiago natal.

Conocé a Musho en:

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