“Los emblemas que van a recibir se llevan con honor o no se llevan”
Así lo expresó el jefe del Grupo 4 de Caza, vicecomodoro Adrián Del Río en la ceremonia del Vuelo Solo en el Sistema de Armas IA-63 Pampa II que se realizó en la IV Brigada Aérea
En horas del mediodía del 31 de agosto, se honró una tradición arraigada en los cielos de la IV Brigada Aérea: la ceremonia del "Vuelo Solo" con el Sistema de Armas IA-63 Pampa II.
Este rito enmarca el sacrificio, el esfuerzo y la determinación de los jóvenes oficiales. En este día, al contemplar el cielo abierto sobre el emblemático Grupo 4 de Caza, se observó el fruto de meses de preparación rigurosa.
También en un gesto que trasciende fronteras, se celebró el logro de aviadores militares de la Institución, junto a un oficial de la Fuerza Aérea Uruguaya y otro de la Fuerza Aérea del Perú. Juntos han completado una etapa fundamental del Curso de Estandarización de Procedimientos para Aviadores de Combate (CEPAC), materializando la esencia misma del Vuelo Solo.
El CEPAC representa un pilar esencial en la formación de los aviadores militares, aquellos que se preparan para surcar los cielos en las aeronaves de combate. Este curso encarna la esencia misma de la excelencia y la disciplina requeridas en el ámbito aéreo de alta exigencia.
Cada uno de estos jóvenes oficiales demostraron destreza en la instrucción y compromiso con la misión de la Fuerza Aérea, encarnada en las tareas operativas ordenadas que día a día ejecuta el Comando de Adiestramiento y Alistamiento. Asimismo, cumplieron con las exigencias de planes de instrucción, hasta llegar a este punto culminante: el primer vuelo solo, sin la guía de un instructor.
Una ceremonia de honores y tradiciones en el Grupo 4 de Caza
Dando inicio a esta ceremonia el jefe de la IV Brigada Aérea, comodoro Ariel Ambrogi, presentó a los efectivos formados al jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier general Xavier Julián Isaac, quien presidió la ceremonia acompañado por el subjefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier mayor Esteban Girardi; el jefe de la Fuerza Aérea Uruguaya, brigadier general Fernando Colina; el director general de Material, brigadier mayor Pablo Sole; el comandante de Adiestramiento y Alistamiento, brigadier mayor Fernando Mengo; el intendente del departamento de Las Heras, Dr. Daniel Orozco; el agregado aeronáutico de la República del Perú, Alfredo Zavalaga Calienes; altas autoridades de la Institución; oficiales superiores, jefes y subalternos; personal militar e invitados especiales. Además, en esta especial ocasión, honraron con su presencia veteranos de Guerra de Malvinas, los mismos que hace más de 40 años se formaron como cazadores en la Unidad de Caza.
El evento contó con aviones de diferentes Brigadas y Bases Aéreas de todo el país, entre ellas los A-4AR Fightinghawk, el Boeing 737, los EMB-312 Tucano, el Cessna 182 y los IA-63 Pampa III; que junto a aeronaves históricas y emblemáticas como A-4C Skyhawk, F-86 Sabre, MS-760 Morane Saulnier y Mirage MIII-C conformaron un singular paisaje en la plataforma del Grupo 4 de Caza. Los A-4AR, Tucanos y Pampa III surcaron los cielos rindiendo homenaje a la histórica ceremonia del Vuelo Solo. Sus maniobras y formaciones cautivaron a todos los presentes, recordando a todos la destreza y habilidad que se requieren para dominar estas formidables máquinas.
El capellán de la Unidad, padre Sergio Tejada en un acto solemne y espiritual bendijo los símbolos que luego portaron con honor y orgullo los aviadores militares.
El desafío y el honor de ser parte del Escuadrón I: Un compromiso con la historia y el futuro
En este transcendental día, el jefe del jefe del Grupo 4 de Caza, vicecomodoro Adrián Del Río se dirigió a los jóvenes pilotos con palabras de aliento y reconocimiento por el hito alcanzado: “Este acto, que formaliza ese primer gran paso, les da la bienvenida al Escuadrón I con todos sus colores, historias y legados. Esta ceremonia los autoriza a vestir su uniforme de combate con los distintivos que los hacen parte del selecto grupo al que pertenecen: se han hecho dignos de portar los colores que históricamente han identificado a cada hombre y mujer que formó parte de este Escuadrón. Es un derecho que se han ganado y que también conlleva enormes deberes y responsabilidades”.
“A partir de hoy, cuando se levanten cada mañana y vistan con orgullo su buzo de vuelo, anudándose el pañuelo y colocándose los escudos, sentirán la responsabilidad de mantener bien alto el prestigio obtenido por quienes estuvieron antes que ustedes y deberán hacer que valga la pena el sacrificio de quienes dieron lo mejor de su juventud y también lo más preciado que tiene todo hombre y mujer: la vida”, detalló el oficial y agregó: “los emblemas que van a recibir se llevan con honor o no se llevan”.
“Es el primer logro en el camino de alcanzar la tan ansiada especialidad de caza que con esfuerzo y sacrificio pronto alcanzaran. Sabemos que es un curso exigente y estoy seguro que lo que llevan vivido aquí les ha permitido saber un poco más sobre lo que son y lo que pueden ser, en definitiva, ser más”, afirmó el vicecomodoro.
“Nunca dejen de luchar, hagan valer el lugar en el que se encuentran, demuestren la garra de la pantera alada de nuestro escudo y defiendan la celeste y blanca como el halcón defiende su nido”, destacó Del Río.
La entrega de símbolos y el compromiso de futuros guardianes del cielo
Durante el acto se leyó la orden de Grupo y seguidamente se realizó la entrega de pañuelos, escudos y diplomas. Luego, los pilotos se dirigieron a firmar el Libro de Oro, acto simbólico que refleja la inclusión en la historia y la tradición del Escuadrón Aéreo.
Los pañuelos y escudos representativos del Grupo 4 de Caza y de su respectivo Escuadrón se convierten en testigos mudos de la dedicación que han invertido en este arduo camino. A partir de este momento, estos jóvenes tienen el honor de llevar consigo los colores que los identifican como pertenecientes al Sistema de Armas IA-63 Pampa II.
A medida que reciben los símbolos de su logro los vemos no solo como pilotos sino como futuros guardianes del aeroespacio nacional y la excelencia que el CEPAC encarna. Y así, cada oficial será distinguido con el pañuelo y el escudo correspondiente, demostrando al mundo su entrada en las filas de los aviadores de combate, preparados para desafiar los cielos con convicción, operando en las diferentes unidades de caza de la Fuerza Aérea Argentina y en esta ocasión también en la uruguaya y la del Perú.
"Alas Argentinas": Para cerrar con fervor
Para finalizar la ceremonia, la Banda Militar de Música “Brigadier Ángel María Zuloaga”, una parte vital de la IV Brigada Aérea, interpretó la marcha "Alas Argentinas", una composición que evoca no solo la grandeza de nuestros cielos, sino también el espíritu indomable que reside en los corazones de aquellos que desafían la gravedad en busca de nuevos horizontes.
Que este día quede grabado en las memorias como un testimonio de valor, superación y camaradería. Felicitamos a los valientes aviadores que han alcanzado este hito, y les deseamos cielos despejados y vientos favorables en sus futuros vuelos.