Presidencia de la Nación

“La microbiología del suelo es fundamental para lograr una producción de caña de azúcar más eficiente y sostenible”

Esta afirmación resulta del trabajo que lleva adelante la Dra. Paola Delaporte Quintana del INTA Famaillá.

La importancia de la microbiología del suelo se debe a que los microorganismos cumplen roles fundamentales en el ciclado de los nutrientes, la estructuración del suelo, el control de plagas y enfermedades, la estimulación del crecimiento de las plantas y la biorremediación de suelos contaminados.

En referencia al sistema cañero de Tucumán, la investigadora del Grupo Cultivos Industriales sostiene que “el sector, en general, ha encontrado un techo productivo debido al uso de técnicas agronómicas y de mejoramiento tradicionales que no contemplan a la microbiología del suelo para obtener una visión holística del funcionamiento del sistema”.

En este sentido, en colaboración con el INTA Castelar, la Estación Experimental Agropecuaria Famaillá desarrolla un novedoso ensayo que compara dos tipos de manejo agronómico: uno de labranza convencional y cosecha integral, que genera alta perturbación y un aumento en la compactación del suelo; y otro de labranza reducida en franjas y cosecha liviana realizada con la “Cañera INTA” (máquina patentada por la Institución), que disminuye la perturbación y la compactación del suelo.

“Nosotros partimos de estudios previos que demuestran que la labranza reducida en franjas disminuye el tiempo operativo por la mitad y reduce en un 60 % el gasto de combustible. Si esto se complementa con una cosecha liviana, además, genera una mejora en la estructura del suelo en su conjunto con el paso del tiempo”, indica Delaporte.

En cuanto a resultados, señala que “durante el primer año de cultivo, los estudios mostraron no sólo un aumento en la actividad microbiológica en las parcelas que estaban bajo un sistema de cultivo de labranza reducida y cosecha liviana, sino también un incremento cercano al 10 % en el rendimiento”.

“Esto posibilita brindar herramientas para evaluar cada situación productiva en particular y recomendar técnicas de manejo sostenibles que permitan aumentar los rendimientos por hectárea y superar el techo productivo actual”, asegura la especialista.

Otro de los desafíos para la Institución es la formación de recursos humanos que puedan profundizar y ampliar los estudios en la temática. Para ello, “mediante convenios firmados entre el INTA y la Universidad Nacional de Tucumán, trabajamos junto a la Facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria para formar a los estudiantes que, potencialmente, pueden continuar con nosotros después de recibir su título de grado”, concluye la doctora.

Muestreo de suelo en lote de integral

Créditos: Paola Delaporte
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