El municipio de La Cumbre, en el Valle de Punilla, provincia de Córdoba, avanza en un proceso participativo de ordenamiento ambiental y territorial con horizonte al año 2050. La iniciativa se desarrolla con el acompañamiento técnico de la Agencia de Extensión Rural INTA Cruz del Eje y la consultora Asesores Urbanos, en articulación con la Municipalidad.

A través de talleres, diagnósticos y metodologías de prospectiva, se busca construir una visión de desarrollo sostenible para la localidad, preservando los recursos naturales y fortaleciendo la resiliencia comunitaria.

Proceso participativo

El proyecto de ordenamiento territorial comenzó en 2022, a partir de un convenio entre la Municipalidad de La Cumbre, el INTA Cruz del Eje, la arquitecta Carolina Peralta, de la consultora Asesores Urbanos, y Beatriz Giobellina, investigadora de Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba.

La primera instancia fue un taller prediagnóstico de participación ciudadana, en el que se identificaron las principales preocupaciones vinculadas al territorio. Ese material dio origen a un informe que integró los aportes de los vecinos con relevamientos socioeconómicos y ambientales, acompañadas por un diagnóstico de los profesionales, cartografías y encuestas. Allí se destacaron la crisis hídrica, el riesgo de incendios, el crecimiento urbano desordenado, la presión del mercado inmobiliario y la dependencia casi exclusiva del turismo como motor económico.

Nicolás Mari, profesional del INTA Cruz del Eje y responsable del convenio de ordenamiento territorial por ese organismo, remarcó que el proyecto buscó desde un inicio garantizar la participación de la comunidad local. En ese sentido, señaló: "El ordenamiento territorial es una herramienta clave para anticipar conflictos y pensar el desarrollo local de manera sostenible".

El intendente de La Cumbre, Pablo Alicio, explicó que el proyecto busca anticiparse a los cambios que generarán nuevas obras provinciales en el Valle de Punilla. “El objetivo fue adelantarnos al crecimiento de nuestra localidad, a partir de obras que viene haciendo la provincia, como la autovía”, señaló.

Uno de los ejes del proyecto es la redacción de ordenanzas que regulen el uso del suelo y eviten un desarrollo descontrolado. Alicio recordó que “nuestra localidad, como tantas otras de Punilla, está loteada en un 95% desde los años 50” y que, frente a “la publicidad de negocios inmobiliarios que realizan ventas de lotes, muchos vecinos sugirieron la posibilidad de armar un plan de ordenamiento”.

El intendente indicó que la crisis hídrica es otro desafío central, para lo cual “estos últimos ocho o nueve años avanzamos en diferentes obras para tratar de cubrir las necesidades en el consumo, según la población actual de nuestra localidad”, afirmó. No obstante habrá que redoblar los esfuerzos hacia adelante.

En este sentido, destacó la articulación entre toda la comunidad para buscar soluciones conjuntas. “Así empezamos a trabajar con Asesores Urbanos e INTA, y con la participación de vecinos que quieren hacer un aporte. Lo interesante es escuchar todas las voces y dejar trabajar a los técnicos, para que podamos sacar el mejor plan para la localidad”, concluyó.

Escenarios prospectivos hacia 2050

El 30 de agosto de 2025 se realizó el segundo taller, basado en la metodología de prospectiva estratégica. La propuesta fue pensar a La Cumbre en tres escenarios posibles hacia 2050. El escenario tendencial describió la continuidad de la situación actual, marcada por la crisis hídrica, el avance urbano desordenado y la creciente presión sobre los ecosistemas. El escenario de colapso imaginó un futuro más crítico, con agotamiento de fuentes de agua, degradación del monte nativo y un incremento de la vulnerabilidad social. Por último, el escenario deseado representó la visión colectiva de un futuro sostenible, en el que se ordena el uso del suelo, se restauran las áreas degradadas, se diversifica la economía y se fortalece la resiliencia comunitaria.

"El escenario tendencial describe la actualidad con sus problemáticas. El de colapso muestra qué ocurriría si esas variables se intensifican de forma negativa. El deseado, en cambio, nos permite plantear alternativas y construir una visión de futuro compartida", explicó Mari.

El taller contó con la participación del intendente y su equipo de gobierno, junto con referentes de las cuatro principales cuencas del municipio, que integran población urbana y rural. Unas 45 personas debatieron en mesas organizadas por zonas: la alta, donde nacen los ríos; la de interfase, en contacto entre lo urbano y lo rural; la urbana, con mayor densidad poblacional; y la baja, ubicada al oeste de la ruta 38.

A través de encuestas, los participantes del taller validaron los resultados del prediagnóstico elaborado en el primer encuentro. Esa instancia permitió confirmar la percepción colectiva sobre el crecimiento urbano desordenado, la crisis hídrica y la dependencia del turismo, lo que le otorgó una alta legitimidad a los diagnósticos técnicos elaborados por el INTA.

Javier Vitale, investigador del Centro Regional Mendoza–San Juan del INTA, participó del taller desde la metodología de trabajo. “Mi colaboración se enfocó en ayudar a diagramar la estrategia y la metodología para lograr una dinámica participativa y pensar los escenarios posibles de La Cumbre”, explicó.

El investigador destacó que la actividad se inscribió en un enfoque multiactoral que reunió a cuatro tipos de participantes: organismos públicos liderados por el municipio, actores privados como desarrolladores y entidades agropecuarias, instituciones de ciencia y técnica –entre ellas el INTA y la UNC– y organizaciones sociales y vecinos de La Cumbre. “Esta metodología permite generar una conversación estratégica entre los cuatro actores para pensar el territorio en el mediano y largo plazo”, señaló.

El INTA ya se aplicó en otras cuencas de Córdoba, como las de los ríos Jesús María y Pinto, validando su eficacia para ordenar el debate y fortalecer la gobernanza local.

Hacia la gestión integral del territorio

El proceso de ordenamiento territorial que acompaña el INTA no se limita al municipio de La Cumbre. En paralelo, el organismo impulsa una mirada de cuenca que abarca a localidades vecinas como Los Cocos, San Esteban, Capilla del Monte y San Marcos Sierras.

La propuesta es conformar un comité de cuenca del río Dolores para planificar de manera conjunta. "Es un caso muy interesante porque plantea romper con los límites de los ejidos y visualizarse como una entidad a nivel de cuenca", señaló Mari.

La agenda a futuro contempla la elaboración de un informe con los resultados del taller de prospectiva y la realización de un tercer encuentro a fines de 2024 o principios de 2025, en el que se discutirán alternativas económicas que reduzcan la dependencia del turismo.

El INTA acompañará con estudios y propuestas sobre diversificación productiva y tecnologías de procesos aplicables a sistemas locales, con el foco puesto en la sostenibilidad. Además, se proyecta avanzar en la redacción de ordenanzas y zonificaciones que den marco legal al proceso, de manera que las visiones consensuadas puedan traducirse en políticas públicas concretas.

"Desde el INTA tenemos distintos proyectos que abarcan la gestión de los recursos hídricos y tecnologías de proceso que fortalecen la sostenibilidad del territorio", afirmó Mari.