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La Bitácora: Fulvio EGUIVAR Artista Plástico: “ Mí lenguaje es cercano al expresionismo”

 

En esta nueva entrega de entrevistas de “ autor a autor”, nuestro compañero el artista plástico Pablo Valentino, tuvo la oportunidad de recorrer la historia de uno de los tantos artistas que nos sorprende por su talento, y que posee obras que son parte del aporte y el rico arte que poseemos los argentinos. Fulvio Eguivar es un artista argentino, porteño, nacido en 1962 oriundo del partido de Vicente López, barrio Florida.

Arquitecto y artista plástico, dueño de un estilo y técnica muy interesante, logra realizar en cada obra una imagen fuertemente expresiva mediante un lenguaje visual que, como el mismo define: “Si bien mi dibujo es realista, desde el color y la gestualidad de la mancha, mi lenguaje es cercano al expresionismo”.

Con una extensa y muy rica trayectoria, Fulvio, siempre en constante actividad, ha compartido su obra por destacados espacios de arte tanto en Buenos Aires, el interior del país como así también en el exterior.

Tuvimos el honor de que nos reciba en su atelier privado y allí nos brindara una amena entrevista. Conozcan a uno de los grandes pintores argentinos: Fulvio Eguivar.

“En mis retratos lo que más me ocupa y preocupa es el acercamiento a la geografía psicológica del rostro: escudriñar esos hombres y mujeres a veces despojados, que muestran una humanidad transformada. Intento poner en evidencia las huellas faciales que atestiguan los estragos de la existencia. Me interesan aquellos semblantes, incluso los imaginarios, que hablan del calvario del ser. Me cautivan las improntas faciales, donde asoman la corrosión y la angustia propias de la condición humana. A la hora de concebir un retrato me siento como un testigo incómodo como un intruso en el mundo emocional del otro”.

Fulvio Eguivar

Pablo Valentino: Cómo es el origen o dónde comenzó tu primer impulso hacia las artes plásticas?.

Fulvio Eguivar: “Mira, el primer impulso que yo recuerdo, fue una visita que hice con mis padres al Museo Nacional de Bellas Artes, cuando tenía nueve o diez años. Quedé extasiado ante la contemplación de “El Beso” de Rodin y “El Primer Duelo”, la monumental pintura de Bouguereau. El amor y la muerte, dos pilares estructurales de la condición humana, transfigurados por el inefable poder del arte. Obviamente por aquel entonces no era plenamente consciente de lo que esa experiencia sensorial representaba, sin embargo la visión de aquellas obras maestras dejó en mi mente una impronta decisiva.

Otro impulso no menos importante, que estimuló mi afición por el dibujo y la expresión visual, fue la historieta. A principios y mediados de los ’70 en Argentina se editaba mensualmente la revista “Skorpio”. Gracias a esta publicación tuve un primer contacto con dos héroes favoritos de mi infancia y adolescencia: el “Corto Maltés” de Hugo Pratt y “El Eternauta” creación de Héctor G. Oesterheld, quien desgraciadamente fue desaparecido en 1977 por la última dictadura cívico-militar”.

PV: ¿En esta disciplina es sabido que se maneja mucho el aspecto sentimental y/o inspiracional. Como influyó ésta pandemia en tu actividad artística?

FE: “Influyó favorablemente, debo decir. La pandemia y el consecuente aislamiento me tomaron por sorpresa en el Uruguay. Tanto la soledad, como la angustia vivida por aquellos meses aciagos fueron para mí inspiracionales. El 2020 fue un momento muy fructífero de mi producción. A veces la peor crisis puede presentarse como una oportunidad”.

PV: ¿ Como fuiste construyendo tu formación artística? Tuviste maestros?

Fe: “En 1976 ingresé en el taller del maestro Roberto Broullon, donde además de formarme técnicamente en dibujo, teoría del color y pintura al óleo, aprendí sobre historia del arte de los siglos XIX y XX. Nada mejor que la guía y la mirada de un artista plástico para sumergirte en el universo de los grandes maestros como Turner, Cézanne, Matisse, Picasso, Klee, de Kooning, Gromaire (a quien Broullon admiraba mucho) o el propio Francis Bacon. Recuerdo que con Broullon buscamos amalgamar mi pasión por el cómics con la pintura. Lamentablemente no conservo ningún registro de aquellas experimentaciones.
Luego vino la facultad de arquitectura, que lo absorbió todo. Poco tiempo después de recibido, ingresé al taller del maestro Marcelo Cofone, donde adquirí esta afición por la figura humana construida desde la gestualidad y la mancha, que caracteriza mi producción actual y también estudié serigrafía con la excelente artista Andrea Moccio”.

PV: ¿Tuviste la oportunidad de exponer en diversos espacios de arte, como te llevás con eso…, tenés algún recuerdo importante de alguna de esas experiencias?

FE: “Admito que al principio exponer mi trabajo me resultaba azaroso. Mi autocrítica puede llegar a ser despiadada y jamás estaba conforme con lo que hacía. Tardé bastante en mostrar mi obra en público, fue un proceso difícil. Por suerte y con el correr de los años pude naturalizarlo. Actualmente me gustan y disfruto las exposiciones que organiza mi galerista Adriana Budich en su local de Villa Crespo, porque las inauguraciones son agendadas los sábados y las concibe como fiestas, con muchos invitados, con músicos y DJs tocando en vivo”.

PV: ¿Sé que además de artista plástico también sos arquitecto. Que carrera comenzó primero? Como nació ese otro lado?

FE: “Mi vocación por el dibujo fue lo primero, dibujar es una forma de comunicar y expresar inmanente en mí, que siento como parte de mi ADN. Tanto la pintura como la arquitectura fueron técnicas adquiridas, después de mucho estudio y esfuerzo”.

PV: ¿Tenés una técnica muy interesante. Contame con que herramientas te manejas al momento de producir y como definirías tu estilo?.

FE: “Acrílico sobre tela y carbonilla sobre papel son las técnicas predominantes en mi producción. Me gusta aplicar la pintura sobre el lienzo con diferentes herramientas además del pincel tradicional: espátulas de diferentes formatos, esponjas, peines, trapos, lijas, secadores de piso y si el formato lo permite, utilizo lampazos. No acostumbro a realizar “pasajes de color”, prefiero una técnica “cromáticamente divisionista” a la hora de configurar un volumen o un espacio determinado.

Si bien mi dibujo es realista, desde el color y la gestualidad de la mancha mi lenguaje es cercano al expresionismo. Respecto de la composición cromática me inspiro en los movimientos vanguardistas centroeuropeos del siglo XX, en especial de “El Puente” (Die Brücke). Desde el color prefiero alejarme de cierto naturalismo dominante en la actualidad”.

PV: ¿Sé que tuviste la oportunidad de estar alguna vez en Europa, que de algún modo es la cuna del arte occidental. Contáme como fue ver eso en vivo. Pudiste nutrirte personalmente de esa gran experiencia? Alguna anécdota?

FE: “Recuerdo la primera vez que visité el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí, en Barcelona, poco después de recibirme de arquitecto. No me refiero al mamotreto neoguadiano de hormigón armado que la Generalitat de Catalunya está erigiendo en estos momentos. Hablo del Portal de la Natividad, la obra original del gran maestro catalán esculpida en piedra. Parafraseando a Amélie Nothomb sentí estupor y temblores. ¿Cómo es posible que la mente humana conciba una obra tan sublime? Una conjunción equilibrada y perfecta entre arquitectura, escultura y espacio.

Otras experiencias de conmoción similares las tuve en Basílica Superior de San Francisco de Asís al contemplar los frescos de Giotto; al escuchar el Stabat Mater de Pergolesi en el Teatro Olímpico de Andrea Palladio en Vicenza; al admirar “La Vocación de San Mateo” de Caravaggio en la iglesia de San Luis de Los Franceses en Roma; al percibir el silbido del Siroco atravesando las columnas dóricas del Templo de la Concordia en el Valle dei Templi de Agrigento; al parame bajo la cúpula de la iglesia de Sant’Ivo alla Sapienza de Borromini. Además de nutrirte, el arte cura y enaltece el espíritu. Europa nunca deja de asombrarte”.

PV: ¿La mayoría de los artistas prefieren las noches y/o madrugadas para crear, en vos pasa eso también? Tenés algún momento especial para comenzar a producir frente al bastidor?

FE: “Puedo trabajar y concentrarme en cualquier momento del día, no tengo preferencia alguna. El único requisito para dibujar y pintar es estar completamente solo”.

PV: ¿Cómo es tu relación con las redes sociales en tu actividad?

FE: “No es tan buena como yo quisiera. Obviamente es una herramienta indispensable a la hora de promocionar tu trabajo, pero utilizarla de la manera correcta y eficiente es todo un aprendizaje. En eso estoy”.

PV: ¿En algunas ocasiones el artista no sabe ser buen promotor o vendedor de su obra, y muchos optan por un representante para que se ocupe de ese aspecto. Como te encuentra esa situación a vos? Sos independiente 100%? Te ocupas de los dos roles?

FE: “No soy buen promotor ni un vendedor eficaz de mi obra. Es cierto que he vendido por mi cuenta algunas pinturas a través de Instagram. Cuando un comitente me encarga un retrato, me contacta a mí de manera directa, sin intermediarios. Pero comercializar no es lo mío. Por suerte cuento con el servicio de dos galerías con las que trabajo desde hace algunos años: Adriana Budich Arte Contemporáneo en la Ciudad de Buenos Aires y Estudio A de Graciela Arrúa en el interior de la provincia”.

PV: ¿Cómo seguís planeando tu futuro inmediato? Proyectos?
FE: “En este momento estoy trabajando en una serie titulada “Cabezas Bestiales”, que es un conjunto de retratos reales e imaginarios de gran formato. Este proyecto está inspirado en la cabeza monumental que Rodin esculpió como retrato de Balzac. Para algunos rostros utilizaré paletas saturadas y para otros manejaré diferentes tonalidades de gris. Es compleja la elección del modelo, pero creo que voy avanzando en un buen sentido.

Como proyecto futuro tengo mucho interés en trabajar sobre la figura desnuda de adultos mayores. Al visitar la Pinakothek der Moderne de Munich, tuve la oportunidad de admirar la obra “Cansados de la Vida” de 1892 del artista plástico simbolista suizo Ferdinand Hodler, quedé profundamente impactado. Incluso siempre me cautivaron las diferentes versiones de San Jerónimo Penitente. Creo que por allí hay una veta a explorar”.

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