A sus 93 años, el actor argentino Héctor Alterio regresó al país para realizar su despedida de los escenarios porteños. Y es por su enorme trabajo y trayectoria en cine, teatro y televisión, que el Ministerio de Cultura de la Nación -con la presencia del actor- realizará un homenaje especial, este 11 de abril en el Centro Cultural Kirchner, para hacer entrega de una merecida distinción: Personalidad Emérita de la Cultura, a quien desde hace años es uno de los representantes más notables de nuestra cultura, en la Argentina y en el mundo.

Descendiente de familia italiana, Héctor Benjamín Alterio Onorato nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1929. No había cumplido veinte años, cuando subió por primer vez a un escenario para protagonizar Prohibido suicidarse en primavera, la obra teatral de Alejandro Casona. Luego de finalizar sus estudios de arte dramático, en 1950, fundó la compañía "Nuevo Teatro", la cual permaneció activa hasta 1968. Si bien su popularidad como actor dramático empezaba a ascender, fue como actor de cine que conquistó el corazón del público masivo. Desde 1965, Alterio incursionó en la actuación cinematográfica con la película Todo sol es amargo, del director Alfredo Mathé.

Más tarde, llegaron otros tantos films que, según distintos críticos, son obras que forman parte de las películas más notables de la entonces nueva generación de cineastas argentinos. Entre ellas, Argentino hasta la muerte, de Fernando Ayala (1970); La fidelidad, de Juan José Jusid (1970); La venganza del Beto Sánchez (1972) y La Patagonia rebelde (1974), de Héctor Olivera (esta última, ganadora del Oso de Plata en Berlín), y El santo de la espada (1969), La maffia (1971) y Los siete locos (1972), de Leopoldo Torre Nilsson.

En 1974, protagonizó junto a Ana María Picchio, La tregua: film dirigido por Sergio Renán, basado en la obra de Mario Benedetti. Se convirtió en la primera película argentina en obtener una nominación al Premio Oscar. Así, Héctor Alterio fue convirtiéndose en sinónimo de “gran actor”.

Dos años después, con la irrupción de la dictadura cívico-militar en la Argentina y las amenazas que recibió como tantos otros intelectuales y artistas, Alterio –quien se encontraba en España por entonces– decidió residir allí, donde luego llegaron su mujer Ángela Bacaicoa y sus dos hijos Malena y Ernesto. Obtuvo la ciudadanía española y no dejó de ejercer su vocación. Actuó en distintas producciones como A un dios desconocido (1977), de Jaime Chávarri (ganó por su actuación el premio al Mejor Actor en el Festival de San Sebastián); *El crimen de Cuenca (1979), de Pilar Miró; El nido (1980), de Jaime de Armiñán (film nominado al Premio Oscar y al Premio de la Asociación de Cronistas de Nueva York como Mejor Actor).

Con el retorno de la democracia en la Argentina, Alterio continuó actuando: participó de la película Camila (1984), de María Luisa Bemberg, considerada todo un clásico de la cinematografía nacional. Y volvió a repetir la hazaña en La historia oficial (1985), de Luis Puenzo, la cual –esta vez sí– se llevó por primera vez el Premio Oscar como Mejor Película de Habla no Inglesa, protagonizada junto con Norma Aleandro. Se hizo memorable con una inolvidable frase en Caballos Salvajes, de Marcelo Piñeyro, con quien además trabajó en Cenizas del Paraíso, Plata quemada y Kamchatka. En 2001 también protagonizó otra película muy recordada por el público argentino: El hijo de la novia (2001), de Juan José Campanella.

En cuanto a televisión, el actor estuvo al frente de Vientos de agua: una serie de televisión coproducida entre Argentina y España. Contó con trece episodios que narran el fenómeno de la inmigración, mediante el exilio de un español en la Argentina. En esta serie también participó su propio hijo, Ernesto Alterio, quien interpretó el mismo personaje de Alterio, pero en su versión más jóven para contar aquella primera etapa de la historia. Y esta no fue la única serie de televisión. Actuó en otras tantas, como Segunda enseñanza (1986, España); Canguros (1994, España); Alén, luz de luna (1996, Argentina); Tiempo Final (2001, Argentina); El barco (2012-2013, España).

Héctor Alterio, con 93 años, continúa siendo de los actores más prestigiosos y talentosos del país, y uno de los actores argentinos más prolíficos de la historia audiovisual nacional. En total, participó en 150 películas, 50 obras de teatro y 10 series de television. Su nombre ocupa un lugar central en la historia del cine argentino. Héctor Alterio sigue trabajando, brilla en los escenarios y trasmite pasión y compromiso como siempre lo hizo. Prueba de ello son también los numerosos premios y distinciones que recibió a lo largo de su vida. Entre ellos, el Premio Goya (2003) y el Cóndor de Plata (2008) por su trayectoria artística.

Foto de portada: gentileza C5N