Presidencia de la Nación

Formación castrense de la Jefatura de Región III

Hoy, viernes 14 de noviembre, se realizó la Ceremonia de Puesta en Posesión del Cargo de los Segundos Jefes Operacional y Administrativo de la Jefatura de Región III. Asimismo, se hizo la presentación del Estandarte y la designación del portaestandarte de la Región.

También, se conmemoró el Día de la Especialidad de Comunicaciones de la Fuerza.

La Formación tuvo lugar en las instalaciones del Destacamento Móvil 3 “Sargento Ayudante Ramón Gumercindo Acosta”, y fue presidida por el Jefe de Región III, Comandante General Héctor Gabriel González, acompañado por los Segundos Jefes Operacional y Administrativo de Región, Comandante Mayor Mario Rubén Cornejo y el Comandante Mayor Gustavo Alfredo Espinoza, respectivamente. Estuvieron presente personal retirado de la Fuerza y familiares.

Durante la ceremonia se entonaron las estrofas del Himno Nacional, se efectuó un respetuoso minuto de silencio y se pronunció el Decálogo del Gendarme Argentino. La Banda de Música de la Escuela de Suboficiales “Cabo Raúl Remberto Cuello” estuvo a cargo de los acordes musicales.

El Jefe de Región III, Comandante General González tomó juramento de fidelidad y respeto a la Constitución Nacional y puso en posesión del cargo a los Segundos Jefes entrantes.

En esta oportunidad, se presentó el Estandarte de la Jefatura de Región III y se designó al Sargento Emanuel Alexis Luque para portarlo. El Estandarte Militar no es solo una bandera, sino que significa el corazón simbólico de una Fuerza; y, para la Región representa el nacimiento de un legado propio. Este primer estandarte no solo identifica a la unidad; inaugura la representación de una historia que proviene del origen mismo de la Región y que continuará siendo escrita por cada hombre y mujer que lo escolte, lo proteja y lo honre.

Las raíces de este emblema, se remontan a las antiguas civilizaciones, cuando los pueblos marchaban detrás de un símbolo que, en función táctica, daba dirección, esperanza y sentido de pertenencia. Desde entonces, ha sido guía en momentos difíciles y faro en tiempos de incertidumbre. En el pasado, perderlo o defenderlo definía el honor de una Fuerza. Este Estandarte convoca a ser mejores, a mantenernos firmes y a recordar que cada acción, por pequeña que parezca, contribuye a la dignidad de la institución; inspira, fortalece y recuerda quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde debemos avanzar como Fuerza al servicio de la Nación.

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