Presidencia de la Nación

“En el INTI funcionará una planta que será un hito para la soberanía farmacéutica argentina”

Destaca Julieta Comin, gerenta de Desarrollo Tecnológico e Innovación en el Instituto y protagonista del nuevo video del ciclo “Tecnólogas que transforman”. La especialista anticipa sobre este avance clave para la industria y comparte algunas anécdotas de su carrera profesional.


Julieta nació en Buenos Aires y ya desde su adolescencia empezó a interesarse por el mundo de la Química. “Decidí estudiar la carrera porque tuve muy buenas profesoras en el secundario. Eso fue clave, porque la materia suele generar rechazo cuando se enseñan fórmulas fáciles de explicar pero que no están relacionadas con la práctica”, detalla. Una vez que ingresó a la universidad, también se enteró que un tío abuelo suyo fue jefe de departamento y era reconocido en la Facultad. De esta forma, la elección de su carrera la llevó a reencontrarse con un antepasado que desconocía.

Luego de recibirse y doctorarse en la Universidad de Buenos Aires, realizó un posdoctorado en el National Institutes of Health de Estados Unidos, ubicado en las cercanías de la ciudad de Washington. Posteriormente, trabajó en una empresa en el norte de Italia especializada en el desarrollo de procesos de síntesis de Ingredientes Farmacéuticos Activos (IFAs), sustancias responsables de la función principal de los medicamentos que años después marcarían un hito en su carrera.

“Si bien estuve seis años fuera de Argentina siempre quise volver. Leía los diarios de acá y estaba involucrada en cuestiones políticas y sociales. Me interesaba volver para trabajar en investigación aplicada en articulación con el sector académico y el productivo”, reflexiona sobre su experiencia en el exterior. Con esa premisa, llegó al INTI y desde entonces se ha involucrado en trabajos innovadores que aportan al desarrollo tecnológico para el país.

“Al ingresar al INTI tuve la posibilidad de generar un nuevo equipo especializado en Síntesis Orgánica, disciplina que no existía en el Instituto. Hoy trabajan en él quince especialistas en proyectos diversos, colaborativos y multidisciplinarios, como por ejemplo el desarrollo de Materiales de Referencia de Ingredientes Activos del Cannabis Medicinal y la síntesis de nuevas moléculas con potencial terapéutico para el tratamiento de cáncer de hígado”, explica Julieta.

Julieta también forma parte de la carrera de investigadora del CONICET y en este ámbito integra la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología. En relación a la vinculación entre su profesión y las relaciones de género, considera que “si bien en los últimos años ha habido avances, creo que aún nos falta mucho camino por recorrer como sociedad. Por ejemplo, repartir más las tareas de cuidado (que siguen recayendo mayormente sobre las mujeres) que permitan generar más igualdad de condiciones para el desarrollo profesional”.

Un hito para la soberanía farmacéutica
Al consultarle a Julieta Comin qué huella le gustaría dejar en su carrera, no duda en responder que para ella un gran logro profesional será la puesta en funcionamiento de una planta piloto pública de síntesis de Ingredientes Farmacéuticos Activos (IFAs) para impulsar la producción nacional de insumos estratégicos e innovadores y la sustitución de importaciones. Aquel anhelo hoy está a punto de convertirse en realidad.

Durante 2021 y 2022 se invirtieron más de 1 millón y medio de dólares en el INTI para poner en funcionamiento esta planta piloto que será la primera en su tipo en el ámbito público y resultará clave para la soberanía farmacéutica argentina. Argentina y la región sudamericana son totalmente dependientes de la importación de IFAs (mayor al 95%), que proviene principalmente de China, India y Estados Unidos. Esto deja a los sistemas sanitarios expuestos a acontecimientos de índole externa, como quedó evidenciado en la pandemia de COVID-19.

Entre sus principales desafíos, además de sustituir importaciones se prevé abrir la exportación a países de la región. Sólo en Argentina, durante 2021 las importaciones del sector superaron los mil trescientos millones de dólares.

La planta permitirá desarrollar “proyectos que apunten a la producción de drogas estratégicas para la salud, a la transferencia de tecnología y a la innovación, en articulación con el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología y el sector privado. Será un hito tanto para el INTI como para Argentina”, concluye Julieta.

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