Presidencia de la Nación

El Archivo Nacional de la Memoria en la 10ª Bienal de Fotografía Documental en Tucumán

A partir de una invitación a Fototeca ARGRA, el Archivo Nacional de la Memoria (ANM) participó de la 10ª Bienal de Fotografía Documental, que se realizó del 5 al 8 de octubre en Tucumán.


La muestra producida por ARGRA con fotografías de Madres de Plaza dialoga con el umbral del archivo de memorias visuales generado por el Estado en el marco del trabajo de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), desde fines de 1983. La instalación propuesta por el ANM compartió fotografías realizadas por el fotógrafo Enrique Shore en 1984, durante su trabajo en la Comisión, sobre siete lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio en la provincia de Tucumán durante el terrorismo de Estado: la Base Militar en el ex Ingenio Lules, la Jefatura de Policía de la provincia de Tucumán en San Miguel de Tucumán, la Escuelita de Famaillá, el Arsenal “Miguel de Azcuénaga” en La Talitas, Tafí Viejo; la Base Militar en Ingenio “La Fronterita”; la Escuela República del Perú, en Banda del río Salí, Cruz Alta; y la Escuela Universitaria de Educación Física de la UNT.

Estas fotografías forman parte del Fondo CONADEP alojado en el ANM, que se encuentra abierto a la consulta pública.

Fotografía: Graciela Calabrese

Compartimos el texto que acompañó la muestra.

“Las fotos de Shore”: el umbral de memoria visuales del terror de Estado en Argentina
El estatuto ominoso que asumió en los centros clandestinos de detención la suspensión de la temporalidad y la espacialidad como coordenadas aparece con insistencia en los testimonios de sobrevivientes sobre la experiencia concentracionaria a lo largo y ancho de la geografía nacional. El tiempo y el espacio como arrebatos de cualquier experiencia de anclaje subjetivo y en el Otro. Develar y denunciar los dispositivos y prácticas del terror de Estado, desentrañar su dimensión clandestina, secreta y negacionista ha sido parte de las luchas y narrativas configuradas por los/las sobrevivientes en distintos momentos.

Con el retorno de la democracia, el 10 de diciembre de 1983, el Poder Ejecutivo decidió generar las condiciones para investigar la desaparición forzada de personas y, en parte, el funcionamiento de la maquinaria clandestina. La espacialización de su engranaje asumió importancia central: desentrañar lo que había tenido lugar. En este horizonte se crea la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), reuniendo diversidad de documentos que luego serían integrados al Juicio a las Juntas Militares, de 1984/85.

Las imágenes fotográficas han sido parte del tejido intertextual que comenzaba a hilvanarse desde el Estado, en particular aquellas producidas por el fotógrafo Enrique Shore, quien siendo parte de la Comisión emprendió el trabajo de registro visual en 40 lugares que habían sido utilizados por el terror de Estado en el despliegue de sus prácticas clandestinas. Más de 2.000 fotografías componen el tejido visual del Fondo CONADEP, acervo que actualmente preserva, aloja y trabaja el Archivo Nacional de la Memoria.

Cuarteles, comisarías, regimientos e incluso escuelas eran los nombres que asumían en el presente de la enunciación y de la mirada aquellos lugares sobre los que se realizarían las inspecciones oculares y la producción documental. En dichas inspecciones, ante la escucha de los/as representantes de la Comisión y del Poder Judicial, fue clave la presencia de sobrevivientes de cada centro clandestino y su testimonio acerca de la experiencia concentracionaria.

Con carácter probatorio las imágenes enfocaban, encuadraban y fijaban las materialidades sobre las que las/os sobrevivientes inscribían sus testimonios, una topografía que, por la vía del detalle, contrarrestaba la negación de los represores acerca de la existencia de los campos, la desaparición forzada y los/as desaparecidos/as. El Estado abría un régimen visual del horror que, si bien acotaría en los meses siguientes, constituirían el umbral del archivo de memorias topográficas de los campos. Planos abiertos de registro edilicio, de contextos y arquitectura: una composición indiciaria de fragmentos topográficos anudados a las memorias que cada testimoniante producía en primera persona.

Un rayo de luz que asoma por la hendija de una ventana, restos de pinturas descascaradas, trozos de paredes derruidas, agujeros de impactos de balas, pedazos de baldosas reconocidas por los/las sobrevivientes como detalles arrebatados al tabicamiento, platos y jarros de lata, pedazos de telas, objetos del campo buscados entre los pastizales, bajo tierra; posar la mirada sobre signos que permitieran recomponer las astillas de los tiempos cotidianos en cada campo.

Las fotografías de Shore testimonian también sobre un legado para el trabajo de memoria, un saber-hacer con los vestigios devenidos en rastros, con los desechos subvertidos en restos. Aquellos hombres y mujeres sobrevivientes que “excavaron” para encontrar las piezas/huellas supervivientes nos entregan en ese gesto la metáfora/metonimia de un tratamiento (im)posible de las memorias visuales.

Enrique Shore Fondo CONADEP - Archivo Nacional de la Memoria
Secretaría de Derechos Humanos de la Nación

Realización audiovisual
Laura Mattarollo
Joaquín Muñiz

Montaje
Daniel Vides
Ezequiel Torres
Fototeca ARGRA

Coordinación de Fondos Audiovisuales
Dirección Nacional de Gestión de Fondos Documentales
Archivo Nacional de la Memoria

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