Desarrollo clave del INTI para identificar contaminantes que afectan cultivos
Especialistas del Instituto elaboraron un patrón para el control de Aflatoxina B1, toxina producida por un hongo que puede estar presente en cereales, oleaginosas, especias y frutos secos. Este desarrollo nacional es crucial tanto para la salud como para la exportación y permitirá contar con su disponibilidad más económica e inmediata para laboratorios de ensayo del país y de la región (que hasta el momento debían importarlo).
La Aflatoxina B1 es un contaminante producido por hongos que pueden estar presentes en cultivos de cereales, oleaginosas, especias y frutos secos, tanto antes como después de la cosecha. Su control resulta crucial debido a sus posibles efectos en la salud por el consumo en bajas concentraciones a lo largo del tiempo. Además, es determinante a la hora de exportar no sólo para Argentina sino también para países de la región que enfrentan un problema de rechazo de exportaciones debido a la presencia de este tipo de componentes.
Con el objetivo de reducir los efectos tóxicos en la salud tanto humana como animal y regular el comercio internacional existen normativas que establecen límites máximos de tolerancia para micotoxinas en alimentos. Para garantizar la calidad de este tipo de mediciones se utilizan patrones (conocidos como Materiales de Referencia Certificados) que brindan trazabilidad metrológica de las mediciones y su incertidumbre.
Existen diferentes marcas comerciales de estos patrones a nivel mundial, pero su precio es muy elevado. Este nuevo desarrollo nacional es una alternativa accesible económicamente y de disponibilidad inmediata para los laboratorios de ensayo de nuestro país y de la región, que permitirá generar un ahorro en los costos inherentes a la compra de un material importado, gastos de traslado, aduanas y tiempos de adquisición.
El material desarrollado por el INTI posee una concentración y una incertidumbre con trazabilidad demostrada al Sistema Internacional de Unidades. Se ha utilizado el método de Resonancia Magnética Nuclear Cuantitativa (qRMN) y métodos de preparación validados internacionalmente para su caracterización. Su producción cumple con los requisitos de la norma ISO 17034:2016 y de las guías ISO 30:2015, 31:2015 y 35:2017.
El trabajo fue realizado en el marco del proyecto “Mycotoxin Metrology, Capacity Building and Knowledge Transfer” del Bureau Internacional de Pesas y Medidas (BIPM) e Institutos Nacionales de Metrología, en el que se elaboraron materiales de referencia de Zearalenona, Aflatoxina B1, Deoxinivalenol y Patulina entre otros, con el objetivo de contribuir al desarrollo de la calidad de las mediciones analíticas en la cuantificación de micotoxinas en cada país participante.