Presidencia de la Nación

D’Alessandro: “Estoy convencida de que sin mujeres gobernando, no hay soluciones feministas a la crisis”

La directora de Economía, Igualdad y Género participó de un semanario internacional en el que se abordó la profundización de las brechas de género que dejó la pandemia.


En el marco de la semana de la Mujer, la directora de Economía, Género e Igualdad, Mercedes D’ Alessandro, participó del seminario internacional “Economía y feminismo: perspectivas transatlánticas”, que tuvo como objetivo central analizar las desigualdades de género en el contexto de la crisis sanitaria mundial producto de la pandemia Covid-19, repensar los vínculos sociales, políticos y los modelos económicos futuros con el aporte del feminismo.

El evento virtual, organizado por la versión en español de la revista francesa de geopolítca El Grand Continent y el Centro de Desarrollo de la OCDE, en asociación con el Programme de Recherche et d’ Enseignement des SAvoirs sur le GEnre (PRESAGE) de Sciences Po y el Núcleo de Estudos e Pesquisas de Economía e Feminismos (NuEFem) de la Universidad Federal de Río de Janeiro, contó con las palabras de apertura de Sybel Galvan, embajadora Representante Permanente de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Durante la primera ronda del debate, D’ Alessandro se refirió a la necesidad de trabajar fuertemente para cerrar brechas de género y marcó que las mismas se amplificaron en el contexto de la crisis del COVID 19.

“Cuando pensamos en economía, parece que solo pensamos en la industria, en el transporte, en el comercio que, por supuesto, son sectores importantísimos de nuestra estructura social y productiva, pero no son los únicos. Y pareciera que todos los sectores de la economía del cuidado no valen lo mismo”, afirmó.

En ese sentido, la funcionaria señaló dos ejes que deberían ser tenidos en cuenta en el marco de la recuperación económica pospandemia: por un lado, feminizar aquellos espacios donde las mujeres tienen escasa participación, sectores masculinizados, como la industria, la tecnología, la obra pública, donde se destinan los mayores caudales de inversión pública; y, por el otro, la puesta en valor de las tareas de cuidado.

“Para pensar en la economía feminista, tenemos que tener muy en claro dónde vamos a incluir a las mujeres para la recuperación y el diseño de ese futuro en donde queremos vivir, y cómo vamos a revalorizar toda la economía de cuidado”, sostuvo al respecto.

Asimismo, en el segundo panel del encuentro, D’Alessandro defendió la participación de las mujeres en las distintas esferas de gobierno y la necesidad de trabajar para seguir ampliando esa representación. “Sí hace la diferencia que haya mujeres gobernando en todas las áreas del Estado, que seamos tantas y que tengamos un horizonte en común, que tengamos agenda y que rompamos con el segregamiento vertical”, sostuvo, y agregó: “Hay dos cosas que reivindico: el rol del Estado para dar soluciones universales y el rol de las mujeres en los gobiernos. Estoy convencida de que sin mujeres gobernando no hay resoluciones feministas”, enfatizó.

Por su parte, Margarita Olivera, directora del NuEFem e Investigadora asociada a la Universidad Federal de Río de Janeiro, hizo hincapié en el aporte de la economía feminista a la teoría económica. “La economía feminista toma este carácter sistémico de la explotación, este lugar de las mujeres y lo transforma y lo integra al análisis economico”, dijo.

Asimismo, Olivera sostuvo que “no existe la neutralidad de las políticas. No podemos pensar que las políticas son neutras. Detrás de cada una de las decisiones que se toman existe un efecto diferenciado donde las mujeres estamos o terminamos en una situación peor”.

En la misma línea Hélène Périvier, directora del PRESAGE planteó: “Por qué el feminismo necesita de la economía? La economía trae herramientas para medir las desigualdades de género y sexo. Y además, evalúa y valora las políticas públicas para lograr la igualdad de género”.

Por último, Nancy Folbre, investigadora asociada a la Universidad de Massachusetts Amherst, afirmó: “El énfasis debe estar situado en el contenido moral del cuidado, de la preocupación por los demás, necesitamos apoyarnos en el corazón invisible, más que en la mano invisible”.

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