Cuidamos tu semilla para construir nuestro futuro
En el Día Internacional de la Propiedad Intelectual, una oportunidad para reflexionar sobre los aportes de la semilla al desarrollo de nuestro país.
Nuestra visión en INASE es colaborar en la transformación de la genética de cultivos en un pilar estratégico de la bioeconomía argentina para transitar las próximas décadas.
Con este norte, llevamos adelante un proceso de reordenamiento interno tendiente a fortalecer e incrementar nuestras herramientas de fiscalización y control en la producción y comercialización de germoplasma para que los productores cuenten con semillas de calidad y pureza varietal. Paralelamente, buscamos estimular la inversión en innovación al proteger la propiedad intelectual de los obtentores. De esta forma, trabajamos para proteger el agregado de valor en toda la cadena.
La propiedad intelectual alcanza a todas las creaciones intelectuales y la obtención de variedades vegetales adaptables a las necesidades de nuestro sector agrícola no es la excepción. Hoy, los activos intangibles de las organizaciones tales como sus desarrollos tecnológicos, softwares y bases de datos, valoración de marca y sus propiedades intelectuales, representan más del 80% del valor de las empresas que releva uno de los índices bursátiles más importantes del mercado, el Standard & Poor’s 500.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) publica el Índice Global de Innovación que categoriza a los países en base a I+D+i (Investigación (I), Desarrollo (D) e innovación (i) tecnológica) Argentina se encuentra en el puesto 73 a nivel mundial, en una sector que lideran países como Suiza, Suecia, Estados Unidos, Finlandia, Irlanda e Israel. Tenemos el desafío de invertir en conocimiento para impulsar el desarrollo y crecimiento económico.
El desarrollo de la bioeconomía argentina demanda un incremento de la productividad de los cultivos y la semilla es un activo estratégico para dar inicio a un círculo virtuoso de innovación y crecimiento de las producciones de cada agroecosistema.
Entendiendo que un esquema productivo basado en la producción primaria es más susceptible al impacto climático y a la inestabilidad del precio de los commodities, nuestro país necesita invertir recursos y esfuerzos en ganar valor genético y en aumentar las tecnologías aplicadas en semillas. Así, el trabajo de los obtentores públicos y privados es fundamental. La ganancia genética lograda a través del mejoramiento supera el 1% anual en cultivos como soja y trigo. Si un productor cambia sus variedades cada 5 años, puede obtener un retorno de 3 ó 4 veces su inversión.
Desarrollar una nueva variedad que aporte genéticas que aumenten la resiliencia de los cultivos ante la creciente volatilidad climática, que mejoren la eficiencia del uso del agua y nutrientes, que optimicen el uso de fertilizantes, requiere años de investigación, inversión y trabajo.
Argentina tiene la oportunidad histórica de acceder a mercados clave de productos que están aumentando su demanda a nivel mundial, como las legumbres, hortalizas, frutales y otros cultivos vinculados a las dietas basadas en plantas y al consumo de proteínas alternativas.
Por ello para INASE es un objetivo primordial el proteger los derechos de propiedad de los obtentores y el derecho del productor a tener acceso a una semilla de calidad y con identidad, como condición necesaria para incentivar nuevas inversiones en la materia.
En ese marco, INASE trazó una estrategia de corto y mediano plazo para colaborar en el abordaje de este desafío como un actor dinámico, robusto y confiable, que coopere para que el sector agrobioindustrial exprese todas sus potencialidades.