Presidencia de la Nación

Compartir miradas y profundizar acciones

El rol que juega la agricultura familiar, campesina e indígena en el desarrollo rural sustentable cobró centralidad en la agenda académica. Así lo prueba el VI Congreso Nacional del Foro de Universidades, impulsado por el INTA, que sesionó en La Matanza.


Con más de 400 participantes se llevó a cabo una nueva edición del VI Congreso del Foro de Universidades para la Agricultura Familiar. La cita fue el 5 y 6 de octubre, en la Universidad Nacional de la Matanza. Cuatro paneles de debate, una feria de la agricultura familiar con más de 60 puestos de venta, degustaciones y cocina en vivo con las cocineras del Iberá, un encuentro de las radios rurales comunitarias de la provincia de Buenos Aires y más de 100 artículos científicos debatidos en seis talleres fueron los hitos más importantes del encuentro.

“Estos congresos, que se reúnen desde 2014, agrupan a cinco foros regionales de universidades del NOA, NEA, Cuyo, Pampeana y Patagonia, y son ámbitos de relevancia que han permitido ampliar la visibilidad de la agricultura familiar”, sostuvo Carolina Feito, anfitriona del encuentro y representante de Ciencia y Técnica en el Consejo Asesor del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar del INTA.

El plato fuerte del congreso lo constituyó el panel sobre Los desafíos y tensiones de una agenda común de investigación y desarrollo para la soberanía. Fue un conversatorio moderado por la periodista y documentalista Ana Cacopardo quien, a lo largo de dos horas, dialogó con la referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero y actual Directora de Género e Igualdad del INAFCI, Deolinda Carrizo; el titular del Movimiento Nacional Campesino e Indígena Somos la Tierra, Diego Monton y la historiadora de la Universidad de San Martín y del CONICET, Celilia Gárgano.

“Nos costó mucho a quienes vivimos en la ruralidad que desde los espacios académicos más cercanos se abran las puertas a nuestros conocimientos ancestrales, nuestros problemas ambientales, nuestra lucha por la tierra. Fue un tremendo esfuerzo para poner en la agenda pública y en las universidades nuestros temas. Necesitamos que las universidades y el INTA pongan en valor nuestros saberes y nos ayuden a sistematizarlos y no solo que seamos objeto de sus estudios”, reclamó Deolinda Carrizo.

Por su parte Diego Monton recordó que la agricultura familiar, campesina e indígena asiste a un proceso de subordinación global del capital financiero en todos sus territorios, que no está siendo dimensionado en las ciudades, salvo cuando aumenta el precio de los alimentos. “Hay un avanzado proceso de concentración. En el año 96 cuando la soberanía alimentaria logra entrar en la agenda internacional existían en el mundo 800 millones de habitantes con inseguridad alimentaria. Hoy esa cifra trepa a 1.700 millones. Se profundizan las problemáticas porque el capital financiero viene subordinando todos los eslabones de las cadenas alimentarias a su lógica de acumulación. El hambre, la crisis climática y las migraciones se explican por la destrucción de los sistemas alimentarios diversificados y Argentina no está ajena a estos procesos de subordinación”.

En tanto, Cecilia Gárgano, especialista en historia reciente de la ciencia realizó una breve historización de las agendas científicas que interrumpió la última dictadura militar. "Hay una trayectoria de apropiación privada de los conocimientos producidos con fondos públicos que explica la concentración actual. Estas son las deudas de la democracia: no podemos pensar en soberanía alimentaria dentro del agronegocio y necesitamos una ciencia crítica que acompañe las voces de los territorios y no los intereses de los grandes capitales”.

Referentes de I+D


En la apertura del encuentro el Director del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar del INTA, Diego Ramilo advirtió que el mundo atraviesa momentos complejos de altísima incertidumbre, económica, social y ambiental. Consideró que las organizaciones de productores de la agricultura familiar, campesina e indígena (AFCI), demandan y avanzan mucho más rápido que las agendas y las respuestas de los organismos de CyT. “Tenemos que estar más cerca de las organizaciones para trabajar en conjunto sus demandas con mirada prospectiva de corto, mediano y largo plazo y dar respuestas adecuadas de conocimiento y desarrollo tecnológico”. Para Ramilo, estas acciones junto a las universidades, además de la formación de jóvenes cuadros profesionales universitarios orientados en la AFCI, son esfuerzos imprescindibles y urgentes, para dar sustentabilidad y proyección a la producción de alimentos sanos y de calidad. “Este sector ha dado sobradas muestras de su capacidad para garantizar los alimentos; siempre y cuando se generen las condiciones que vienen reclamando históricamente., como el acceso a la tierra, al agua y al financiamiento”.

En el panel de apertura Diego Ramilo estuvo acompañado por el vicerrector de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM), Fernando Luján Acosta; la coordinadora de agricultura familiar del SENASA, Lucía González Espinoza; el presidente del Instituto Nacional de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI), Miguel Angel Gómez; el subsecretario del Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Cristian Amarilla; el asesor de presidencia del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), Hernan Rachid; la oficial de programas de la FAO Argentina, Maria Laura Escuder y la representante de Ciencia y Técnica ante el CIPAF/INTA, María Carolina Feito.

El VI Congreso estuvo organizado por el IPAF Región Pampeana (CIPAF-INTA), la Universidad Nacional de La Matanza, el Ministerio de Desarrollo Agrario y el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena.

Puesta en común

En el congreso se presentaron 200 artículos científicos y posters que se pusieron en común en los seis talleres temáticos sobre normativas e institucionalidad; género y ruralidad; universidad y paradigmas de desarrollo agropecuario; soberanía y derecho a la salud y la alimentación; modelos productivos y economía popular. Los talleres fueron moderados por referentes de las universidades y del INTA que, una vez más, lograron habilitar un espacio de encuentro y actualización entre investigadores, extensionistas y organizaciones de la agricultura familiar.

Entre los trabajos presentados se destacó la ponencia del Equipo de Investigación del Grupo de Estudios Agrarios (GEA) de la Universidad Nacional de Rosario. Compartieron el estado de avance del proyecto sobre Cartografía socio productiva de la provincia de Santa Fe. Pusieron en común algunas reflexiones en torno a lo que el Censo Nacional Agropecuario (CNA2018) informa respecto de lo que acontece en la estructura social agraria en esa provincia. También analizan aquello que no dice el censo, o cuyos resultados merecen ser contrastados con otras fuentes y estudios que permitan conocer y comprender la dinámica actual de la AF. Advierten que pese a la crítica situación de lo que fuera la tradicional agricultura familiar santafesina, los trabajos de campo permiten aseverar su persistencia y el surgimiento de nuevas/os productoras/es. “Efectivamente encontramos en el territorio de la agricultura industrial un heterogéneo conjunto de agricultoras/es. Constatamos un crecimiento de producciones agroecológicas surgidas como una respuesta a los efectos de la expansión del monocultivo de soja y como la expresión material de un sistema de valores culturales y creencias”. Lo que pusieron en debate en el congreso es como diferentes equipos técnico-académicos han cuestionado la fiabilidad de los datos oficiales al advertir discrepancias con evidencias empíricas provenientes de sus investigaciones territoriales. “Desde una perspectiva crítica, proponemos analizar el avance de los datos ofrecidos en cada censo en función de la cobertura del mismo, los datos no develados, aquello que no nos permite ver porque ciertas cuestiones no conforman un tópico de su relevamiento”.

Encuentro de Radios

El Congreso albergó también a la red de radios rurales comunitarias que realizó su taller de sostenibilidad. En el conversatorio, más de 30 radialistas debatieron sobre la identidad que generan las radios con sus audiencias, la instalación de agendas temáticas alternativas que den cuenta de las realidades de las comunidades. A su vez, se coincidió en articular con las universidades con el fin de avanzar en líneas de investigación que contribuyan al fortalecimiento de las radios rurales. Allí trataron los avances y problemáticas de las emisoras bonaerenses que integran esta red nacional. El taller estuvo coordinado por la investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba Susana Morales y por el comunicador e investigador del INTA Martín Segura. Participaron también comunicadores del INTA, el SENASA, la Defensoría del Público, y el ENACOM, y de las universidades públicas de Córdoba, Quilmes, La Matanza y La Plata que acompañan a las radios rurales. Se acordó fortalecer un espacio común de las radios bonaerenses y avanzar junto a las universidades en el relevamiento y sistematización sobre las audiencias. También se les demandó a las universidades el asesoramiento para identificar soluciones en torno a las numerosas dificultades que encuentran las radios rurales y comunitarias en el acceso concreto a las políticas públicas disponibles. La actividad se hizo con el acompañamiento de FARCO, la Red de Medios del Oeste y de la Unión de comunicadores audiovisuales y afines (UCAYA).

Agendas Científicas

Las universidades nacionales y el INTA tienen una larga trayectoria de complementariedad en temas vinculados al complejo agroindustrial. Pero también es verdad que existe un desbalance considerable respecto de los recursos económicos y profesionales que las instituciones destinan para abordar las problemáticas de la agricultura familiar, sobre todo si se la compara con la rica tradición de investigación para otras categorías sociales que se encuentran en el territorio. Así lo sintetizó el Director del IPAF Región Pampeana, Jorge Cefarelli al sintetizar el objetivo de estos encuentros: “Estos congresos nos permiten definir las necesidades y las condiciones de investigación, nos obligan a compartir información y conocimiento e incluso llegar a algunos consensos. Pero sobre todo nos invita aponer en discusión algunas premisas, habilitar preguntas –a veces incómodas, pero necesarias- para acordar acciones con incidencia real para profundizar el diálogo como un camino de construcción de lo nuevo, a 40 años de la recuperación democrática”.

En el mundo existen unos 1.500 millones de campesinos, minifundistas y pequeños productores. Ocupan unos 380 millones de unidades productivas, en tan sólo el 20% de las tierras disponibles. “La agricultura familiar produce el 80% del valor de los alimentos que se consumen en el planeta”, reconoce desde FAO Argentina María Laura Escuder. Considera que este tipo de agricultura es la más extendida en el mundo.Reconoce también que en el actual escenario de crisis climática se requiere una transición hacia nuevos paradigmas que coloquen a la seguridad ambiental, social y económica. Advierte que la agricultura familiar se encuentra en el corazón de esta transición. ¿Qué rol jugarán las universidades y los institutos de investigación y desarrollo en este por-venir?.

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