Cómo formar usuarios en la biblioteca escolar
La Biblioteca Nacional de Maestros (BNM) realizó un taller de formación de usuarios para bibliotecarios escolares y estudiantes de la disciplina, en el marco de su ciclo de capacitaciones 2019 “Bibliotecología para bibliotecarios escolares”. El objetivo fue brindar herramientas para mejorar la planificación y el desarrollo de actividades de las bibliotecas que le permita a la comunidad educativa la mejor manera de acceder a los recursos de información que ofrecen las bibliotecas escolares e integrarla a los conocimientos previos.
A lo largo del encuentro se abordaron estrategias para orientar al lector individual y colectivo de la escuela. ¿Cuáles son las formas más adecuadas para que los estudiantes y docentes consigan utilizar la información de la biblioteca escolar de manera eficaz?
Durante la capacitación se hizo hincapié en que la formación de usuarios es un proceso constante que forma parte de los mismos servicios de la biblioteca y apunta a lograr la autonomía de los lectores y las o los estudiantes, al mismo tiempo que afianzar el vínculo entre estos, los docentes y los bibliotecarios. Se trata de que más lectores visiten la biblioteca de la escuela, aprovechen al máximo sus recursos y sientan este espacio como un territorio propio.
Para ello es importante, entre otras cosas, ponerse en el lugar de los alumnos y lograr una buena comunicación con ellos para entender qué les resulta más accesible, atractivo y útil.
Muchas formas de formar
Poner atención a la señalización dentro de la biblioteca y al exterior de ella, dentro de la escuela para orientar, invitar y generar curiosidad en todos los actores de la institución puede ser una estrategia sencilla y efectiva. Implementar carteleras, elaborar folletería, producir boletines breves con novedades de la biblioteca forman parte de pequeñas acciones que pueden realizarse con pocos recursos y algo de tiempo e imaginación, como señaló el bibliotecario de la BNM a cargo de la capacitación.
Para el especialista es fundamental que quienes visitan la biblioteca escolar se lleven siempre algo impreso: para ellos, material de cortesía; para sus compañeros, material de difusión con información básica, novedades, y recomendaciones, ya sea de docentes, bibliotecarios, o para que los propios estudiantes puedan compartir con otros compañeros o con sus familias.
Organizar charlas y visitas guiadas a la biblioteca para distintos niveles educativos, promover clubs de lectura, encuentros de literatura destinados a las familias, presentaciones de libros en el espacio de la biblioteca escolar, y aliarse con los docentes para sistematizar materiales de acuerdo a un eje prioritario que se trabaje durante el año: todas estas acciones pueden formar parte de las estrategias incluidas en el proyecto de formación de usuarios de la biblioteca escolar al servicio de las necesidades de la comunidad educativa.
A la hora de difundir las novedades de la biblioteca de la escuela las redes sociales y los recursos digitales son de gran utilidad. Anunciar los libros nuevos que llegaron, ofrecer una carta de servicios con menú como el préstamo a domicilio; la consulta del libro; la invitación a la sala para ir a leer, son solo algunos de los ejemplos que surgieron en la capacitación. También se hizo referencia a la elaboración de una guía de recursos para docentes y estudiantes con links a videos u otros materiales sobre determinados temas relacionados con los libros de la biblioteca. Lógicamente es necesaria una asociación con los docentes, que ellos sean los primeros que visiten la biblioteca para trabajar temas centrales del año.
Buenas prácticas
La segunda parte de la jornada apuntó al trabajo colaborativo. La propuesta fue generar un borrador de plan de formación de usuarios que contemple objetivos, metas, fundamentos, niveles de destinatarios, recursos y cronograma de actividades retomando lo conversado y el intercambio entre los bibliotecarios que ya trabajan en escuelas y los estudiantes de bibliotecología.
Luego de la puesta en común, todos los participantes se llevaron ideas para adaptar y aplicar en sus realidades, partiendo de casos concretos, con la premisa de que los proyectos tienen que ser revisados continuamente para lograr buenas prácticas en las bibliotecas escolares.