El proyecto ganador del concurso Concurso de Arte Urbano "La Manzana de las Luces y la Noche de los Bastones Largos" lanzado por el Ministerio de Cultura, a través de su Secretaría de Patrimonio Cultural, se podrá ver próximamente en el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces. Se trata del mural "Cristales de la memoria", del colectivo Curupí, integrado por el diseñador gráfico Facundo Ariel Cuadra, el artista visual Leandro Olmos y el artista plástico Javier Albornoz.

El concurso propuso la intervención de siete paneles dispuestos en uno de los muros externos del Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces para construir memoria urbana, a través de una propuesta artística situada en un sitio donde se vivió el acontecimiento altamente significativo y violento que fue la Noche de los Bastones Largos.

La comisión encargada de evaluar las decenas de postulaciones recibidas tuvo como integrantes a María Isabel Baldasarre, Gustavo Blázquez, Danila Desirée Nieto y Belén Coluccio por parte de la Secretaría; además, se convocó, como jurado externo, a Elian Chali, artista, activista del Colectivo de personas con discapacidad, investigador, docente y curador independiente de Córdoba.

El Concurso de Arte Urbano "La Manzana de las Luces y la Noche de los Bastones Largos" tuvo como objetivo propiciar el desarrollo de una intervención artística en el espacio urbano que, a partir de la rememoración de la represión ejercida por el gobierno de facto sobre estudiantes y docentes de la Universidad de Buenos Aires en julio de 1966, estimule la reflexión sobre aquellos acontecimientos y su vínculo con la historia y la memoria social de la Manzana de las Luces.

La convocatoria se propuso destacar la importancia de participar activa y artísticamente, en torno a la memoria situada, dando a conocer el hecho histórico que atestiguan los muros de la Manzana de las Luces a través de una obra que interpele a quienes pasan por el lugar y recuerde la lucha permanente por los derechos humanos.

La Noche de los Bastones Largos

El 29 de julio de 1966 la policía irrumpió en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, que funcionaba en la Manzana de las Luces. De ese modo, la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía, que había destituido al presidente Arturo Illia, prohibió la autonomía de las universidades nacionales. Los universitarios y las universitarias se resistieron a la medida y sufrieron el desalojo de los claustros por la fuerza.

El decano, Rolando García, defendió el lugar expresando: “¿Cómo se atreve a cometer semejante atropello?”. Por toda respuesta hubo bastonazos seguidos de gases lacrimógenos, golpes al por mayor, sangre, cristales rotos, cientos de detenciones, destrucción por doquier. Luego llegaron las cesantías y las renuncias por parte de docentes y de investigadores e investigadoras, que pondrían en jaque el desarrollo científico argentino. Tiempo después, en 1971, la dictadura ordenó demoler el predio de la Facultad. Las topadoras arrasaron con las construcciones consideradas “sin valor histórico”. Solo algunas partes del muro externo consiguieron sobrevivir. Esas paredes pertenecen al edificio que había diseñado el arquitecto Pedro Coni en 1911 para el Aula Magna y la Biblioteca de la Facultad.