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Violines de la esperanza, música para no olvidar

El luthier Avshalom Weinstein vino a la Argentina para acompañar el proyecto Violines de la Esperanza (Violins of Hope) que difunde el mensaje de no olvidar, a partir de piezas musicales y violines, violas y cellos, utilizados por la comunidad judía antes del Holocausto y durante la Segunda Guerra Mundial.


Son 16 los violines, violas y cellos que músicos de la comunidad judía usó antes del Holocausto y durante la Segunda Guerra Mundial en guetos y campos de concentración, que están en Buenos Aires como parte del proyecto Violins of Hope (Violines de la Esperanza).

Pertenecen a esta colección privada de instrumentos de arco que cuenta con más de 100 ejemplares, recuperados por los luthiers israelíes Amnon y Avshalom Weinstein, padre e hijo.

La Orquesta Sinfónica Nacional tocará ocho de esos violines durante un concierto especial que se realizará el 22 de marzo en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner como parte de Violines de la Esperanza, que por primera vez se realiza en América Latina.

El luthier Avshalom Weinstein vino a acompañar el proyecto y contar cómo comenzó. “Mi abuelo llegó desde Vilna en 1938 y en 1939 abrió su taller en Tel Aviv. Él tenía diez hermanos y perdió a toda su familia, excepto a uno de sus hermanos. Y mi abuela perdió a toda su familia. Eran ocho hermanos”, recuerda Weinstein.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, en Israel nadie quería ni tocar nada que fuera de origen alemán. “Muchos músicos llegaron para tocar en la Orquesta de Palestina -que hoy es la Filarmónica de Israel- y muchos llegaban de Alemania y tenían instrumentos alemanes muy buenos. Muchos de los luthiers de violines y arcos eran amigos de los músicos judíos que se encontraban entre sus mejores clientes. Después de la Guerra muchos de esos músicos les vendieron sus violines a mi abuelo porque nadie quería tocar nada que viniera de Alemania. Mi abuelo los compró sabiendo que nunca más los vendería y así empezó a adquirir una hermosa colección de violines alemanes. Y se quedó con esa colección por muchos años”, cuenta el luthier.

Hasta que en 1991 un aprendiz de luthier de Amnon Weinstein proveniente de Dresden, Alemania, vio esa colección, conoció la historia y lo invitó a Alemania a dar una charla para la Asociación de luthiers de violines y arcos. “Luego de la charla, participó en un programa de radio en el que preguntó a los oyentes si tenían conocidos o familiares que habían muerto durante el Holocausto o sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial, y tuvieran violines”. Así fue como empezaron a adquirir cada vez más instrumentos.

Hoy tienen más de 100 violines que casi siempre están en movimiento presentándose en diferentes conciertos y exposiciones por el mundo.

“Crecí con las historias del Holocausto que me contaba mi abuela cuando íbamos a dormir. Me contaba sobre los partisanos, esos grupos de tropas irregulares que participaron en el movimiento de resistencia judía contra la Alemania nazi y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial.

Hoy ya no tenemos muchos sobrevivientes. Tenemos que asegurarnos que las generaciones más jóvenes conozcan la historia y hacerlo a través de la música nos parece una buena manera”, explica Avshalom Weinstein acerca de Violines de la Esperanza.

- ¿Cómo será el concierto en el Auditorio Nacional del Centro Cultural Kirchner?

-Tendremos ocho violines que serán tocados por los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional. Contaremos la historia de esos ocho violines, y hablaremos sobre la música en los campos de concentración. Cada pieza representa algo diferente: Un sobreviviente de Varsovia, de Arnold Schönberg, con la participación de Marcelo Lombardero como narrador, y el Coro Polifónico Nacional; el Concierto para violín y orquesta en mi menor op. 64, de Mendelssohn, un músico judío prohibido en aquel momento; y la Obertura Trágica op. 81, de Brahms, un compositor alemán, llevada adelante por el director musical y violinista ruso-israelí, Shlomo Mintz, como solista. Historias, música e instrumentos.

“Violines de la Esperanza no es un proyecto judío. El Holocausto está por encima de la política y de las religiones. Desafortunadamente hay gente que dice que el Holocausto estuvo bien. Y la única manera de evitar que algo así vuelva a suceder es a través de la educación y de la concientización. Y eso es lo que tratamos de hacer”, dice Weinstein.

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