Presidencia de la Nación

La Secretaría de Derechos Humanos inauguró una nueva señalización contra la violencia institucional

La Secretaría de Derechos Humanos y el Centro Educativo Isauro Arancibia instalaron un cartel en memoria de Roberto Autero, un chico de 16 años que vivía en situación de calle, al cumplirse 7 años de su asesinato por parte de un efectivo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.


La señalización, que forma parte de la campaña Argentina Unida Contra la Violencia Institucional, fue instalada frente a ese centro educativo, donde "Robertito" estudiaba para salir adelante.
El homenaje contó con la presencia del secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; el director de Políticas contra la Violencia Institucional, Mariano Przybylski; dos de los hermanos de Roberto, Leo y Gustavo, y autoridades y docentes del Centro Educativo, entre quienes se encontraba su última maestra, Inés García Guerreiro.

En la apertura del acto, la coordinadora del Centro Educativo, Susana Reyes, señaló la paradoja de instalar un cartel por un caso de violencia institucional en la puerta de la institución cuyo nombre homenajea al maestro Isauro Arancibia, asesinado durante la última dictadura. “El 24 de marzo del 76, lo primero que hizo la dictadura fue callar a un maestro”, recordó.
Por su parte, Pietragalla sostuvo que la violencia institucional “es una problemática que sacude a nuestra democracia, que son las violaciones de los derechos humanos hoy”. En ese sentido, explicó que “es un eje de trabajo central para la Secretaría de Derechos Humanos, en el que no sólo se trata de visibilizar y concientizar sobre estos crímenes, sino que somos querellantes en causas de violencia institucional y formamos a las Fuerzas de Seguridad en varias provincias”.
El Secretario de Derechos Humanos aseguró que los casos de violencia institucional “casi siempre se dan en un marco de supuesto intento de robo o de enfrentamiento, muy similar a lo que pasaba con los compañeros desaparecidos, que los represores inventaban esos operativos para justificar el asesinato a sangre fría de muchos pibes y pibas que hoy no están con nosotros”.
“Lamentablemente, cada vez conozco a más madres de víctimas, por eso hay que seguir trabajando, esto sucede hoy en día gobierne quien gobierne; no es un tema de un partido político: si queremos erradicar la violencia institucional tenemos que llevar adelante una política transversal”, aseguró.

Luego, una alumna del Centro, Selva López, leyó un poema, y otro alumno llamado Alan cantó una canción junto al docente Sergio Cairoli.
Seguidamente, Pietragalla junto a los y las docentes y compañeros de Roberto descubrieron la señalización en su memoria, por Verdad y Justicia. La misma forma parte de la campaña Argentina Unida contra la Violencia Institucional, destinada a evitar la repetición de estos casos y evidenciar el repudio del Estado Nacional frente a los delitos cometidos por fuerzas de seguridad con las armas que les provee el propio Estado.
Esta señalización también tiene como objetivo visibilizar la persecución y hostigamiento constante que sufren las personas que viven en la calle por parte de policías y otros agentes del Estado, así como destacar y reconocer el trabajo social que realizan instituciones como el Isauro Arancibia con los y las jóvenes que viven en situación de vulnerabilidad.

EL CASO
El 7 de febrero de 2015, Roberto Autero, de 16 años, fue asesinado en el barrio de Caballito por el oficial de la Policía Metropolitana Sebastián Ezequiel Torres.
Roberto, junto a otros dos chicos, se había acercado al auto estacionado en donde estaba el policía, y le golpeó el vidrio con un arma de juguete. Torres extrajo su arma reglamentaria y bajó del vehículo, mientras los chicos salieron corriendo.
El policía se quedó parado, apuntó y le disparó un tiro en la nuca a Roberto, quien murió al instante.

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