Casa Borges en Adrogué
“
Sólo una cosa no hay. Es el olvido. Dios que salva el metal salva la escoria y cifra en su profética memoria las lunas que serán y las que han sido
”
Jorge Luis Borges
Así comienza el poema "Everness" inscripto en un mural de la pared del patio de la Casa Borges en Adrogué, donde el gran escritor pasó algunos veranos y fines de semana junto con su madre, ya viuda, y su hermana Norah, hasta su venta en 1953.
"En cualquier lugar del mundo en que me encuentre, cuando siento el olor de los eucaliptos, estoy en Adrogué", dijo una vez el autor de Ficciones, que siempre que podía volvía a este lugar de los recuerdos, "entre los eucaliptos y el laberinto, el lugar en que uno puede perderse".
Precisamente, en una conferencia explicaba que "en 1918, hacia el fin de la Guerra, Europa fue asolada por la peste española. La municipalidad de Ginebra hizo quemar eucaliptos en grandes calderos en las plazas de la ciudad. De pronto sentí estar en Adrogué, estaba de nuevo en Adrogué, había vuelto. O mejor dicho no me había alejado nunca, porque en algún modo yo siempre estuve aquí, siempre estoy aquí. Los lugares se llevan, los lugares están en uno".
Dirección
Diagonal Brown 301, Adrogué.
Visitas: de lunes a sábados, de 9 a 18; domingos, de 12 a 18.