Aprendizaje de oficios
Dentro de una política pública nacional de protección y respeto de los derechos humanos, el Servicio Penitenciario Federal brinda oportunidades a las personas privadas de la libertad, generando espacios de igualdad e inclusión en todas las unidades penitenciarias federales del país.
Para que esto sea posible, el Ente de Cooperación Técnica y Financiera (Encope) del Servicio Penitenciario Federal administra 255 talleres de producción industrial y agropecuaria que funcionan en 28 unidades penitenciarias federales, con inversión en tecnología y capacitación continua.
El Encope diseña y gestiona tareas productivas que maestros penitenciarios implementan junto a las personas privadas de la libertad que participan de los programas de formación en oficios.
En el ámbito del Servicio Penitenciario Federal, el trabajo es uno de los factores vinculados a la reducción de la reincidencia y el desistimiento del delito. Es por ello que se aspira a que los participantes de los programas generen habilidades, responsabilidades, fortalezas y vínculos sólidos que le permitan una integración social efectiva y alejada del delito.
El trabajo constituye un derecho y un deber para los internos, y se rige por los siguientes principios:
- No se impone como un castigo.
- No es aflictivo, denigrante, infamante ni forzado.
- Propende a la formación y al mejoramiento de los hábitos laborales.
- Procura la capacitación del interno para desempeñarse en la vida libre.
- Se programa teniendo en cuenta las aptitudes y condiciones psicofísicas de los internos, las tecnologías utilizadas en el medio libre y las demandas del mercado laboral.
- Es remunerado.
- Se respeta la legislación laboral, de seguridad social y de ART.