Antecedentes
Más de la mitad de la población mundial vive hoy en zonas urbanas. En 2050, esa cifra habrá aumentado a 6.500 millones de personas, lo que equivale a dos tercios de la humanidad, por lo que se entiende que no es posible lograr un desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la forma en que construimos y administramos los espacios urbanos.
El rápido crecimiento de las urbes en el mundo en desarrollo, en conjunto con el aumento de la migración del campo a la cuidad, ha provocado un incremento explosivo de las mega urbes. En 1990, sólo existían 10 ciudades con más de 10 millones de habitantes en el mundo, mientras que en 2014, la cifra aumentó a 28, donde viven en total cerca de 453 millones de personas. La rápida urbanización y las complejas características de las ciudades y las zonas urbanas pueden representar oportunidades para el desarrollo sostenible, pero también pueden representar nuevas vulnerabilidades y el riesgo.
Las características físicas y espaciales de las zonas urbanas, la vulnerabilidad socioeconómica de sus habitantes, las deficiencias de las capacidades institucionales y los desafíos ambientales son algunos de los factores impulsores del riesgo que se desarrollan en la compleja situación en la que se encuentran las ciudades. La falta de infraestructura adecuada, de planificación urbana y del uso del suelo exacerban los riesgos a los que están expuestos los habitantes de las ciudades. Esto significa que el impacto de los desastres, sumado el contexto de cambio climático, pueden ser devastadores tanto en términos de vidas humanas como en la afectación a los medios de vida.
Por todo ello, es que pueden formularse estrategias y políticas para abordar cada uno de estos problemas y avanzar hacia un desarrollo urbano seguro, equitativo, resiliente y sostenible.