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Tita Merello, a 118 años de su nacimiento

El 11 de octubre de 1904, en un conventillo de San Telmo, nacía Laura Ana Merello, la inolvidable Tita Merello.

Hija de Santiago Merello, un chofer de mateo que murió de tuberculosis cuando su hija tenía tan sólo 6 meses, y de Ana Gianelli, una planchadora uruguaya, a los cinco años Laura Ana Merello fue trasladada a un orfanato porque su madre no podía cuidarla. No pudo concurrir a la escuela y aprendió a leer y escribir recién a los 20 años. La soledad, la pobreza y el abandono emocional marcaron su personalidad.

“Tuve una infancia muy breve. La infancia del pobre siempre es más corta que la del rico”, dijo alguna vez.

Con apenas 13 años debutó como corista en una zarzuela en el Teatro Avenida. Corría el año 1922 cuando se presentó en El Bataclán, un teatro del Bajo Flores, para luego llegar al Teatro Maipo, donde cantó su primer tango: Trago Amargo.

Se la conocía como la más rea del tango, porque prefería los tangos humorísticos, irónicos o sarcásticos. Conquistó al público con su condición de arrabalera, su desenvoltura, y su costumbre de decir lo que pensaba y sentía.

Tita Merello y Guillermo Battaglia en “Filomena Marturano”.
Tita Merello y Guillermo Battaglia en “Filomena Marturano”.

Tita sentía que tenía que transmitir lo testimonial y contestatario, por eso algunos de sus preferidos fueron: ¡Qué vachaché!; Cambalache; Yira Yira; ¿Dónde hay un mango?; Tranquilo, viejo, tranquilo; Soy un arlequín; Los amores con la crisis; ¡Qué hacés, qué hacés!; ¡Que careta!; Che, Bartolo. Algunos con tintes autobiográficos como Se dice de mi; Arrabalera; Pipistrela; Graciela oscura; La milonga y yo; y Soledad, la de Barracas, entre otros.

Elegía su repertorio, su modo de expresarlo y así creaba su estilo, entre el recitado y el canto. Descollaba el decir y el recitado musical deliberado, que remataba con gestos y repliegues inesperados en la expresión de su rostro, sin perder jamás el dominio de la dicción, ni los pasos de comedia.

Tita Merello y Santiago Gómez Cou en “Arrabalera”.
Tita Merello y Santiago Gómez Cou en “Arrabalera”.

“Canto con el mismo tono de hace 40 años. ¿Yo imposte la voz? No. ¿Yo aprendí canto? No. ¿Yo fui a estudiar arte dramático? No. El arte dramático está en la calle Corrientes, angosta, cuando caminás toda una noche sin tenés donde ir a dormir. Ahí se aprende el drama. Ahí se aprenden las pausas, el tono. En la oración, en la desesperanza, se aprende”, supo decir Tita Merello.

Luego de escalar con éxito de las salas del Bajo a los teatros con marquesina, siempre en las revistas y los musicales, en 1930 Tita interviene por primera vez en una obra dramática, reemplazando a Olinda Bozán en el protagónico de El rancho del hermano, que fue un éxito.

Después siguieron más de mil funciones con El conventillo de la Paloma.

Tita ya se repartía entre el teatro dramático y sus presentaciones como cantante. Hasta que llegó algo más inesperado: el cine sonoro.

En 1933, Tita formó parte del elenco de Tango, el primer filme sonoro del cine argentino dirigido por Luis Moglia Barth. La repercusión de la película le siguió sumando popularidad a la artista.

Tita Merello con su perro Corbata.
Tita Merello con su perro Corbata.

Tita Merello se destacó como actriz de teatro y de cine. En teatro, alcanzó las quinientas funciones con la puesta Filomena Marturano. Me fascinó. Para mí fue como una reivindicación, la posibilidad de demostrar que podía ser otra cosa que la cancionista arrabalera o la actriz cómica”, dijo.

En las películas que interpretó Merello demostraba que el carácter que había forjado en su vida hasta entonces, se podía reflejar también en la pantalla y en sus personajes.

15 películas inolvidables

El cine la imaginó como dueña de patios, corralones, un rancho en el Tigre o con un puesto en el Abasto.

Tango (1933); Noches de Buenos Aires (1935); Cenizas al viento (1942); Don Juan Tenorio (1948); Filomena Marturano (1950); Arrabalera (1950); Los Isleros (1951); Vivir un instante (1951); Pasó en mi barrio (1951); Deshonra (1952); Mercado de Abasto (1955); Para vestir santos (1955); El amor nunca muere (1955); La Morocha (1955, estrenada en 1958); La Madre María (1974).

Se dice de mí

La letra original de la milonga Se dice de mí, con letra de Ivo Pelay y música de Francisco Canaro, fue pensada para que la cante un hombre, dado que el protagonista era un hombre extravagante, pícaro y que hace gala de su fealdad. La versión femenina alcanzaría un éxito impresionante al ser grabada por Tita Merello con la orquesta de Francisco Canaro el 23 de julio de 1954 e incluida en la película argentina Mercado de Abasto, dirigida por Lucas Demare.

Tita Merello fue pareja de Luis Sandrini. El romance, que comenzó prohibido, los transformó en la pareja del momento. Pero todo terminó en 1948, cuando Tita decidió protagonizar Filomena Marturano en teatro, mientras que Sandrini se fue a filmar en España. “Si no venís conmigo, lo nuestro se termina”, le dijo él. Ella no aceptó la imposición.

Habían pasado 12 años desde su separación. En 1960 Tita grabó el tango Llamarada pasional con la orquesta típica de Héctor Stamponi, quien le puso música a los versos de la Merello. "Gracias por ayudarme a llorar con música”, le dijo a Stamponi.

En los años ‘80, ya retirada, aparecía en diferentes programas de radio y televisión dando consejos de salud a las mujeres: "Muchacha, hacete el papanicolau", repetía.

Tita Merello murió el 24 de diciembre de 2002 a los 98 años.

“Yo me revestí. Me hice un vestido de prepotente para pelear la vida. Pero te darás cuenta que soy un perrito. Yo debo haber sido un perro en otra generación porque me dan ternura y muevo la cola. He vivido toda la vida añorando ternura que es el mejor de los sentimientos porque comprende amor y pasión. A mí me tratan bien y consiguen de mi cualquier cosa. La vanidad, la estupidez, la prepotencia, no sirven para nada”, dijo Tita Merello.

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