El Fondo Nacional de las Artes (FNA) anuncia los ganadores del Concurso de Valoración Patrimonial de Cementerios, Templos y Lugares Sagrados 2025, una iniciativa que se propone contribuir a poner en valor el patrimonio cultural de los cementerios, templos y espacios sagrados, promoviendo su preservación, visibilidad y sostenibilidad.

El concurso otorgó premios en tres categorías: 1) Proyectos de Valoración Patrimonial de Cementerios; 2) Proyectos de Valoración Patrimonial de Templos y Lugares Sagrados; 3) Investigaciones, ensayos y ponencias sobre Cementerios, Templos y Lugares Sagrados, por un monto total de $6.750.000.

“El éxito de esta segunda edición del certamen nacional se debe a varios factores. Entre ellos, el número de participantes, que incrementó un 140% respecto al año anterior, y la excelencia de las propuestas presentadas. Los jurados coincidieron en señalar que hubo un salto de nivel, y que resultó muy difícil elegir a los ganadores”, expresó el director de Patrimonio del FNA, Juan Antonio Lázara.

En la categoría Proyectos de Valoración Patrimonial de Cementerios, el jurado —integrado por María del Carmen Laje, Guillermo Blugerman y Dafne Romero— otorgó el Primer Premio a José Luis Scarsi (Buenos Aires) por su presentación titulada “Área para la Memoria y el Reconocimiento de las Mujeres Víctimas de Trata y Violencia Sexual”. En el dictamen se destacó el propósito de “mantener viva la memoria del histórico movimiento que realizó gran parte de la comunidad judía argentina en los años 30, para combatir la trata de blancas gerenciada por algunos miembros de su propia colectividad”.

El Segundo Premio fue para Myriam Patricia Sosa (Misiones) por "Nórdicos en la selva", una iniciativa que “se propone visibilizar, preservar y sustentar como Patrimonio Histórico Cultural al único cementerio de inmigrantes suecos en nuestro país”. Por su parte, el Tercer Premio fue concedido a Marcelo Nardechia (Mendoza) y al equipo del Museo de la Ciudad de Godoy Cruz / MUVI GC por la "puesta en valor del sector antiguo del Cementerio San Vicente de Godoy Cruz", un trabajo de relevamiento e investigación iniciado en 2007 que el jurado ponderó por su “elevada probabilidad de concreción”.

En esta misma sección, Patricia Cristina Feldman (CABA), Agustín Wieckiewicz (Buenos Aires) y Luciano Oscar Coito Martin (La Pampa) recibieron menciones honoríficas.

En la categoría Proyectos de Valoración Patrimonial de Templos y Lugares Sagrados, los integrantes del jurado —Pilar Bosca, Arcipreste Lic. P. Gabriel Díaz y Agustín Caulo— otorgaron el Primer Premio al grupo de Jorge Carlos Pliauzer, Damian Crnak, Paula Gabriela Nuñez y Carlos Andrés Beros (Río Negro) por “Tras las huellas franciscanas. Construcciones de una devoción en movimiento entre Estepa y Montaña”. Se trata de una propuesta que contempla “el armado del inventario, catalogación e interpretación del recorrido que une las parroquias franciscanas en la región cercana a El Bolsón que integra lo sacro al paisaje del territorio (estepa y montaña)”.

El Segundo Premio fue para Lorenzo Di Toro (Buenos Aires) por su propuesta “Patrimonio sin barreras: Estación Inmersiva en la Basílica de San Francisco de Salta”. En el fallo, el jurado destacó “su enfoque multidisciplinario y su capacidad de generar una experiencia significativa para todos los visitantes, sin distinción de capacidades”. El Tercer Premio fue asignado a Fernando Aramayo (Salta) por “Kæimæn (punta de piedra). Revalorización y propuesta de catalogación del sitio sagrado tehuelche en el Valle Inferior del Río Chubut, Gaiman”, por enmarcarse en “la valoración de la diversidad religiosa, el patrimonio cultural y el sentido de trascendencia de los pueblos originarios”.

En esta sección, se otorgaron también menciones honoríficas a Florencia Jaime (CABA), Nilda Cristina Velázquez (Tucumán) y Nancy Karina Corzo (La Rioja).

Para el segmento Investigaciones, ensayos y ponencias sobre Cementerios, Templos y Lugares Sagrados, el jurado conformado por Silvina Vitale, Graciela Blanco y Facundo Roca seleccionó para el Primer Premio al grupo de Marco Antonio Giovannetti (representante del equipo, Buenos Aires) por su obra “Pasado y Presente de un sitio Sagrado: El Shincal de Quimivil como parte de un Paisaje Sacralizado a Través del Tiempo”. El trabajo fue distinguido por centrarse en el Shincal de Quimivil, “uno de los sitios arqueológicos más importantes del período inca en territorio argentino y un espacio sagrado que aún posee resonancias en las prácticas religiosas de las comunidades indígenas de la región”.

El Segundo Premio fue para: Alfredo Nicolás Naser y Vicente Esteban Medina (Tucumán), por su trabajo “Reflexiones deconstructivistas sobre la metamorfosis del lenguaje ornamental arquitectónico funerario en el Cementerio del Oeste de Tucumán”, el cual “articula arquitectura y pensamiento filosófico decontructivista para entender la ornamentación para la muerte como un lenguaje de su tiempo”. Por su parte, el Tercer Premio fue otorgado a Maricel Pelegrin y Claudia Alicia Forgione (Chubut) por su investigación sobre el patrimonio fúnebre galés en los cementerios del Valle Inferior del Río Chubut, un estudio que “revela las características de estos sitios donde yacen los primeros colonos que dieron origen a la comunidad galesa en territorio argentino”.

En este apartado, el jurado adjudicó menciones honoríficas a Jorge Luis Mendez (Buenos Aires), Vanesa Brisuela (Córdoba) y Luis Alberto Bruna (Tucumán).

Por último, la edición 2025 de este certamen incluyó un Premio Honorífico “Arq. Rafael Macchieraldo” otorgado por el Directorio al proyecto “El Monumento a José Gregorio Rossi en el Cementerio de la Chacarita”, de Adriana Beatriz Ortolani y Alejandro Etcheverry y dos Menciones Especiales para Proyectos de Estudiantes: “La agroindustria de Chivilcoy en el Cementerio Municipal”, de Joaquina Beracochea y “Luz de Lourdes”, de Celeste Vázquez y Candela Robledo.

“Esta convocatoria se destacó por la alta participación estudiantil y me resulta muy esperanzador que haya jóvenes interesados en el patrimonio religioso”, apuntó Lázara, quien se refirió también al alcance federal y a la pluralidad de cultos del certamen: “Participaron todas las provincias, desde un proyecto en una Iglesia en la selva formoseña hasta la propuesta de un cementerio en Ushuaia. Estuvo presente la diversidad de credos; por ejemplo, desde la puesta en valor de un espacio que recuerda a mujeres judías víctimas de la trata hasta trabajos de otras minorías religiosas, y también un jurado muy diverso, porque participaron referentes judíos, ortodoxos, católicos y protestantes. En síntesis, el éxito de este concurso se debió a la cantidad, calidad, federalismo, diversidad religiosa y nuevo segmento de estudiantes”.