RUIDO, Festival de Música Experimental en el Centro Cultural Kirchner
Javier Areal Vélez, director de Ruido, cuenta detalles de esta edición que ofrece conciertos presenciales, instalaciones y actividades online. Las actividades se transmiten a todo el país por Radio CASo.
Los días 24, 25 y 26 de septiembre se realiza el Festival de Música Experimental RUIDO en el Centro Cultural Kirchner. **Producido junto al Centro de Arte Sonoro (CASo) del Ministerio de Cultura y realizado con el apoyo del Goethe Institut de Alemania, el Senado de Berlín y la Embajada de Indonesia en Argentina, el ciclo ofrece conciertos presenciales de más de veinte solistas y ensambles, instalaciones audiovisuales y actividades de formación online, de la mano de una gran variedad de artistas sonoros nacionales e internacionales ligados a la improvisación libre, la composición académica, el noise, las nuevas músicas folclóricas y el avant pop.
Esta edición fue curada por Javier Areal Vélez y Florencia Curci (Directora del CASo) e incluye por primera vez numerosos encargos y estrenos, además de varias piezas adaptadas especialmente para la ocasión.
La programación, que se desarrollará en vivo en los espacios de Centro Cultural Kirchner durante el viernes 24, el sábado 25 y el domingo 26 de septiembre, también podrá disfrutarse en todo el país a través de Radio CASo, donde se incluirán entrevistas y mesas redondas con referentes del arte sonoro.
Las entradas para el festival están disponibles en CCK
Javier Areal Vélez, director de RUIDO, anticipa detalles de esta edición, cuenta los desafíos planteados después de la pandemia y destaca las “perlitas” que tendrá el festival.
-¿Cómo nace el Festival Ruido de música experimental?
-RUIDO nace en 2017; el actual es el quinto año. Nace como un ciclo de música experimental con conciertos separados a lo largo del año que se fueron haciendo en distintos espacios de la ciudad de Buenos Aires, y desde el 2019 tiene su sede principal en el Centro Cultural kirchner. La búsqueda de Ruido siempre estuvo enfocada en una concepción muy amplia de lo que es la música experimental y anti endogámica; la idea es un poco potenciar los encuentros y los cruces entre artistas provenientes de distintas escenas, tradiciones y generaciones. Entonces, los conciertos siempre buscaron juntar un set musical que tenga un estilo y otro que tenga otro completamente distinto dentro de esta cosa englobadora que es la música experimental, que tiene que ver con una manera de hacer, de conectar con la búsqueda, con lo desconocido, generalmente con lo no comercial. Busca evitar las categorías y busca los interticios entre las categrías existentes. Creo que eso es lo experimental: es algo que no intenta replicar estilos preestablecidos.
-¿Cómo se seleccionan los artistas y qué requisitos deben cumplir para ser parte de la programación?
-En los años pasados RUIDO se enfocó en artistas locales pero también internacionales. Trajimos bastante artistas relevantes de la escena experimental mundial que nunca habían venido a Argentina. Produjimos sus debuts en el país en conciertos que siempre fueron compartidos con artistas interesantes, emergentes y también reconocidos de la escena local. Este año, después de dos años de pandemia en la cual RUIDO realizó actividades virtuales, como el Streaming Fest que realizamos junto al sello experimental argentino TVL REC, en el cual presentamos más de cien conciertos de artistas de todo el planeta, volvemos al CCK con mucha alegría y con un formato distinto del anterior -que es este formato de festival-, porque antes siempre fueron conciertos puntuales. Gracias a la invitación del centro cultural de darnos un espacio imprtante en su programación pudimos ampliar el concepto y transformarlo en este festival que tiene una gran escala porque son tres días con un montón de actividades, seis horas de programación cada día, con más de cuarenta artistas entre solistas, dúos, tríos y ensambles de cámara. El grupo más grande que tenemos es Sang Bagaskara, la orquesta de percusión de la Embajada de Indonesia con doce musiques.
Este formato nos parece súper interesante y está en línea con la búsqueda original del festival, con una idea del encuentro, con una manera inclusiva de programar, no solamente, desde ya, en términos de género, sino también con respecto a mezclar gente proveniente de distintas escenas, formaciones, instrumentos y generaciones.
Por eso, cuando se ve la programación se puede ver desde un coro hasta productores de música electrónica, hay cosas muy variadas y creo que es un poco la esencia del festival de buscar ese balance.
-¿Qué es lo más interesante o distintivo que va a tener esta edición?
-Lo interesante es la sumatoria de eventos de distintas categorías, esa es la esencia principal. Sí es interesante contar que en esta edición pudimos generar varios encargos de obra nueva; tiene un valor muy importante que es poder incentivar a que se cree nueva obra en la escena artística local, que no se trate de mostrar siempre cosas que ya existen, sino que se pueda incentivar la producción. En ese caso, puedo mencionar a Sebastián Verea que va a estar estrenando una instalación sonora que se llama Estará aquí siempre todo, una instalación en la cual él crea un sistema con su computadora que sensa o lee los rastros de la huella humana en todo el mundo en tiempo real, y usa esa información para manejar las maquinarias del órgano Klais de la Ballena, es una obra muy interesante y bastante radical.
A su vez, Carmen Baliero va a crear una composición nueva para órgano, es la primera vez que compone para órgano, así que nos entusiasma mucho, ya que es una personalidad fundante de la experimentación argentina y estamos muy contentos de tenerla por primera vez en el festival.
Por otro lado, hay tres obras que encargamos que son colaborativas, lo cual tiene mucho que ver con la esencia del festival. Son tres obras que se van a estrenar en la Sala Argentina, una es la composición que hizo Zypse.
Otra pieza interesante es la que realizó la productora argentina Aylu junto a AGF, que es una música electrónica importantísima de Alemania. Ambas crearon una obra que trabaja alrededor de la escucha como acto político que permite la acción y el cambio social.
Finalmente, es importante remarcar algunas presencias de musiques muy jóvenes, vamos a contar con algunos nuevos artistas que están generando de todo y abriendo nuevos espacios porque la escena de acá es súper potente. Es el caso de Marttein, un cantautor que tiene veinte años y la rompe, tiene una presencia escénica fuertísima. Tiene una cosa física increíble, me recuerda a Iggy Pop de joven pero con bases electrónicas, es una persona muy interesante y que está muy activa. Y, por otro lado, Coagvla, un trío grindcore que es un estilo derivado del heavy metal pero mucho más frenético, mucho más breve, a veces los temas duran diez segundos, es algo muy intenso, batería, bajo y tres voces gritando, súper power que nos pareció interesante traer y hacerlo resonar en las paredes del CCK.
-El festival va a contar con presencia de público, ¿cómo viven ese desafío? ¿tuvieron que reorganizar instalaciones y/o actividades para cumplir con los protocolos sanitarios?
-Es un desafío volver a la presencialidad. Creo que desde marzo 2020 cuando empezó la pandemia cambiaron completamente las reglas de producir eventos culturales. La situación te pide como organizadores que tengas una flexibilidad extrema, uno tiene que poder planificar algo al detalle pero a su vez un plan b, un plan c, un plan r bajo manga, porque las cosas naturalmente pueden abrirse, cerrarse e ir mutando. En ese sentido, este proyecto que empezamos a pensar hace más de un año fue tomando muchas formas, fuimos tomando distinas escalas, distintas configuraciones según las posibilidades que veían en cada momento y en cada etapa y la verdad que estamos muy contentos de haber llegado a esta configuración que nos parece ideal. Estamos realmente aprovechando todos los espacios del CCK, desde las salas de conciertos a espacios no convencionales que es lo que nos interesaba siempre. Claro que tuvimos que adaptarnos y pensar maneras para que el público pueda circular entre cada espacio entre concierto y concierto. Fue un desafío pero en un punto también es muy estimulante encontrarse con esos límites para encontrar una solución creativa e interesante.
Otro desafío interesante es que, desde un principio planemos junto con Florencia Curci que este evento estuviera acompañado de una retransmisión en vivo en Radio CASo, la radio del Centro de Arte Sonoro. El equipo de la radio va a estar retransmitiendo en vivo desde todas las salas y teniendo entrevistas con artistas e invitades, para que este no sea un evento solo para quienes están cerca, sino que realmente sea un evento federal, y más que federal también.