Representantes de los programas de lepra de todas las jurisdicciones del país se reunieron el pasado viernes en la sede del Ministerio de Salud de la Nación para analizar la situación epidemiológica de la enfermedad y avanzar en un plan de acciones para su control y eliminación.

El encuentro, organizado por el Programa Nacional de Control de la Tuberculosis y Lepra, tuvo como ejes específicos la situación de la mencionada enfermedad a nivel mundial y regional; las líneas de trabajo en investigación; el diagnóstico por laboratorio y las necesidades de capacitaciones.

Además, las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Chaco, Corrientes, Misiones, Formosa, Tucumán y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presentaron informes y estadísticas sobre la situación de la lepra en cada una de sus jurisdicciones.

El análisis de estos datos sirven de insumo para definir acciones concretas de cara a una de las metas de la Estrategia Mundial de Lepra 2016-2020 que es la eliminación de la enfermedad a nivel subnacional o por provincias que establece una tasa de casos de menos 1 cada 10.000 habitantes.

En la jornada estuvieron presentes el subsecretario de Programas de Promoción, Prevención y Atención Primaria de la cartera sanitaria nacional, Mario Kaler; el director nacional de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), Sergio Maulen; y la encargada global de Enfermedades Desatendidas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Mirta Roses.

"Desde que asumimos tomamos el desafío de reimpulsar el Programa Nacional de Control de la Tuberculosis y Lepra. Para ello vamos a trabajar en forma conjunta y transversal con el compromiso de pensar acciones y estrategias que nos ayuden a mejorar", señaló Kaler durante la apertura del encuentro.

Por su parte, Maulen aseguró que "la idea, a partir de esta reunión, es poder armar un plan para el control y la eliminación de la lepra en el país. El equipo nacional y el apoyo que brinda OPS es una buena plataforma para pensar en su eliminación en el 2020". El funcionario nacional, también sostuvo que "tenemos que incorporar el sistema de vigilancia propio al Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SISA) y mejorar la calidad de vigilancia epidemiológica en el país como la red de laboratorios. Estas son medidas importantes en las que vamos a trabajar rápidamente".

Datos epidemiológicos

La Argentina alcanzó la meta de eliminación definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una tasa de prevalencia inferior 1 cada 10.000 habitantes que continua en descenso. En el año 2015 se registró una tasa de prevalencia nacional de 0,14/10000 habitantes y la tasa de detección nacional es 0,73/100000 habitantes. Sin embargo la provincia de Formosa todavía persiste como un bolsón endémico con una prevalencia de 1.64/100000.

En el país, la lepra se caracteriza por su moderada endemicidad y focalización en ciertas áreas geográficas como las provincias del noreste y noroeste y centro del país. En los últimos años se han notificado casos residentes en provincias no endémicas pero están relacionadas con las migraciones internas y ocasionalmente de países limítrofes como Bolivia y Paraguay.

Si bien la magnitud de la enfermedad es moderada y la morbilidad global es baja, comparada con otras enfermedades transmisibles, su importancia como problema de salud pública está dada por las discapacidades físicas y sociales.

Mitos sobre la lepra

La lepra es una enfermedad erradicada
FALSO: Según la OMS existen más de 212.000 personas afectadas, principalmente en Asia y en África. En nuestro país se detectan entre 300 y 400 casos por año. Para evitar nuevos casos es importante detectarla de manera temprana.

La persona que padece lepra debe ser aislada ya que la enfermedad es muy contagiosa
FALSO: Hoy se conoce que la lepra es de difícil contagio. Antes se recluía a los enfermos en leprosarios. Desde hace tiempo existen medicamentos muy eficaces que permiten que el tratamiento sea ambulatorio.

Una persona con lepra no puede trabajar
FALSO: El enfermo de lepra puede realizar una vida completamente normal. Una vez empezado el tratamiento puede empezar a trabajar sin ninguna consideración especial.